Revilla pide «cuidado» para que el aumento de casos tras Semana Santa sea una «olita» y no un «tsunami»

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha dado por sentado que se producirá una subida de contagios de coronavirus tras la Semana Santa por el aumento de la movilidad dentro de la región, por lo que ha pedido «cuidado» para que sea «una olita» y no «un tsunami».

«A los 15 días de que termine la Semana Santa vamos a tener un incremento de contagios a pesar del cierre perimetral. La diferencia en que sea una olita o sea un tsunami depende de nosotros», ha manifestado tras la rueda de prensa que ha ofrecido este viernes para informar de las nuevas ayudas que ha aprobado el Gobierno para los sectores afectados por la pandemia, en la que ha estado acompañado por el vicepresidente, Pablo Zuloaga.

Revilla espera que el incremento sea «pequeño» y «no ponga otra vez en riesgo nuestros hospitales y nuestras UCIs», ya que vaticina que «va a haber mucha movilidad dentro de Cantabria» e incluso «puede haber gente que está aquí sin ser de aquí». «Si hace bueno, vamos a ver a la gente llenando las terrazas», ha insistido.

Sin embargo, ha dicho que le «habría preocupado mucho más» si se hubieran abierto las comunidades autónomas. «Entonces sí que con seguridad tenemos la cuarta ola» porque «la gente está con un ansia de salir, de consumir, de vivir, como es lógico».

Por eso le parece «bien» el acuerdo alcanzado en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, ya que, a su juicio, haber tenido unas comunidades abiertas y otras cerradas sería «lamentable» y este control de la movilidad puede servir para salvar el verano.

«La manera de que podamos tener junio, julio, agosto septiembre con una normalidad, con Cantabria llena de gente como el año pasado, es salvar esta cuarta ola y seguir vacunando», ha explicado el presidente.

EUROPA «A LA COLA» EN VACUNAS

En este sentido, ha lamentado que hay «pocas» dosis disponibles y que la «poderosa Europa» se ha «quedado a la cola» mientras Estados Unidos va a llegar ya a tener al 50 por ciento de su población inmunizada. «Es una pena que tengamos capacidad para poner 20.000 vacunas diarias y que no lleguen», ha dicho.

Además, ha recordado que otros países europeos, como Francia Italia o Alemania, tienen en vigor medidas «mucho más duras», por lo que se ha referido a comunidades que apuestan por levantar los cierres perimetrales y se ha preguntado si es que «España vive al margen del mundo».

No obstante, ha apostado por «conciliar» la salud con «abrir un poco la economía» ahora que los datos son «soportables» y que las personas mayores que tenían «más peligro de morir» por coronavirus «ya no llegan a los hospitales» porque están siendo vacunadas.

Por ello, en Cantabria, que está «en la dinámica general de España» o «un poco mejor», se han flexibilizado algunas medidas y desde la semana pasada ya se permite la apertura del interior de los establecimientos hosteleros con un 33% máximo de aforo o la práctica deportiva en interiores, además de que la próxima semana se retrasará el inicio del toque de queda de las 22.00 a las 23.00 horas.

«Más no se puede hacer porque Sanidad no lo permite», ha explicado el presidente, que ha reiterado que, aunque es él quien firma la puesta en marcha de las restricciones, «siempre» lo hace avalado por la autoridad sanitaria. «Jamás en mi vida he firmado algo con un informe negativo» porque «hacer eso es prevaricar», ha insistido.

«INSOLIDARIDAD» DE MADRID

En este sentido Revilla ha hecho referencia a la Comunidad de Madrid, que defiende la apertura en Semana Santa, y ha dicho que le «cuesta entender» que esa postura tenga el aval de los sanitarios, ya que va «en contra de lo que dice la inmensa mayoría de personas de aquí y del mundo».

También se ha pronunciado al respecto el vicepresidente, que ha lamentado la «absoluta irresponsabilidad» de Madrid al «salirse por la tangente» en este acuerdo nacional y «toar decisiones de forma unilateral», aunque ha confiado en que el Gobierno central «tendrá herramientas» para hacer cumplir el cierre de las comunidades, decisión que considera un «acierto colectivo».

Asimismo, Zuloaga ha lanzado un mensaje de responsabilidad y ha destacado que Cantabria ha venido adoptando una postura «conservadora» en el Consejo Interterritorial en cuanto a las restricciones. En este sentido, tanto él como Revilla han indicado que, aunque sigue descendiendo el número de contagios y hospitalizados, el virus «sigue estando ahí» y se esperaba una caída que no se ha dado, ya que se está produciendo una «resistencia».

Por ello, Zuloaga ha advertido que reducir una hora el toque de queda -que será de 23.00 a 6.00 horas desde el próximo miércoles- «no significa que en ningún caso debamos relajar la responsabilidad», y ha recordado la «factura» que supuso en «vidas y en esfuerzo sanitario» la movilidad en las fiestas navideñas.

«Llegar hasta aquí ha costado mucho esfuerzo pero ha servido para aprender de otras decisiones que se han tomado antes», ha concluido.

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