Los coches ya circulan por el Distribuidor de La Marga

Cerca de cinco años ha durado la construcción del Distribuidor de La Marga, entre paralizaciones por trámites urbanísticos, demoras en la cesión del terreno de la estación de autobuses y del Parque de Bomberos por el Ayuntamiento y la falta de fondos del Ministerio de Fomento para completar la obra. Todos los problemas se han superado y, por fin, Santander cuenta con un enlace vital para conectar transversalmente la ciudad entre el sur (zona marítima) y el norte (La Albericia).
Se trata de un vial urbano de alta capacidad, de 1.538 metros de longitud, que consta de cuatro carriles, dos por cada sentido de circulación, y calzadas separadas.
El trazado comienza en la calle Segundo López Vélez, poco después de la glorieta de La Marga; supera, a través de un paso inferior, la glorieta que se ha construido en la Avenida de Valdecilla y, a continuación, atraviesa la loma comprendida entre la Residencia Cantabria y el barrio de Cazoña mediante un falso túnel de 315 metros de longitud. La boca norte se encuentra a poco de cruzar bajo la Avenida Cardenal Herrera Oria.
El trazado conecta con el final de la Avenida de Los Castros, a la altura de La Albericia y Emilio Díaz Caneja, donde se ha construido otra glorieta más, de 64 metros de diámetro.
La obra no llega a enlazar con la S-20, pero permite un acceso relativamente rápido a esta autovía que conecta Bezana con El Sardinero y eso propiciará su uso como conexión entre las entradas y salidas de la ciudad.
El proyecto incluyó a última hora la construcción de una pasarela peatonal metálica de 70 metros de luz, que sobrevuela el Distribuidor para evitar que los peatones que se desplazan desde la calle Leonardo Torres Quevedo al Centro de Salud de Cazoña se ven a obligados a dar un gran rodeo.
La inversión del Ministerio de Fomento ha alcanzado los 36 millones de euros y es la mayor que haya hecho nunca en un entorno urbano, donde las competencias son, obviamente, de los municipios. El Ayuntamiento de Santander simplemente asume el mantenimiento, la conservación y la explotación.
La Corporación forzó, además, que el Ministerio construyese un parking sobre el falso túnel de Cazoña, que estaba previsto recubrir con parte de la tierra extraída. De esta manera, se atienden las necesidades de aparcamiento de la zona –y, especialmente, las de la Residencia Cantabria– y se reducen considerablemente los costes que hubiese supuesto la excavación y la construcción del aparcamiento en otro lugar. No obstante, al renunciar a la concesión las compañías Emilio Bolado y Tratado, a las que el Ayuntamiento otorgó su explotación, el parking queda aún por rematar y tampoco se sabe qué sociedad será la que afronte esta inversión a cambio de gestionar el futuro aparcamiento.
Está previsto que el Distribuidor de La Marga canalice una buena de parte de los alrededor de 200.000 vehículos diarios que circulan por la Recta de Parayas, la Autovía A-67 entre Santander y Torrelavega y la N-623 Santander-Burgos, pero también otra parte de los que circulan por la S-20. No obstante, por el momento son relativamente pocos los conductores que han incluido el nuevo tramo en sus rutinas de desplazamiento. El paso del tiempo y los cambios de rutinas permitirán saber si se cumplen o no las expectativas.

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