Edificio Bisalia: el nuevo invernadero de empresas del Parque Tecnológico

Ha supuesto una inversión de 8,3 millones de euros y empezará a albergar compañías el primer trimestre de 2022

En 2001, comenzaron los trámites para adquirir los terrenos donde se ubica el PCTCAN mediante un Proyecto Singular de Interés Regional (PSIR). El 18 de diciembre de 2004 se creó la Sociedad Gestora, encargada de la promoción y la gestión de los servicios del parque, y en 2009 se dio por iniciada su actividad, con la llegada de la empresa Apia XXI. Hoy cuenta ya con 67 compañías alojadas, además del Centro Tecnológico de Componentes, el Instituto de Hidráulica y el Instituto de Biomedicina y Biotecnología. Este mes se entrega el edificio Bisalia que, tras una inversión de 8,3 millones de euros, permitirá asentar en el Parque otro puñado más de pequeñas empresas innovadoras.


 

Hace ya más de quince años que el Parque Científico y Tecnológico de Cantabria (PCTCAN) se convirtió en una realidad, tras una inversión superior a 150 millones de euros que llegó a través del Gobierno de Cantabria, los Fondos Feder y los ministerios de Industria y de Ciencia e Innovación del Gobierno de Zapatero. Su construcción fue una apuesta por la ciencia y la investigación, para hacer más competitivo al tejido empresarial cántabro, y la instalación de las empresas se ha ido produciendo de manera paulatina.

Desde su constitución, la Sociedad Gestora del PCTCAN ha querido dotar a la comunidad de espacios de calidad en los que ubicar nuevas empresas, a través de la venta de parcelas o en la promoción de edificios compartidos donde alojar a empresas tecnológicamente avanzadas que no pueden afrontar la construcción de un inmueble propio,  no lo necesitan o prefieren un alquiler. El parque de Adarzo tiene ocupado un 76,5% de sus 237.000 metros cuadrados, que forman un espacio longitudinal de kilómetro y medio, repartido en 27 parcelas. En  los edificios ya construidos desarrollan su actividad 67 empresas de distinto tamaño, con más de 3.500 trabajadores.

El número va a seguir creciendo, ya que las obras del nuevo edificio de oficinas Bisalia están a punto de finalizar y la Sociedad Gestora ha iniciado la comercialización de sus espacios. Las primeras ocupantes podrían estar operativas en el primer trimestre del próximo año, una vez hayan completados los trámites de obtención de licencia y puesta en marcha.

Vivero de empresas

Aunque el proyecto de este edificio data de 2015, no fue hasta el pasado año cuando se comenzó a construir. Este nuevo semillero de empresas tecnológicas está situado en el número 20 de la calle Albert Einstein, junto a su gemelo Salia, que alberga, entre otras empresas, el Centro de Atención Telefónica del Banco Santander o la sede de Cantra, y está al límite de su capacidad.

La filosofía de la nueva construcción es la misma que la de su predecesor y la de otra incubadora de empresas que se levanta a tan solo unos metros, el Edificio 3.000: alojar tantas iniciativas innovadoras como sea posible. “El edificio Bisalia es el impulso que necesitaba el PCTCAN  para iniciar una etapa de actividad y crecimiento y para volver a inocular en el ideario de empresas y universidad que existe un polo de actividad muy potente, con mucha capacidad de generar sinergias y atracción de inversiones”, transmite Raúl Huerta, el nuevo director de la Sociedad Gestora.

La obra, realizada por  Ascan, ha durado un año y ha supuesto una inversión de 8,3 millones de euros. El resultado es un vistoso inmueble de unos 5.000 metros cuadrados de superficie, de los que 3.850 son útiles. Consta de seis plantas (una bajo rasante, planta baja y cuatro en altura) que serán destinadas exclusivamente a oficinas, salvo la planta sótano, que además de poder utilizarse perfectamente como área de trabajo, gracias a la luz natural que aporta un patio inglés, alberga los cuartos técnicos.

Inquilinos

La sociedad gestora del parque tecnológico ofrece tres opciones para estas oficinas: compra, alquiler o alquiler con opción de compra. El objetivo es  “que el Parque se llene de actividad”, enfatiza Huerta. “Hemos ajustado los precios dentro de los baremos de un estudio económico que hemos realizado y los alquileres oscilan entre los 7,80 y los 12,60 euros por metro construido, dependiendo de la planta y de las plazas de coche que disponga cada oficina”, añade.

El nuevo espacio está abierto a empresas de base científica y tecnológica que, por su capacidad innovadora, contribuyan a incrementar la competitividad del tejido productivo de la región y a fortalecer el sistema regional de I+D+i.

Las oficinas de Bisalia son diáfanas y cuentan con instalaciones de electricidad, telecomunicaciones y climatización independientes.

A la hora de elegir a los futuros inquilinos, la Sociedad Gestora del PCTCAN tendrá en cuenta su porcentaje de gasto en I+D+i sobre la facturación y la ratio de titulados superiores sobre el total de la plantilla. También valorará la pertenencia de sus proveedores y clientes a los sectores estratégicos, el compromiso de creación de empleo y la existencia de proyectos conjuntos con otros agentes del Parque.

Huerta destaca que las solicitudes llegadas hasta la fecha ya cubrirían el 73% de los espacios a comercializar y están “recibiendo consultas y visitas al edificio por parte de otras empresas interesadas en ubicarse en el PCTCAN, lo que evidencia que se necesitaba”.

El perfil de las empresas interesadas es tecnológico y hay varias del campo de las energías renovables, adelanta el responsable de la Sociedad Gestora. “Algunas de ellas ya están en Cantabria y quieren nuevas instalaciones donde ubicarse, ya que se encuentran en proceso de crecimiento y otras no tienen presencia en la región, pero ven que es una tierra de oportunidades y donde existe talento”.

Características

Al igual que su gemelo, el Bisalia el nuevo edificio destaca dentro del parque por su paleta de colores. Frente a los tonos cálidos del Salia –naranjas, rojos y amarillos–, su fachada, realizada por Alufasa, luce tonos amarillos y verdes. Se trata de una fachada ventilada revestida con placas coloreadas fabricadas en resina termoendurecida, un material muy resistente a los agentes atmosféricos, que golpean fuertemente en invierno en esa parte del Parque.

Otra de las características del inmueble son los grandes ventanales, que en la fachada sur están protegidos con lamas en voladizo para evitar el exceso de soleamiento en verano. Además, dispone de paneles solares térmicos y fotovoltaicos distribuidos en la zona suroeste del edificio, lo que permite reducir su consumo energético.

Mientras que la planta baja y la subterránea albergarán tres oficinas, el primer y segundo piso disponen de cuatro espacios delimitados y en las dos plantas superiores habrá nueve cada una. En total, 32 oficinas de entre 50 y 280 m2 que pueden unirse entre sí para formar una superficie mayor. Esto posibilita que se instalen empresas de diferente tamaño y elijan el espacio según sus necesidades.

Las oficinas son completamente diáfanas y están equipadas con instalaciones de electricidad, telecomunicaciones y climatización independientes. Además, cuentan con falso techo y suelo técnico registrable para facilitar el mantenimiento y el paso de nuevas instalaciones.

Como su homólogo Bisalia, dispone en cada planta de salas comunes de descanso y de aseos y de dos ascensores, además de 80 plazas de aparcamiento ubicadas en el parking subterráneo construido en las inmediaciones del edificio.

El Parque continúa creciendo

La apertura del edificio Bisalia no será la única apuesta del PCTCAN para su crecimiento. La Consejería de Industria ya ha decidido elaborar un plan estratégico para dar un nuevo impulso a su actividad.

“Hemos contado con las empresas y centros de investigación ubicados en el PCTCAN, pero también hemos contado con informantes con gran experiencia en la empresa y en el mundo de los parques”, relata Huerta, que ha realizado una ronda de visitas a las empresas instaladas para conocer de primera mano su actividad, los proyectos e iniciativas que están desarrollando y sus necesidades.

Antes de que el futuro plan dé frutos se va a producir otro hito. Tras más de una década vacía, se ha firmado la cesión de la Torre de Energías Renovables del Instituto de Hidráulica (IH) a la sociedad gestora del Parque. Con el nuevo nombre de Torre Xtela, se convertirá en una aceleradora de empresas, cuyo objetivo es impulsar startups innovadoras. “Hemos sido capaces de desatascar este proceso y ya tenemos preparadas las intervenciones necesarias para adecuar el edificio y dotarle de las instalaciones y servicios necesarios para las empresas que se vayan a ubicar”, comenta el responsable de la Sociedad Gestora. “Va a ser un motor de actividad emprendedora de primer nivel para el PCTCAN y Cantabria, para la promoción y consolidación de empresas y para favorecer el talento”, añade.

El Gobierno de Cantabria y la sociedad gestora aún están ultimando la orden que regulará el acceso de las startups a la aceleradora y la forma de seleccionar los proyectos, pero esperan poder publicarla en enero. Acto seguido, se abrirá el proceso de selección de empresas. “Ya estamos recibiendo propuestas y solicitudes de información”, asegura Huerta, quien insiste en la idea de que el PCTCAN “sea sinónimo de actividad, de vida, de personas, de talento y de ideas”.

El edificio será también la sede del Digital Innovation Hub o Centro de Innovación Digital de Cantabria, que va a tener como misión facilitar la transformación digital de las pymes.

María Quintana

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