La Caja aguanta el tipo y no quiere saber nada de fusiones

Caja Cantabria ha cerrado el semestre con un beneficio neto de 32,3 millones de euros, un 7,7% menos que el pasado año. La entidad cántabra parece afectada por la crisis, como el resto, pero ha encontrado en el dinero a bajo precio del Banco Central Europeo una ayuda inestimable, tanto que su margen por intereses ha aumentado en un 40% y eso le ha permitido destinar 48,5 millones de euros a provisionar los créditos dudosos sin que se haya notado apenas en los resultados.
Es evidente que el primer semestre de 2009, en plena crisis, tiene muy poco que ver con el primero de 2008, cuando todavía la economía española avanzaba como una locomotora desbocada. Se piden muchos menos créditos para la promoción, se conceden menos para la compra de viviendas, se han amortizado ya una parte de las hipotecas… Y, sin embargo, el margen que Caja Cantabria ha obtenido por intereses ha sido de 126 millones de euros, 36 más que en 2008.
Costaría explicar semejante evolución en circunstancias normales, pero en este caso, no lo son. El secreto está en las ayudas indirectas que el Estado y el Banco Central Europeo están prestando a las entidades financieras, a lo que se ha añadido algo que sí ocurre de forma natural: cuando bajan los tipos, la traslación a los depósitos es casi inmediata, mientras que la aplicación sobre el activo (hipotecas) va con algún retraso. Por ejemplo, una que se haya revisado en octubre pasado, cuando el euríbor estaba al 5,5%, está pagando alrededor un 6%, un tipo muy alejado del precio real del dinero ahora mismo.
La Caja, como muchas otras entidades españolas que tienen activos de calidad con que respaldar los préstamos, ha acudido con ellos al Banco Central Europeo, que está facilitando la financiación al 1%. En realidad, la Caja cántabra nunca ha llegado a necesitar tanta liquidez, como ocurría con otras, pero es una oportunidad que no puede dejar pasar, porque con ese dinero puede comprar deuda pública del Estado que le está pagando al menos un 3%.
Ese margen tan generoso en un negocio con tan poco riesgo está compensando la apatía del negocio ordinario, como consecuencia de la crisis, y ha sido muy útil para afrontar sin quebrantos la fuerte subida de la morosidad. Si hace un año era del 2,16%, ahora se encuentra en el 4,74%, más del doble, aunque la entidad cántabra aún conserva tasas inferiores a la media del sector y ha recurrido en mucha menor medida que otras a ocultar el problema adquiriendo los activos inmobiliarios de aquellos promotores que no pueden devolver sus créditos.
La Caja ha conseguido, además, que el aumento del negocio y la política de austeridad en los gastos y las prejubilaciones que realizó el pasado año rebajen hasta un histórico 37,4% el ratio de eficiencia (la parte del margen obtenido en las operaciones que consume la gestión), doce puntos menos que en junio de 2008.

Morosidad

El dinero barato del Banco Central Europeo no durará siempre y los precios de los productos financieros se irán ajustando a los tipos, aunque probablemente nunca más volvamos a ver diferenciales tan reducidos como los que se negociaban años atrás. Las entidades lo saben, pero eso les ha permitido salvar dos semestres de crisis general muy difíciles, por no decir catastróficos, y la evolución al alza de la morosidad empieza a desacelerarse, aunque nadie sabe muy bien a dónde puede llegar.
Caja Cantabria ha tenido más problemas con sus créditos industriales (como Candemat) que con los inmobiliarios, y con las constructoras y promotoras foráneas (caso de Urazca) que con las locales. El 65% de su morosidad es producto de suspensiones de pagos, aunque en su cartera más de la mitad del negocio está hecho con particulares. Esa evolución de la mora le ha consumido un volumen significativo de provisiones, que a pesar de las cuantiosas aportaciones que ha realizado en el último año han bajado del 92,3% de cobertura al 58%. Aún están por encima de la media y, si se incluyese el valor de las garantías hipotecarias que respaldan gran parte de esos créditos, pasaría a ser del 150%.

No a las fusiones

En el huracán de cambios que vive el sector de las cajas de ahorros, empujados por el Banco de España, la caja cántabra no tiene intención alguna de fusionarse con nadie. Cree que está en perfecta disposición de desenvolverse por sí sola, gracias a sus ratios de eficiencia, al exceso de liquidez del que presume y al reforzamiento de su capital tras colocar en el mercado una emisión de 63 millones de euros en preferentes. De esta forma ha alcanzado un 11% de capital, un punto más que hace un año, con un coeficiente que puede compararse con las entidades más solventes del sector.
Lo que no ha descartado es hacer alianzas estratégicas con otras cajas, para reducir los costes en el campo de la informática o los de las emisiones, pero ese tipo de acuerdos ya se han realizado antes con normalidad.
No tener que recurrir a matrimonios forzados evitará una situación compleja y no solo para la Caja, sino también para el Gobierno regional, dado que la única posibilidad de fusionarse sería hacerlo con una entidad de fuera de la región, algo más difícil de asimilar por la opinión pública que una fusión intrarregional, como las que se han planteado en Andalucía, Castilla y León o Cataluña.

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