La cerveza que se hace en Cantabria

El inglés Andrew Dougall llegó a Cantabria hace diez años para tratar asuntos relacionados con una empresa editora de libros que aún regenta, y decidió quedarse a vivir aquí.
En Inglaterra había trabajado en una fabrica de cerveza y conocía perfectamente la técnica para fermentar esta bebida a partir de la cebada y el lúpulo. En realidad, casi como cualquier británico. Pero al contrario que sus compatriotas, que como mucho pueden pensar en fabricar para su propio consumo, Dougall llegó a la conclusión de que en España la mayoría de las marcas de cerveza saben muy parecidas y él podía ofrecer algo distinto. Así que hace cuatro años se aventuró a hacer su propia producción de cerveza y crear su marca, la Dougall´s, para distribuirla por la región.

Producción artesanal

En su local de Liérganes, Andrew dispone de los recipientes necesarios para la elaboración de la cerveza: unos tanques de acero inoxidable recubiertos de madera: “Los traje de una fábrica de Inglaterra, que creció y compró nuevo material”, dice. En dos de los depósitos se almacena el agua caliente para ser mezclada, en un tercero, con la malta, que trae de Inglaterra. De esta combinación resulta un líquido dulce, un mosto, al que añade otros ingredientes naturales, como el lúpulo –que también procede del Reino Unido y de su propia plantación– para que adquiera unas características determinadas y poder producir distintos tipos de cerveza: rubia, tostada o negra.
Tras ser enfriada gracias a un intercambiador de calor, empieza un proceso de fermentación alta, durante cinco días, mientras la levadura que se añade forma una capa encima del líquido. Esta es la principal diferencia con la fermentación baja, en la cual la levadura se acumula en el fondo.
Andrew Dougall asegura que en el proceso de elaboración de su bebida todos los ingredientes son naturales y que no utiliza ningún elemento químico que altere el sabor o el color de su cerveza, con la que quiere satisfacer la demanda de un público que busca una mayor variedad.
“Gracias a las cervezas de importación la gente ha conocido nuevos sabores y formas de beber la cerveza”, dice Andrew quien, cuando llegó a Cantabria, se sorprendió de que en España la cerveza se bebiera “como si fuese un refresco”, mientras en otros países se toma a una temperatura más templada.

Distribución en Cantabria

Tras varias semanas de maduración, la cerveza ya está lista y Andrew la distribuye entre sus clientes en barriles, aunque ya está pensando en ofrecerla también embotellada. Si tiene éxito, no descarta que se pueda vender en supermercados o en grandes superficies comerciales.
De momento, la distribución se limita a algunos bares de Liérganes, como el Whisky Bar Los Picos, que fue el primero en comercializar la Dougall´s. Felipe, su propietario, reconoce que la gente, al principio, se muestra algo escéptica ante una cerveza que tiene un sabor más fuerte, al que los paladares no están habituados. Pero, la gente se acostumbra enseguida y el dueño del bar asegura que su clientela la pide cada vez más.
Otros dos locales de Liérganes, el Trastero y el Jaque, también han empezado a venderla y a principios de diciembre se servirá en locales de Solares y de Sarón.
Hace unos años, en Inglaterra, Alemania o Irlanda era frecuente que hubiese pequeñas industrias cerveceras locales que desaparecieron con la llegada de las grandes industrias, que se han hecho dueñas del mercado. Eso ha provocado que los sabores sean cada día son más parecidos. “Lo que yo pretendo es tratar la cerveza buscando nuevos matices y aromas de distintos lúpulos”, dice Andrew.
Pero no todos se han rendido y resurgen pequeñas fábricas, con un nivel de producción artesano y que, como Andrew Dougall, hacen la distribución por sus propios medios.

Vuelve una industria

Desde que los egipcios incluyeran la cerveza como elemento básico de su dieta, en muchos otros lugares se desarrollaron técnicas para la fermentación de la cebada, mientras España se curtía en destilar otros licores como el vino o el orujo.
En Cantabria, donde hubo algunas fábricas de importancia (la última, La Cruz Blanca) la tradición de fabricar cerveza se perdió y ha tenido que ser un inglés el que, con un producto artesanal, esté dispuesto a desafiar a las marcas más conocidas: “Mi mejor publicidad es que la gente pruebe mi cerveza”, dice, convencido de su éxito.

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