Jugando en la oficina

Su tarjeta de visita, en la que ellos mismos se presentan como Gran Jefe Indio y Guerrero Gráfico ya indica que su actividad no es muy convencional. En realidad, se pasan el día jugando: “Ya que es un momento tan malo para todos, al menos intentamos divertirnos”, dicen. “Además, “siempre hemos sido personas muy jugonas”. Pero no es lo mismo reunirse con los amigos para echar una partidilla de cartas que intentar ganarse la vida inventándose juegos de mesa, como hacen ellos.
En 2010 estaban en la casilla de salida de este complicado tablero y, a estas alturas de la partida, ya han sacado al mercado casi media docena de juegos inspirados en personajes mitológicos, vaqueros, astroninjas o dinosaurios.
Edigráfica, la empresa a la que ambos pertenecen, es un estudio especializado en diseño gráfico que lleva quince años haciendo casi de todo, desde catálogos de muebles (Herpesa, Novoforma) a banderolas publicitarias de calle (FIS), logotipos para empresas (Regma) y hasta castings para programas de televisión, como ‘Gran Hermano’. De forma paralela a todas estas actividades se han ido haciendo un hueco en el mercado de los juegos de tablero: “No te haces millonario con esto, apenas una patita de todo lo que hacemos, pero nos gusta y es un nicho de mercado, porque no hay nadie más que lo haga”, apunta Sánchez Usera.
Son el único fabricante de juegos originales que hay en Cantabria y uno de los pocos de un país donde la mayor parte de los fabricantes no inventan los juegos sino que adquieren los derechos de los existentes para adaptarlos al mercado nacional. Así es como han llegado hasta nosotros títulos tan memorables como el ‘Monopoly’, que pertenece a Hasbro, o el ‘Risk’, de M.B.
La empresa cántabra, por el contrario, crea cada uno de los juegos que lanza. Desde el diseño gráfico a su operativa, una labor a la que han de dedicar muchas horas dentro y fuera de la oficina: “Crear la temática es fácil, pero todo se complica cuando empiezas a interactuar con cartas positivas y negativas y a cambiar las caras del dado para introducir variables”, explica Piñán. Esta tarea requiere estadística, es decir, muchas horas de práctica para conocer la jugabilidad real y evitar fallos que puedan provocar que el juego se vea interrumpido.
La mecánica de pruebas para cambiar lo que no funciona se conoce dentro de este mundillo como playtestar: “Llamo a mi pandilla de amigos y los utilizo de cobayas para ver hasta dónde puede aguantar”, reconoce este avezado jugador. A sus colegas les pide que actúen con naturalidad, mientras él se concentra en “romper” el juego, es decir, en provocar situaciones límite, como vaciar el dinero de la banca o quedarse con las cartas de valor, para comprobar qué ocurre a continuación.
Para que el control sea fiable es conveniente probar los juegos con personas de distintas edades y niveles culturales, por eso suelen ponerlos en manos de asociaciones de aficionados como Ciudad Blanca, Túnicas Arcanas, Kondaira o Lycos, que mantienen encuentros para jugar tanto a juegos de mesa como de rol y videojuegos.

Juegos por encargo

El primer trabajo se lo encargó la prestigiosa casa de juegos madrileña, Gen X. Se trataba del diseño gráfico de un juego de guerra (la operativa ya estaba creada) pero eso no restó valor a su contribución ya que, como advierten los miembros del estudio cántabro, “la estética es un aspecto clave en los juegos de mesa y sólo si es bonito se vende”.
Su debut no pudo ser mejor porque aquel juego, que simulaba los hechos acontecidos el Dos de Mayo de 1808 en Madrid, cuando el pueblo español se alzó contra las tropas francesas en un intento desesperado por reivindicar su orgullo y rebelarse contra el invasor, fue premio nacional en el sector en 2008.
Antes de editarlo ya tenían comprometidos 3.000 ejemplares a la Fundación Dos de Mayo, que quería utilizarlos en la conmemoración del segundo centenario de esa sublevación popular pero, en cuanto el juego salió al mercado, las ventas se multiplicaron, sobre todo, tras su presentación en la feria internacional más importante del sector, que se celebra en Essen (Inglaterra). Incluso fabricaron una expansión, para sumar más cartas a las iniciales.
Por curioso que parezca, hoy se sigue exportando a países que nada tuvieron que ver con la contienda española, como Alemania, Polonia o Estados Unidos, para el que se han diseñado unas cartas más grandes que encajan mejor con el gusto americano: “Su éxito fue romper moldes”, explican. Y es que lo habitual es que un juego de guerra se prolongue durante horas, mientras que éste acaba en veinte minutos.
Su segunda incursión fue otro encargo, en este caso, de la consultora Deloitte, que quería sorprender a sus clientes con un juego corporativo, para ayudarles a tomar decisiones. Sánchez Usera defiende esta fórmula, porque permite a la empresa “entrar en la casa de los clientes e incluso cambiar la severa concepción que tienen sobre ella, porque pasan un buen rato con sus hijos a su costa”.
En este caso, tanto la imagen como la mecánica del juego salió de sus cabezas, lo que les obligó a sumergirse en conceptos económicos para poder introducirlos en la operativa y maniobrar con ellos.
A partir de entonces han volado solos en este sector y desde 2010 hasta ahora han fabricado Guar Fantasy, un juego de cartas que parodia a los personajes de ‘El Señor de Los Anillos’; Duelo Game, un juego de pistoleros en el Oeste americano,‘Guka Croka’, una aventura infantil con dinosaurios como protagonistas y ‘Ni Yah Te’, sobre astrokaratecas.

Un mundo por descubrir

Nuestra mente asocia los juegos de mesa con largas veladas familiares en torno al bingo o al parchís pero esta pareja de creativos insiste en que existe un amplísimo abanico de juegos, tanto por temática como por mecánica: “Unos prefieren estar tres días moviendo tropas y peones mientras otros prefieren un entretenimiento rápido, para compartir con sus amiguetes en una cena”, explican. Los que idea y fabrica Edigráfica son todos partygames, es decir, juegos rápidos y sencillos para tratar de llegar al mayor público potencial.
El nivel de dificultad varía mucho de unos a otros, desde juegos que solo llevan dos cartas hasta partidas de rol que necesitan auténticos libros de instrucciones.
Una parte de los aficionados a los juegos de tablero actuales son, precisamente, antiguos jugadores de rol, esa afición que hizo furor en los años noventa: “Es gente que se ha casado, ha tenido hijos y ya no tiene tiempo de jugar durante horas, pero les sigue gustando sentir los dados en la mano”, dice Piñán. Otros, por el contrario “son personas que han descubierto este mundillo de forma casual y se han dado cuenta de que es la bomba”, añade.
De los miles de juegos de mesa que se editan cada año muy pocos llegan a las librerías o a las tiendas especializadas. La gran mayoría acaban colgados en un portal web para que los interesados puedan imprimir las cartas y jugar (una técnica conocida como print and play) y sólo unos pocos inician un largo periplo hasta llegar a manos de los jugadores.
Edigráfica cuenta con una distribuidora en Barcelona y está presente en tiendas especializadas, como la librería santanderina Nexus 4. También ha tenido la suerte de acceder a grandes superficies como Fnac, gracias a su colaboración con Enrique Vicente Vegas, uno de los dibujantes de comics que más vende en nuestro país y al que les une una larga relación profesional.
No se pueden quejar porque su primer juego propio, Guar Fantasy, está a punto de agotar las 1.000 copias, algo que en España ya se considera un gran éxito. Y avisan de que no será el final. De hecho, ya están preparando un nuevo juego que enfrentará a distintas escuelas de gladiadores romanos y este mismo año tienen previsto sacar al mercado un juego para el Ipad.
Ambición no les falta pero, como buenos jugadores, prefieren disfrutar a ganar.

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