La familia Botín, un imperio que crece y se diversifica con las nuevas generaciones
Banca, fondos de inversión, fincas agrarias, gestión artística, diseño de barcos superdeportivos para las grandes regatas, producción de películas de éxito, promoción de centros de datos
La decisión del fondo de inversión Stoneshield Capital de crear en la periferia de Santander el Campus Tecnológico de Centro de Datos Altamira, con una inversión de 3.600 millones de euros sorprendió hace unos meses tanto por el proyecto como por su promotor, Felipe Morenés, hijo de Ana Botín. Es la generación más joven de los Botín, y demuestra que la estirpe mantiene la vocación por los negocios y que cada vez son más diversificados. La familia cántabra, que además del Banco Santander, controla Bankinter y la aseguradora Línea Directa, tiene entre sus miembros al diseñador de los grandes veleros más rápidos del mundo, a la productora de cine que hace algunas de las películas españolas de más éxito, como ‘Campeones’ a la gran mentora de los jovenes pianistas internacionales e, incluso, a un medallista de oro en vela. Los hilos de la familia llegan cada vez más lejos, y sus miembros destacan también en actividades que nada tienen que ver con la banca.
Qué tienen en común el Hotel Real, la antigua Residencia de la Caja en Cazoña, los bancos Santander, Bankinter, Miraltabank, las residencias universitarias MiCampus, la aseguradora Línea Directa, la película Campeones, la cárnica Revilla, los perfumes Puig o marcas de moda como Nina Ricci o Paco Rabanne, incluso con una empresa que construye y diseña los veleros más rápidos del mundo? Que en todas ellas hay detrás un Botín. Pero hay muchas empresas más. Los intereses de la familia llegan tan lejos que resulta muy prolijo o complejo llegar a saber hasta dónde. Solo el Banco Santander tiene docenas de sociedades participadas pero las nuevas generaciones de la familia, lejos de conformarse con un futuro bajo la amplia sombra de la entidad, han optado por adentrarse en negocios de todo tipo.
Una saga con más de un siglo

La familia Botín ha presidido el Banco Santander desde 1909, creando una dinastía financiera inusual incluso entre las élites bancarias europeas. Emilio Botín-Sanz de Sautuola López (bisabuelo de la actual presidenta) empezó como director en 1909. Su abuelo cogió un banco con 16 oficinas y lo convirtió en un banco internacional con 1.600 y fuerte presencia en Iberoamérican y su padre, el tercer Emilio Botín de la saga lo elevó a la categoría de entidad global. Con ella ha superado ampliamente los 100.000 millones de euros de valor bursátil, y ya es la entidad más valiosa de Europa. Esa es, sin duda, la parte más conocida, pero los Botín también habrían podido tener un hueco en la historia por varios motivos más, como que el tatarabuelo (Marcelino Sanz de Sautuola) de la actual presidenta descubriese las cuevas de Altamira, y defendiese durante décadas el valor de ese hallazgo sin que los expertos de la época le creyesen, o que una de sus hermanas estuviese casada con una de las leyendas mundiales del golf, Severiano Ballesteros.
Aunque el apellido Botín parezca indisolublemente ligado al Banco Santander, los intereses de la familia a día de hoy abarcan todo tipo de negocios y actividades, como si cada generación se hubiese empeñado en hacerse notar, sin limitarse a defender un legado. Pero lo han hecho con discreción.
Ana Botín, actual presidenta, ha puesto todo su empeño en transformar el banco a la era digital y ha prolongado el poder financiero de esta saga que dura ya más de un siglo, algo poco común fuera de monarquías o de unos pocos imperios empresariales.
El Banco Santander es el mayor banco de la eurozona por capitalización bursátil y maneja más de 1,7 billones de euros en activos, cuantía que supera el PIB de la mayoría de los países. Es una de esas entidades que, por su tamaño, se consideran “demasiado grandes para caer”, lo que les da peso regulatorio y político muy relevante.
Aunque siempre con mucho tacto, el banco ha influido en reformas bancarias (como la reestructuración tras la crisis de 2008), en la política fiscal, presionando para mantener entornos favorables al crédito y en la internacionalización económica española, sobre todo en Latinoamérica.
Ana Botín forma parte del Club Bilderberg y de otras instituciones globales. Está presente en foros como el World Economic Forum, de Davos, y es miembro del consejo de administración de la multinacional Coca Cola. Desde 2016, la revista Forbes la incluye en los primeros diez puestos de su lista de mujeres más poderosas del mundo. Su remuneración en el Banco el año 2024 ascendió a 13,7 millones de euros.
La familia Botín ha construido algo que va más allá de un banco: un centro de poder global con base en España pero con influencia en toda Iberoamérica y Europa. Lo han hecho con discreción, continuidad, y una capacidad única para adaptarse sin perder el control, aunque hace mucho que el Santander dejó de ser un banco ‘familiar’. Es una multinacional en la que los fondos de inversión extranjeros tienen mucho más peso accionarial que los inversores particulares y, por supuesto, que la familia que lo dirige desde hace cuatro generaciones.

La familia Botín es extensa, y aunque la presidenta del Santander es la figura más visible, otros miembros de la familia juegan papeles clave fuera del foco público. Hay algunos a los que nadie relaciona siquiera con los Botín, como el humorista Josema Yuste García de los Ríos, que es primo segundo de la presidenta del Banco.
Emilio Botín (1934–2014) – Padre de Ana, presidió el banco desde 1986 hasta su muerte en 2014. Tuvo seis hijos, pero solo Ana continuó en la línea directiva del banco, en un reparto de papeles que les permite mantener el control y, al tiempo, evitar conflictos familiares.
Ana concentra la gestión directa del banco. Javier y otros hermanos gestionan capitales e inversiones privadas. Paloma y Carolina se han vinculado al ámbito cultural y filantrópico, mientras las nuevas generaciones se preparan para el futuro, pero sin exposición.
Este modelo evita conflictos internos, garantiza continuidad familiar sin luchas de poder, y mantiene una imagen de solidez y unidad, algo muy inusual en dinastías económicas.
Los hermanos Botín poseen el 0,66% de Banco Santander a través de un pacto de sindicación de 79,49 millones de acciones, que está presidido por Javier Botín, que también está al frente de la Fundación Botín. De este paquete, Ana controla 13,15 millones de acciones; Emilio, 16,87 millones; Javier, 16,28 millones; Paloma, 7,83 millones y Carmen, 8,63 millones. Otros 6,55 millones de acciones corresponden a la herencia yaciente de Emilio Botín; 4 millones a la sociedad Cronje y 5,5 a Nueva Azil, compañías que también están en manos de la familia.
Este pacto se sustanció en febrero de 2006, cuando Emilio Botín firmó con tres de sus hijos, Ana, Emilio y Javier, un acuerdo para limitar la venta de las acciones y votar siempre en la misma dirección. En 2012, se sumaron Paloma y Carmen.

Paloma O’Shea (Guecho (Vizcaya), 1936) – es Marquesa de O’Shea. La viuda de Emilio Botín es pianista y una gran mecenas cultural. Creadora de la Fundación Albéniz y de la Escuela Reina Sofía de música, ha encarnado la faceta artística y filantrópica de la familia, con una relación muy estrecha con la Reina Sofía.
Ana Patricia Botín (Santander, 1959) es presidenta del Banco Santander desde 2014 y está considerada una de las mujeres más poderosas del mundo. Tiene cuatro hijos, pero solo uno tiene cierto perfil público, Felipe Morenés Botín.
Carolina Botín O’Shea – Hermana de Ana Patricia. Es psicóloga. Se ha enfocado hacia la filantropía, el arte y la educación, y maneja iniciativas de impacto social.
Javier Botín O’Shea. (Santander, 1973) Sucedió a su padre en la presidencia de la Fundación Botín en 2014 y es consejero del Banco Santander desde 2004. Preside Mouro Capital, un fondo de venture capital vinculado al banco. Además, tiene su propia firma de inversión: JB Capital Markets, centrada en banca de inversión, lo que le permite operar paralelamente al banco familiar, sin mezclarse con la gestión directa.
En los últimos años, ha entrado en el accionariado del fabricante de motores de aviones ITP Aero, con el family office de la familia Urrutia. Se hicieron con el 10% del capital, participación que con la llegada de Indra, quedó reducida al 5%. Años antes, en 2016, el hermano de Ana Botín vio su oportunidad en la compañía de servicios odontológicos Vitaldent, que en aquel momento tenía dificultades financieras y la Audiencia Nacional había ordenado la detención de la cúpula por presuntos delitos económicos, por lo que compró la marca y las clínicas del dueño (Ernesto Colman, que figuraba entre los detenidos). Dos años más tarde, adquirió el resto de la red de clínicas. Todo ello le costó 26 millones de euros y en 2019 lo vendió por 350 millones al fondo Advent.
Recientemente ha comprado la cárnica Chorizos Palacios y una empresa asturiana de tartas congeladas, que fabrica postres para grandes cadenas de supermercados.
Emilio Botín O´Shea. (Santander, 1964) El cuarto Emilio de la saga fue consejero del Santander hasta 2005, cuando las absorciones del banco multiplicaban el tamaño de la entidad y la concentración de la familia en el consejo ya no era defendible (el presidente y tres de sus hijos). Después de fundar una gestora de fondos y valores, en 2022 decidió crear con ella su propia entidad bancaria, Miraltabank, especializada en la gestión de activos y banca de inversión, con la que ahora compite con los otros bancos de su familia. Recientemente se ha convertido en la primera entidad española autorizada para lanzar un fondo de inversión en criptomonedas.
Está casado con Elizabeth D’Ornaneu, la familia francesa propietaria de la multinacional de cosméticos Sisley.

Felipe Morenés Botín – Hijo de Ana Patricia. Ha trabajado en JP Morgan y en fondos de inversión. De carácter reservado, huye de la notoriedad pública y está formado financieramente, aunque la familia evita hablar de otra sucesión dinástica directa y el peso de los fondos de inversión hace cada vez más difícil que el futuro presidente del Santander se decida por una mera designación de la familia.
A través del fondo de inversión Stoneshield, con sede en Luxemburgo, y en sociedad con el financiero argentino Juan Pepa, controla MiCampus, una de las mayores compañías de residencias de estudiantes, con 43 repartidas por España y Portugal, una de ellas en la antigua Residencia de Caja Cantabria en Santander, un edificio que fue adquirido y transformado por esta compañía.
También participan en Masid, la primera plataforma de ciencia e innovación en España para empresas e instituciones; en la sociedad Logistics Platform, fundada como un negocio de transporte de carga por carretera, pero que se ha expandido al ámbito marítimo y aéreo; ha adquirido una participación estratégica del 18,45% en la promotora residencial Neinor Homes, una de las mayores constructoras de vivienda de España, en una operación valorada entonces en unos 170 millones de euros, y están presentes en otra compañía de sector, Domo, que ha gestionado más de 1.600 cooperativas de vivienda, y en XData, promotora de centros de datos.
Felipe Morenés está casado con Júlia Puig, biznieta de Antonio Puig y sobrina de Marc Puig, actual presidente del grupo Puig, uno de los principales fabricantes de perfumes en el mundo, con sus propias fragancias o las de Valentino, Prada, Shakira, Antonio Banderas… Puig controla también marcas de moda de lujo Jean Paul Gaultier, Carolina Herrera, Paco Rabanne y Nina Ricci. En 2024 salió a bolsa de la compañía, con un valor de 14 000 millones de euros, lo que supuso su inclusión inmediata en el IBEX 35.
Muchos otros Botín (nietos, sobrinos) han sido educados en instituciones de élite global, como Eton, Harvard u Oxford. Mantienen una discreción calculada, aunque ocupan puestos en fondos de inversión, startups tecnológicas, fundaciones culturales y consultorías estratégicas, lo que ha diversificado las áreas de influencia de la familia sin sobreexponer el apellido.
Otra dinastía, la de Jaime Botín
Los hijos de Jaime Botín, fallecido ahora hace un año, también tienen trayectorias de éxito, aunque los importantes negocios heredados de su padre a través de la sociedad de cartera Cartival podrían justificar su actividad sin salir del terreno financiero.
Si sus primos concentran sus intereses en el Santander, como los accionistas particulares más importantes, ellos lo hacen –aunque no sea tan evidente– en Bankinter, una entidad mediana que ha más que duplicado su valor en un año y con una capitalización de más de más de 11.000 millones de euros está llamando a las puertas de los grandes. A través de esta entidad y de sus participaciones directas, también controlan la aseguradora Línea Directa, que partiendo de cero compite ya de igual a igual con las compañías del seguros más importantes del país.

Jaime Botín (1936 – 2024) tuvo siete hijos con Belén Naveda. Dos murieron en la infancia; los cinco restantes —Marcelino, Alfonso, Gonzalo, Marta y Lucrecia— están activamente vinculados a la gestión de la fortuna familiar a través de Cartival, el holding que controla Bankinter, Línea Directa, y otras inversiones, pero también han destacado en otras actividades.
Alfonso Botín. Es presidente de Cartival, que posee el 23,2% de Bankinter y el 20,0% de la aseguradora Línea Directa. También es vicepresidente ejecutivo de Bankinter y presidente de su Comisión Ejecutiva. En enero se hizo cargo de la gestión de las finca agrícola y del aeródromo que tiene la familia en Ciudad Real (El Retamoso) que tras el fallecimiento de Jaime Botín ha sido vendida por Cartival a la familia.
También son propietarios del chalet Los Pataches, en la Avenida de Reina Victoria, de Santander.

El holding tiene unos activos totales valorados en l balance en 1.144 millones de euros, aunque su valor real es mucho mayor. Solo las participaciones en Bankinter y Línea Directa ya superan los 3.000 millones de euros a precios de mercado, como consecuencia de las fuertes subidas que han experimentado en bolsa.
Gonzalo Botín. Hijo de Marta Botín, que combina la actividad empresarial agrícola con perfil financiero en Bankinter. Se ha incorporado como director de Cartival y de su filial de capital riesgo Aleph 2004 que pretende diversificar el negocio familiar hacia la biotecnología y a la producción de energías renovables.
Lucrecia Botín. Copropietaria de la productora de cine Morena Films, fundada en 1999 junto a Juan Gordon y Álvaro Longoria. Es hoy una de las productoras independientes más influyentes de España. Han producido más de 70 proyectos para cine y TV, incluidos éxitos de taquilla como ‘Campeones’ y ‘Celda 211’, ambos Premios Goya a Mejor Película
Ha impulsado títulos con impacto internacional, como ‘Todos lo saben’ (Cannes 2018) y ‘También la lluvia’ (Premio del Público en Berlinale), así como series para Netflix, Disney+ y Amazon
Marta Botín. Empresaria dedicada a la cría de caballos, recibió la medalla de oro de la Federación Hípica Española por su contribución a la disciplina de concurso completo en nuestro país. Su hijo Gonzalo se ha proclamado campeón de España Absoluto en esta modalidad.
Los veleros más rápidos del mundo

Marcelino Botín. Es codirector ejecutivo de Cartival y consejero dominical de Bankinter pero ha forjado una carrera sobresaliente en la náutica de competición internacional, que trasciende la gestión del legado familiar bancario. Su liderazgo en diseño naval destaca por unir ingeniería puntera e innovación ecológica, y se ha convertido en una figura mundialmente reconocida en el desarrollo de veleros deportivos y de alta competición para los principales equipos de todo el planeta.
Titulado en ingeniería naval por Southampton (1994), Marcelino siempre pretendió hacer carera fuera de la banca familiar. Su objetivo era “hacer barcos rápidos”, a través de la innovación y la sostenibilidad y para eso creó la empresa Botín Partners, de la que han salido algunos los veleros de alta competición más laureados del mundo. También ha promovido, más recientemente, los Astilleros Mouro.
Su trayectoria se inició con el diseño y las construcción del ‘Zuritel’, un IMS 33, en Santander. A partir de ahí, entre 1998 y 2005, de su estudio salieron los planos de varias embarcaciones ganadoras de la Copa del Rey y de campeonatos mundiales IMS. El prestigio le llevó a abordar barcos de otras categorías y a ser Diseñador Principal del barco Emirates Team New Zealand que participó en la Copa América de 2007; en 2013 formó parte del equipo del Luna Rossa italiano y en la última edición de la America´s Cup, celebrada en Barcelona en 2024, del Alinghi Red Bull Racing.
Ha diseñado también el ‘Pisco Sour’, el barco campeón de la Audi MedCup 2005 y ha encabezado varios proyectos de la Volvo Ocean Race. Sus diseños TP52 han dominado la clase durante más de una década, con doce títulos consecutivos entre 2008–2019.
En la Maxi Yacht Rolex Cup 2024, su estudio presentó tres barcos (‘Deep Blue’, ‘Spirit of Lorina’ y ‘Jolt’).
Recientemente ha expandido la actividad de su empresa hacia los cruceros deportivos a vela y los yates de paseo, combinando diseño de competición con lujo, aerodinámica y sostenibilidad. También ha entrado en la construcción de embarcaciones totalmente eléctricas.
Son muchos más los Botín, de las distintas ramas, que han emprendido actividades empresariales, o que han destacado en otras áreas como el regatista Diego Botín, medalla de oro en los últimos Juegos Olímpicos. Diego es hijo del armador Gonzalo Botín y nieto de Jaime Botín.



