Los hosteleros temen lo que pueda ocurrir cuando desaparezca el humo

Lejos ya de los años en que la tensión se adueñaba de la fiesta de los hosteleros, con mensajes cruzados entre el entonces presidente de la patronal, Miguel Mirones, y el consejero de Turismo y entre el anterior alcalde, Gonzalo Piñeiro, y el presidente Revilla, la última gala del sector cántabro ha sido una balsa de aceite. Ni siquiera la proximidad de las elecciones regionales y locales propició que en los discursos de los dirigentes políticos hubiese alusiones claras.
La Gala volvió a estrenar un nuevo formato y esta vez con dos partes muy diferenciadas. La Asociación de Hostelería pudo disfrutar del Palacio de Festivales, cedido por la Consejería de Turismo –otro signo más del nuevo espíritu de colaboración– y celebró en el salón principal la entrega de premios, conducida por el humorista Carlos Latre con imitaciones tan inteligentes como apegadas al terreno. Eso permitió que los asistentes pudiesen seguir el mensaje del presidente de los hosteleros, Emérito Astuy, con más atención que el año anterior, cuando, al recrearse el ambiente de un bar de copas, lo dificultaron el ruido y los corrillos.

“Trabajamos más para ingresar lo mismo”

Astuy volvió a mostrar su temor a lo que pueda ocurrir como consecuencia de la tajante prohibición de fumar en lugares públicos a partir de enero. El presidente de los hosteleros teme que eso afecte, sobre todo, a los bares, cafeterías y locales nocturnos en los que el cliente muchas veces asocia la consumición con un cigarrillo.
Después de recordar que el sector se ha visto obligado a asumir en sus márgenes la reciente subida del IVA (“no era el momento para hacerlo”, dijo) además de reducir el precio de los menús y de las habitaciones, Astuy expuso que cada vez es necesario trabajar más para tratar de ingresar lo mismo: “Llevamos 30 meses de descenso de facturación”, dijo. A la vista de este escenario, mostró su temor a que la nueva norma eche por tierra los esfuerzos anteriores y provoque un recorte de las cajas. Para atenuar sus efectos pidió, aunque sin demasiada convicción de poder conseguirlo, que en los locales se puedan instalar unas cabinas para clientes fumadores en las que no podrían entrar ni los camareros, porque están trabajando, ni los menores.
Con parecido fatalismo habló de la oportunidad perdida recientemente para revitalizar el sector hostelero cuando el Congreso rechazó una iniciativa del PP para rebajar el IVA superreducido de la hostelería al 4%. La casualidad hizo que en la sala se encontrase, en ese momento, la ponente de la propuesta, la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, que había acudido a Cantabria para la presentación de un libro del diputado José María Lasalle.
Pese a las circunstancias desfavorables, el presidente de los hosteleros volvió a mostrar su absoluta confianza en el sector, que definió como “dinámico, emprendedor, creativo y muy resuelto”.
El consejero de Cultura y Turismo, Javier Marcano, destacó el buen comportamiento del sector durante la crisis, si se compara con cualquiera de los otros y el alcalde de la capital trasladó el argumento a la ciudad que preside, al recordar que en el último verano la ocupación hotelera en Santander fue del 87%, tres puntos superior a la de 2009, aunque no mencionase que esa mejora no se ha traducido en mayores ingresos.
Por su parte, el presidente regional, Miguel Angel Revilla, que cerró el acto, aseguró que la promoción de Cantabria que hace en los medios de comunicación tiene ciertos riesgos. Eso, dijo, genera expectativas entre quienes vienen a la región que luego se podrían ver frustradas si lo que reciben no está a la altura de lo que esperan. Sin embargo, aseguró que la inmensa mayoría de las cartas que recibe desde otras comunidades proceden de visitantes que se muestran muy satisfechos por la gastronomía de la región y por el trato recibido, algo en lo que hizo mucho hincapié como factor diferenciador en el concurrido campo de la captura de turistas.

Los premiados

En cada Gala, el sector reconoce a algunos de sus profesionales, una ceremonia que resulta especialmente emotiva tanto para los galardonados, que a veces han dedicado toda su vida a la atención de los clientes, como para sus familias y el resto de los asistentes. Este año, los premios a la trayectoria empresarial fue para Ricardo del Barrio Rodríguez, propietario de ‘El Marinero’, de Laredo; Luis Miguel Salvarrey, del Mesón Restaurante Los Templarios, de Castro Urdiales; y Raúl Fernández Rincón, que está al frente del Bar y Pub El Patio, de Torrelavega.
Las distinciones a los trabajadores fueron para Eloísa Pérez Martínez, gobernanta del Hotel Isabel, de Isla, y para Arsenio Fernández Campuzano, del Restaurante Villa de Santillana, de Torrelavega.
Alejandro Guerra Cuesta, propietario del Bar Cantabria (Santander), Casa Goria y La Casa del Cura y revitalizador del Río de la Pila obtuvo el Premio al Joven Empresario.
El premio a la trayectoria recayó en Casa Enrique, de Solares, con más de un siglo a sus espaldas.
El gran protagonista de la noche fue el futbolista Pedro Munitis, que recibió el premio Horeca, destinado a reconocer a personas ajenas al sector que promocionan Cantabria.
Tras los actos protocolarios, la Hostería de Castañeda sirvió a los asistentes una cena buffet en una carpa levantada sobre las escaleras del Palacio.

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