EMPEORAN LOS TIEMPOS, PERO MEJORA EL CLIMA

El sector hostelero ha empezado a pensar que no hay años perfectos y que es mejor conformarse cuando son simplemente regulares, como 2008. No fue de los mejores, pero tampoco tan malo como se esperaba. Además, teniendo en cuenta que las previsiones económicas para 2009 son malas, habrá que considerarlo aceptable. No obstante, Rodrigo Rato, en su reciente conferencia de Santander, manifestó su convencimiento de que el sector turístico resultará menos afectado que el resto, dado que es el único en el que España ejerce como potencia (es el segundo país del mundo por volumen de ingresos) y muchos de sus competidores se encuentran con serios problemas de estabilidad que ahuyentan a su clientela.
Cantabria no vive del turismo internacional sino del nacional y lo que necesita es que se mantenga la capacidad de gasto de las familias españolas o que aparezcan más motivos para atraer a los visitantes. Con respecto a lo primero, poco puede hacer, pero cada año consigue encontrar nuevos ganchos turísticos, algo que resulta sorprendente en una región tan pequeña: En el último ejercicio se han sumado la declaración de ocho cuevas más como Patrimonio de la Humanidad (Altamira ya lo era); la aparición en El Soplao de un ámbar prehistórico que dará mucho que hablar o la Feria de Día de Santander, que ha descubierto unas posibilidades sorprendentes.

Balance aceptable

El sector turístico hace balance cada año en su Gala de Hostelería y en la de 2008 no hubo mensajes cruzados, ni cruces dialécticos, porque el nuevo presidente, Emérito Astuy ha decidido enterrar cualquier hacha de guerra y quitarle a la fiesta el matiz de asamblea anual de asociados que le dio el anterior presidente Miguel Mirones. Algo que creaba una cierta confusión entre los políticos asistentes, ya que se sentían vapuleados en el mismo acto al que acudían como invitados, dado que en todos los repasos hay referencias positivas y negativas.
Bien sea por la personalidad conciliadora de Emérito Astuy o por el hecho de que desde su llegada a la presidencia la Consejería de Cultura ha sido mucho más receptiva a alcanzar un convenio de colaboración con la Asociación de Hostelería, el caso es que se han apaciguado las aguas y el único mensaje con intencionalidad de toda la noche fue un sutil comentario con doble sentido emitido por el consejero a propósito del premio Horeca: López Marcano se limitó a reconocer la difícil labor del jurado al premiar al Centro de Alto Rendimiento de Vela de Cantabria “en un año en el que ha habido acontecimientos tan importantes”, como la inclusión de un nutrido grupo de cuevas cántabras en el reducido club de los bienes que deben ser considerados patrimonio de la Humanidad.
Aunque la oportunidad sea discutible, no lo son los méritos y el Centro de Alto Rendimiento de Vela ha atraído a Santander a las tripulaciones olímpicas españolas e, incluso, a algunas de sus rivales, entre ellas, las australianas y estadounidenses, que han querido conocer in situ la base de operaciones de los regatistas españoles. Un equipo que, con sus triunfos, ha convertido el Centro de Alto Rendimiento Príncipe Felipe, de Santander, en el primero del ranking mundial.
Alejando (Jan) Abascal su director y uno de los primeros medallistas olímpicos del país, recordó que además de los regatistas olímpicos y los escolares locales que se inician en la vela, por las instalaciones del CEAR cántabro pasan cada año casi 200 cursillistas de otras regiones que, en muchos casos, arrastran con ellos a sus familias, algo que siempre viene bien para el sector hostelero, sobre todo cuando la situación general no es buena.

Ni el mejor ni el peor

El sector turístico cántabro ha aguantado relativamente bien los primeros empellones de la crisis, aunque los restaurantes de cierto precio han notado un descenso significativo en el número de comidas y cenas servidas estas navidades, que alguno se atreve a cifrar, incluso, en el 50%. No obstante, hay una cierta sensación generalizada de que la hostelería aguantará mejor que el resto. No solo lo dijo Rato en Santander, sino que también lo pronosticó Miguel Angel Revilla en su alocución ante los hosteleros en la clausura de la Gala.
El consejero de Turismo, Francisco Javier López Marcano reconoció ante el sector que “no estamos terminando el mejor año de nuestra historia, pero tampoco es lo catastrófico que algunos habían pronosticado”. En realidad, 2008 no ha sido muy homogéneo y mientras que los hoteles no pueden darse por satisfechos, casonas, campings y otros establecimientos extrahoteleros han presentado un balance aceptable.

El éxito de las casetas

Los bares, al menos los de Santander, han encontrado un motivo de esperanza en la Feria de Día que, después del éxito de la primera edición, celebrada el pasado verano, ha levantado grandes expectativas. El Ayuntamiento de la capital acogió con grandes dudas la propuesta de la Asociación de Hostelería, como reconoció el alcalde, Iñigo de la Serna. Cabía la posibilidad de que una parte de la ciudadanía reaccionase en contra de esta fiesta callejera, por las molestias ciudadanas que podía conllevar, y el conflicto de Cañadío era un precedente demasiado próximo como para no tenerlo en cuenta. Emérito Astuy dio garantías al alcalde de la capacidad de la Asociación para organizar un evento que presentaba tantas incertidumbres y la Asociación se encargó de instalar las casetas y de ponerlas al servicio de los hosteleros que quisieran sumarse a la iniciativa.
El éxito de público ante los mostradores del casi medio centenar de establecimientos que aceptaron el reto de sacar su negocio a las calles durante unos días y la favorable opinión de la ciudadanía, han multiplicado el interés de los hosteleros por participar en las siguientes ediciones. La Asociación quiere aprovechar este clima de euforia para extender este modelo de feria a otros municipios y está convencida de que en sucesivas ferias se subsanarán, también, los pequeños problemas que planteó la primera.
Si las casetas pueden ser un motor para una parte del sector hostelero en estos tiempos de crisis, la candidatura de Santander como Capital Cultural para 2016 aportará más combustible, a través de acciones de promoción y medidas para mejorar las dotaciones de la ciudad.
Astuy pidió la ayuda del consejero para poner en marcha otra iniciativa más, la central de reservas on line, que permitiría que establecimientos cántabros que no lo están haciendo puedan contratar habitaciones por internet y muchos otros que lo hacen a través de portales nacionales e internacionales paguen mucho menos por ello.

Diferenciarse por calidad

Siempre es posible sacar algo positivo de una situación complicada y Astuy recomendó a los asociados aprovechar estos momentos para realizar cambios en los negocios “haciéndolos mucho más eficientes o tomando una serie de decisiones que, en otras situaciones sería difícil acometer”. “Nos toca contener el gasto y tratar, en la medida de lo posible, de mantener el empleo”, continuó.
Astuy pidió a su sector una dosis de creatividad para atraer a los clientes e insistió en reforzar aún más la calidad como elemento diferenciador de la hostelería de Cantabria.

Más oportunidad para elegir profesionales

La crisis sí puede aliviar, al menos, uno de los problemas que padecía el sector, el de la escasez de personal cualificado, y Astuy así lo mencionó. “Es el momento de formar profesionales cualificados, de dignificar una profesión a la que debemos atraer nuevos talentos, personas jóvenes con ilusión que puedan llegar a jubilarse en la profesión para la que se han formado.”
El objetivo de la Asociación es conseguir que la formación de camareros, de jefes de sala o de responsables de cocina acabe por ser una exigencia para trabajar en el sector y una de sus apuestas más importantes es el Hotel Escuela Las Carolinas, por cuyos cursos de formación han pasado más de mil personas en el último año.
Astuy cerraba con esta Gala su primer año de mandato, ya que el 23 de enero se habían celebrado las elecciones a la presidencia de la Asociación, tras la marcha de Miguel Mirones, aupado a la presidencia de la CEOE-Cepyme Cantabria. Astuy, que ya ocupaba el cargo en funciones, ganó las elecciones, a las que se presentaron otros dos candidatos, y obtuvo el 63% de los votos emitidos. Desde entonces, y a pesar de haber surgido hace algunas semanas otra patronal en el sector, la Asociación ha incrementado su afiliación en medio centenar de empresas, lo que refuerza su hegemonía. Se da la circunstancia de que, a pesar de ser Cantabria una de las regiones más pequeñas del país, su Asociación de Hostelería está entre las tres primeras en número total de empresas integradas y, como cabía esperar de este dato, es la más representativa de España, ya que ninguna otra tiene mayor porcentaje de afiliados.

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