Para el consultor SEO Leo Ramos, de SEO by Leo, el SEO no ha muerto. Ha cambiado de forma radical

Desde SEO by Leo, el consultor SEO Freelance Leo Ramos acompaña a negocios que necesitan convertir Google en un canal de captación sólido y sostenible. Basándose en datos, pruebas y resultados medibles, sostiene que el SEO no ha desaparecido, sino que se ha convertido en una disciplina más exigente, donde la calidad, la especialización y la confianza marcan la diferencia.
¿Se puede decir que el SEO ha muerto?
Al SEO lo han enterrado mediáticamente muchas veces, pero la realidad es tozuda: la mayoría de experiencias online siguen empezando con una búsqueda. Lo que sí ha muerto es una cierta forma de entenderlo.
Ese SEO mecanicista, basado en repetir palabras clave, hinchar textos sin aportar nada y conseguir enlaces sin criterio, no solo está obsoleto, sino que hoy es un riesgo. El SEO de 2025 es estrategia, experiencia de usuario, credibilidad y capacidad de responder preguntas reales. No ha muerto: ha madurado.
¿Qué ha cambiado realmente en la forma de posicionar un proyecto?
El cambio clave es el paso de palabras clave sueltas a intención de usuario y autoridad temática. Ya no se trata de atacar “una keyword” aislada, sino de entender qué quiere lograr el usuario y construir clusters de contenido alrededor de temas completos.
Google lo está dejando claro: en Search Console ya se puede ver algo tan significativo como los “Query Groups”, que agrupan búsquedas relacionadas. Eso refuerza la idea de que se debe:
-Mapear temas amplios (viajes sostenibles, abogados de familia, software de facturación, etc.).
-Crear contenido interconectado que cubra ese tema desde múltiples ángulos.
-Demostrar autoridad, profundidad y coherencia, no solo “estar” para una palabra concreta.
¿Qué papel juega la inteligencia artificial en todo esto?
La IA no ha matado el SEO; lo ha obligado a evolucionar. Con los resúmenes de IA y experiencias tipo AI Overviews, el foco pasa de Search Engine Optimization a algo más cercano a Answer Engine Optimization (AEO).
La pregunta ya no es solo: “¿Cómo consigo el clic?”, sino también: “¿Cómo consigo que mi contenido sea la fuente que cita la IA cuando responde?”.
Google, ChatGPT y otros asistentes necesitan contenido indexado, fiable y estructurado para poder generar respuestas. Quienes redactan contenido original, bien estructurado y con señales claras de experiencia tienen muchas más opciones de aparecer como referencia… incluso si el usuario no termina haciendo clic.
¿Sigue habiendo pilares del SEO que no hayan cambiado?
Sí, y son innegociables:
-SEO técnico: velocidad, Core Web Vitals, arquitectura limpia, mobile-first. Son como la instalación eléctrica de una casa: si falla, da igual lo bonito que sea el salón.
-E-E-A-T (Experiencia, Expertise, Autoridad y Confianza): Google prioriza contenido creado por personas con experiencia real, con autoría visible, referencias y transparencia.
-Datos estructurados y schema: fundamentales para rich snippets, resultados de voz y, cada vez más, para que los sistemas de IA entiendan y “lean” el contenido con precisión. Sin estos pilares, competir en un entorno dominado por la automatización es muchísimo más difícil.
Se habla cada vez más de SEO omnicanal, ¿qué significa en la práctica?
Significa que el SEO ya no vive solo en Google y ya no se mide solo en clics orgánicos a la web.
Actualmente se habla de:
-SEO en buscadores clásicos + buscadores de IA.
-Local SEO y Google Maps para captar demanda cercana.
-SEO aplicado a redes sociales como canal de descubrimiento (TikTok, YouTube, Instagram…).
-Contenido diseñado para ser entendido en múltiples entornos: asistentes de voz, resúmenes de IA, marketplaces, etc.
La clave es preguntarse: “¿Dónde busca realmente mi cliente?”, y posicionarse ahí, aunque no siempre implique un clic directo a la web.
¿Qué es el “SEO conversacional” y por qué es tan relevante ahora?
Porque ya no se busca como antes. Hace años se escribían consultas como “zapatos trail hombre baratos”. Ahora se le puede pedir a un asistente: “Recomiéndame unas zapatillas para correr por montaña, buena tracción, máximo 120 euros, para tiradas de 20 km”. Eso no es una simple keyword, es una conversación.
El SEO conversacional significa:
-Escribir de forma clara, directa y natural, como si se hablara directamente con el usuario.
-Anticipar dudas relacionadas y resolverlas en el mismo contenido.
-Responder preguntas concretas, no solo términos genéricos.
Por ejemplo, en vez de centrarse solo en “mejores herramientas SEO”, tiene más sentido crear contenidos que respondan a:
-“¿Cuál es la mejor herramienta SEO para monitorizar rankings en tiempo real?”
-“¿Cómo adaptar mi estrategia SEO a los nuevos resultados de IA de Google?”
Eso encaja mucho mejor en el tipo de consultas que ya se hacen en asistentes como ChatGPT, Gemini o similares.
¿Cuáles son los grandes desafíos del SEO en 2025?
Se pueden señalar al menos tres:
1. Reducción de clics orgánicos: Los resúmenes de IA y los resultados enriquecidos retienen al usuario en la página de resultados. Habrá menos clics para repartir: hay que asumirlo y medir el impacto más allá del tráfico.
2. Saturación de contenido generado por IA: Nunca ha sido tan fácil producir texto, pero eso no significa que sea útil. Destacar va de aportar experiencia real, datos, ejemplos y puntos de vista propios, no de publicar más palabras.
3. Necesidad de actualización constante: Lo que funcionaba en 2024 puede quedarse viejo en cuestión de meses. Las empresas que no actualicen su estrategia de forma recurrente se irán convirtiendo en ruido de fondo.
¿Cómo pueden adaptarse las pymes a este nuevo escenario?
No es fácil, pero todavía hay mucho espacio si se hace bien. Algunas claves:
-Especializarse: dejar de querer abarcar todo y posicionarse muy fuerte en un nicho concreto.
-Pensar en clusters, no en keywords: elegir unos pocos temas estratégicos y trabajarlos en profundidad con contenidos interconectados.
-Optimizar para resúmenes de IA y snippets: usar FAQs, respuestas breves y secciones muy claras facilita que esos contenidos sean citados.
-Cuidar la experiencia y la confianza: mostrar quién está detrás, firmar los contenidos, explicar casos reales, ser transparente.
-Diversificar canales: no depender solo de Google orgánico; combinar SEO con redes, email, marketplaces, directorios, etc.
Eso sí, no será gratis: exige inversión en contenido, en tecnología y en personas que sepan lo que están haciendo.
¿Tiene sentido seguir invirtiendo en una página web propia?
Más que sentido, es imprescindible. La web sigue siendo la casa digital de la marca: el único sitio donde se puede controlar la experiencia del usuario de principio a fin.
Lo que sí ha cambiado es la expectativa:
-Tener una web ya no es suficiente: debe cargar rápido, ser clara, estar alineada con lo que buscan los clientes potenciales y preparada para que los motores de búsqueda y las IA puedan entenderla.
-El SEO no se puede “pegar” al final del diseño: hay que pensar en arquitectura, contenidos, enlazado interno y objetivos SEO antes de maquetar.
¿Qué primer paso debe dar una empresa que quiera hacer SEO en serio en 2025?
El primer paso no es abrir Search Console ni instalar una herramienta de palabras clave. El primer paso es responder honestamente a esta pregunta: “¿Qué valor real voy a aportar que no esté ya en Internet?”
Si la respuesta es “lo mismo que los demás”, el problema no es el SEO, es la propuesta de valor. A partir de ahí vienen el análisis de mercado, el mapa de temas, la estrategia de contenido, la parte técnica… pero sin algo genuino que aportar, no hay estrategia que funcione.



