Enrique García Martín. RESTAURANTE CASA ENRIQUE:

Llega tarde a la entrevista por culpa de un constipado que le tiene contra las cuerdas. Son las once y media de la mañana y los empleados ya están preparando la comida desde hace un buen rato. Enrique García Martín está desde 1980 al frente del Restaurante Casa Enrique, que fundaron sus antepasados hace casi un siglo.

Pregunta: ¿Cómo surgió el establecimiento?
Respuesta.- Lo crearon mis abuelos en 1910, por lo que el año que viene cumplimos el centenario. Mi abuela vio la oportunidad del negocio, porque tenía un local junto a la estación de tren de Solares y es que, en aquella época, el ferrocarril era el medio más importante de locomoción. De hecho, no existía prácticamente ningún otro. Mis padres se hicieron cargo del comercio en 1950.

P.- ¿Desde cuándo está al frente del mismo?
R.- En 1980 lo cogimos mi hermana y yo. Ahora estoy junto a mi mujer e hija, que es jefa de cocina y representa la cuarta generación, y tengo nueve empleados.

P.- ¿Cuál es el secreto para que un negocio se mantenga tantos años?
R.- La dedicación y, en mi caso, que me gusta lo que hago. Generalmente, suelo trabajar entre catorce y quince horas al día y atiendo personalmente a mis clientes, en el bar y en el restaurante. Tanto mis empleados como yo mismo llevamos nuestro nombre grabado en los delantales porque me gusta que el cliente sepa quién le trata. Además, considero muy importante la formación constante y procuro acudir a cursos de atención al cliente.
P.- ¿Su especialidad son las alubias?
R.- Nuestro plato más famoso es el carico montañés, que viene ya de la época de mis abuelos. La base es la alubia roja estofada, que se cocina a carbón junto al pimiento rojo y verde. Hay que cuidar este producto que sólo se da en pequeñas cantidades en la comarca de Trasmiera y que tiene un alto precio, por su escasez y calidad.

P.- ¿Otro género por el que destaque?
R.- Productos de la tierra y del mar, entre ellos la merluza, y platos de temporada, como las angulas y las setas.

P.- ¿De dónde procede su clientela?
R.- Hay dos tipos perfectamente diferenciados. En invierno, acuden clientes de Cantabria y del País Vasco. En cambio, en verano, vienen muchas personas del Sur, sobre todo de Sevilla y Cádiz. Estoy convencido de que el 99% viene porque ha oído hablar de nosotros. Y es que el boca a boca es fundamental.

P.- Antes, la carretera que atraviesa el centro de Solares era la única para poder ir a Bilbao, pero la Autovía la convirtió en una secundaria. ¿Le ha perjudicado mucho?
R.- Al pueblo, sí; pero a mi negocio no, quizá porque ya tenía el prestigio ganado.

P.- ¿Ha ayudado la apertura del Balneario?
R.- Sí, no cabe duda que el Balneario es muy importante para nuestra localidad. De hecho, la crisis por la que pasó la embotelladora en 1972 se notó muy negativamente en la población. Ahora, esta empresa atrae a mucha gente a comer y a dormir a Solares, y eso supone ingresos para el municipio.

P.- Las obras que se están realizando en la Avenida de Calvo Sotelo, ¿benefician o perjudican al comercio?
R.- Los comerciantes piensan que han sido perjudicados, por los larguísimos plazos de ejecución y la pérdida de aparcamientos. Estéticamente, la Avenida puede haber mejorado, pero en otros terrenos, las obras no han beneficiado en nada.
P.- ¿No es necesaria una modernización del comercio?
R.- Creo que muchos de ellos, al ser heredados, no han sufrido una transformación suficiente. No obstante, la Asociación que han formado está propiciando un cambio de mentalidad.

P.- ¿Qué más se le ocurre para que funcione mejor?
R.- Es fundamental el diseño del escaparate, unos mejores horarios… En fin, tener el negocio al día.

P.- ¿Las perspectivas son peores este año por la crisis? ¿Influye también la meteorología?
R.- Las perspectivas son peores por la crisis, porque el mal tiempo lo hemos tenido siempre en nuestra tierra. Yo estoy notando la recesión porque tengo menos clientela y, por tanto, menos ingresos, aunque afortunadamente no me he visto obligado a prescindir de ningún empleado. Creo que influye mucho el miedo escénico que tenemos, pero está claro que esto no puede seguir así. El Gobierno tiene que tomar medidas para relanzar el consumo.

P.- El empresario, ¿se siente apoyado?
R.- No nos sentimos apoyados por el Gobierno. Es fundamental una agilización de la financiación para la pequeña y mediana empresa, que es la que crea empleo. Para mí, el empresario español es un valiente porque, a pesar de los obstáculos que tiene, sigue adelante. Nunca pensamos en cerrar. Eso nos suena a chino.
P.- Aparte de su restaurante, ¿tiene otras aficiones?
R.- Durante mucho tiempo pesqué truchas y cacé sordas. Ahora ya no lo hago, por falta de tiempo, pero patrocino la caza y la pesca de estas especies. Además, durante la feria de Santiago hacemos tertulias en el restaurante con toreros y empresarios taurinos.

P.- Su establecimiento está ligado al arte, porque en esta misma casa nació el pintor Ricardo Bernardo.
R.- Sí, así es. Fue un pintor nativo del municipio de Marina de Cudeyo. Aunque tiene poca obra destacó por sus retratos y sus paisajes, en especial los de la bahía de Santander.
César Camacho

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