Kibus: del mercado a casa

El empresario gallego Eduardo Sanjurjo abre en Santander un servicio de compra y entrega de productos frescos a domicilio

Los productos frescos de la plaza pueden estar en la casa de un cliente en dos horas, sin tener que desplazarse a comprarlo y sin pagar el transporte ni un precio distinto al que tienen sobre el mostrador. Eduardo Sanjurjo ha puesto en marcha su servicio de delivery en nueve ciudades del norte y el oeste del país, entre ellas Santander, donde ha llegado a un acuerdo con los comerciales de la Plaza de la Esperanza.


Después de comprar en China para una de las mayores empresas españolas de distribución y de crear en Galicia su propia empresa para el envío de las ventas que hacen por internet compañías españolas a otros países, Eduardo Sanjurjo decidió aprovechar sus conocimientos para hacer renace un comercio de proximidad que se muere poco a poco. Su intención era dar una nueva vida a las plazas de abastos a través del envío a casa de los pedidos sin coste añadido para sus clientes.

Muchos han sido los comerciantes tradicionales que han tratado de engancharse al mercado universal que ofrece internet pero la experiencia no suele ser muy gratificante y menos para quienes venden productos frescos, que requieren una logística compleja y costosa para llegar al cliente.

Algunos de los puestos en los que se realizan las compras: de izquierda a derecha, Gomezpan, Marisco Selecto Ana y Vanesa, Frutería El Valenciano, Pescados Marta y Enchi, y Especias y Productos Naturales Elena Ríos.

Sanjurjo era perfectamente consciente de ello cuando buscó la mejor manera de integrar el comercio local de carnes, pescados, verduras, hortalizas, frutas, pan y otros alimentos frescos y ecológicos en el mundo digital. El reto era más complejo porque decidió que su servicio de entrega domiciliaria contaría en cada ciudad con los proveedores más tradicionales, los puestos de las plazas de abastos.

Así creó Kibus Online, una plataforma de internet para la captación de clientela y para canalizar las entregas. Un sistema que permite visitas virtuales a cada puesto para saber los productos que se ofrecen cada día y que garantiza la llegada del pedido a casa en solo dos horas, de lunes a sábado, sin gastos de envío ni ticket mínimo.

Competir en calidad

El envío de los pedidos a las casas se hace en bicicleta.

El delivery obviamente ha de tener algún sistema de remuneración, porque de lo contrario Kibus Online, no tendría razón de existir. Como en las agencias de viajes, el secreto está en que quien paga el servicio no es el comprador sino el vendedor del producto, que reduce su margen comercial a cambio de hacer más ventas. El cliente no va a pagar más de lo que abonaría por ese producto si fuese él mismo a la plaza a comprarlo, aunque el modelo de negocio no está pensado para competir en precio sino en calidad, “porque el producto de la plaza es mejor que el de una gran superficie”, defiende Sanjurjo.

Su proyecto Kibus Online se puso en marcha en marzo de 2019 y en este tiempo, y a pesar de la pandemia, ya ha implantado el sistema de entrega en casa en nueve ciudades del norte y el oeste del país (La Coruña, Ferrol, Pontevedra, Vigo, Lugo, Oviedo, Santander, Bilbao y San Sebastián). En Santander se inició en septiembre y aún es poco conocido, porque no ha pasado el tiempo suficiente para que funcione el boca-oreja que suele ser el principal mecanismo de divulgación de un servicio de este tipo.

En cada uno de estos lugares llega a acuerdos con puestos de los mercados locales para ofrecer sus productos a través de su plataforma de Internet. En Santander sus aliados son los vendedores de la Plaza de la Esperanza.

La entrega domiciliaria es la forma de extender el brazo de estos comerciantes hasta el domicilio mismo del cliente, que, aunque renuncie al placeo, como denomina Sanjurjo esas tradicionales visitas diarias a los mercados, sigue teniendo el mismo acceso a esos productos frescos. “Intentamos que el comprador mantenga una parte de esas sensaciones o la vinculación que siempre ha tenido  con los vendedores de cada producto. Nosotros se lo llevamos a casa pero es él quien decide en qué puestos se compra”, explica el promotor de Kibus Online.

Esta vinculación es sustancial para no perder la calidad del servicio y para mantener la fidelización del cliente que tenía el vendedor de la plaza. Un factor sustancial para que el negocio se asiente, porque se basa en la repetitividad. “Quien compra por internet a una cadena de moda puede hacer de media tres pedidos al año pero nuestra media es de al menos un pedido al mes”, explica Sanjurjo.

En la web de Kibus Online el cliente selecciona los productos que le interesan y la franja horaria en la que prefiere recibir el pedido en casa. Por el momento, ese servicio se presta en el ámbito urbano y en el área metropolitana (las zonas se pueden ver en la web) pero no descarta atender otros lugares en el futuro.

Antes de montar esta empresa basada en la logística de última milla, Sanjurjo se ha hecho un experto en otra muy distinta, la internacional. Tras pasar más de siete años en la sección de Import/Export de Inditex, en 2012 creó una empresa transitaria especializada en comercio electrónico a nivel internacional, con la que hace llegar a su destino  en 45 países las ventas que realizan por Internet grandes marcas españolas y extranjeras. Un modelo de envío y reparto que requiere, obviamente, la alianza con couriers de cada uno de esos países que son quienes hacen las entregas en el tramo final.

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