La ciencia al día

Purificar el agua con ayuda del sol

Es una solución de perogrullo pero no se le había ocurrido antes a nadie. En Africa, donde la necesidad apremia, algunos pueblos beben agua de ríos contaminados que purifican de una forma no muy ortodoxa, porque no usan filtros ni la hierven. Lo que hacen es ponerla al sol en botellas transparentes de plástico entre cuatro y seis horas. Los europeos inicialmente no se lo podían creer, pero ese método tan sencillo de depuración supone un descenso de enfermedades como la disentería, la gastroenteritis o el cólera.
La explicación científica está en la acción de los rayos ultravioletas, capaces por sí solos de semejante hazaña sin coste y sin investigaciones, aunque su efecto solo dura un día o dos.
En vista de ello, un grupo internacional está llevando a cabo un proyecto a gran escala para purificar el agua en envases de 50 litros en 90 minutos, para lo que ya han empleado 11,9 millones de euros.

Adheridos a los barcos

Un problema tan viejo como la propia historia de la navegación y para el que ya buscaban solución los fenicios en sus idas y venidas por el Mediterráneo, es la presencia de organismos marinos, como bacterias o algas, que se adhieren al casco de los buques y pueden llegar a aumentar el gasto en combustible en un 40%.
La solución para repeler a estos invitados indeseados se buscaba en pinturas para el casco que contienen cobre o TBT pero la legislación medioambiental vigente impide usar estos componentes. Así que la ciencia y, en concreto, la nanotecnología ha venido a echar una mano a través de una intervención molecular que no requiere pintar el barco. Son nanotubos de carbono formados por polímeros de silicona que se adhieren con fuerza a la superficie e impiden que lo hagan las algas y las bacterias.

Más movilidad para los invidentes

Cuentos tradicionales como el de Pulgarcito son un ejemplo de sabiduría aplicable a la vida. Un camino va desde la estación del tren hasta una antigua fábrica, a lo largo de dos kilómetros. Pero es una senda un poco especial porque está formada por radiofrecuencias y lleva ocultos transmisores para facilitar el desplazamiento a los invidentes. Los transmisores están enterrados a ambos lados a 60 centímetros de profundidad para ayudar a estas personas a desenvolverse con mayor autonomía.
El invidente ha de llevar un equipo integrado por unos auriculares y una antena como la de un teléfono móvil para recibir información sobre los lugares que va recorriendo o bien una señal que le indica si se está saliendo del camino correcto.
La ventaja del aparato es que no necesita suministro eléctrico, por lo que puede colocarse en cualquier sitio al aire libre o en interiores. También permite programarlo para avisar de los cambios que haya habido de un día para otro en el recorrido.

Diseño más eficiente de los aviones

Existe una gran preocupación por la fatiga del material del que están hechas las palas de las turbinas en los motores de los aviones. Este fenómeno no es fácilmente detectable y se produce de forma inesperada, por lo que las investigaciones se dirigen hacia la forma de predecirlo.
El último avance se ha hecho en el llamado nivel bajo del motor, en el que se producen los principales problemas de vibración.
Hasta ahora se utilizaba un sistema de respuestas obligatorias ante los problemas de vibraciones, pero se ha descubierto que el asunto es mucho más complejo de lo que parecía porque hay muchas fuentes de vibración que ofrecen respuestas distintas a los pequeños cambios.

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