La ciencia al día

Espejos gigantes

La ciudad austriaca de Rattemberg, situada al pie del monte Rut, acaba de poner en marcha un proyecto tecnológico para evitar que sus habitantes emigren de la zona por la falta de luz solar. Y es que, hartos de soportar inviernos extraordinariamente largos y oscuros por culpa de la sombra producida por una colina, han recurrido a espejos gigantes denominados heliostatos, que son capaces de reflejar la luz del sol sobre la ciudad.
Los espejos están colocados a 400 metros al norte de la localidad y un ordenador los orienta para que sigan la luz solar como si fueran girasoles y después la reflejen sobre las calles.
De momento, sólo pueden iluminar unos 100 m2 del bello pueblo tirolés, donde se supone que se agolparán sus habitantes para ponerse morenos.

Material vibrante

Una pequeña empresa francesa ha diseñado un altavoz plano para lugares públicos que se vale de unas finas hojas de poliestireno para la difusión del sonido. Este material ha de vibrar de una forma precisa para crear los sonidos requeridos y que el resultado llegue al oído humano.
La teoría estaba desarrollada, pero no era sencillo averiguar cuál era el mejor tipo de poliestireno para los altavoces y eso se ha solucionado gracias a la colaboración de una empresa española capaz de modelizar los vibradores acústicos por ordenador y con un sistema de software que hace las veces del sistema tradicional de prueba y error.

Menos rechazos en los transplantes

Una nueva sustancia química reducirá el riesgo del rechazo en los trasplantes de órganos humanos.
Los ensayos clínicos se han desarrollado en Holanda y han tomado como base una enfermedad denominada GVHD, donde suelen producirse rechazos de órganos, y ahora se llevan a cabo aplicaciones en trasplantes de células madre de la sangre, un método aceptado para restaurar el sistema de formación sanguínea en pacientes con cánceres linfáticos, enfermedades metabólicas o inmunológicas.
El problema que se plantea en estos casos es que, junto a las células madre se implantan algunas células T, que atacan a cuerpos extraños, como bacterias y virus, y estimulan al tejido para que rechace al inquilino. El nuevo tratamiento usa una toxina selectiva para matar a las células T y permitir una rápida reconstrucción del sistema inmunológico del paciente.

Girasoles contra el sida

Científicos alemanes han conseguido un nuevo avance en el tratamiento del sida, gracias a la obtención de un principio activo a partir de los girasoles.
La sustancia que tiene la capacidad de detener el progreso del virus es el DCQA o ácido quínico dicafeoil, un componente que desgraciadamente resulta muy difícil de obtener ya que sólo se encuentra en cantidades muy pequeñas en algunos alimentos como las alcachofas y la achicoria salvaje, por lo que hasta ahora un gramo costaba aproximadamente un millón de euros.
Los científicos han conseguido obtenerlo a un precio más barato a partir de los girasoles, ya que esta planta rechaza los ataques de un hongo llamado podredumbre blanca del tallo, produciendo el DCQA.

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