Por qué el animal print se ha convertido en el diseño más deseado del otoño

El animal print vuelve a ser protagonista esta temporada, y lo hace a través del calzado. Manoletinas, zapatos, botas y botines adoptan los estampados de leopardo, serpiente o cebra para redefinir los básicos del otoño-invierno 2025. Lejos de lo extravagante, esta tendencia apuesta por la elegancia contenida y por diseños que combinan comodidad, carácter y presencia digital en los escaparates y en las redes sociales.
Pero su regreso no solo se explica desde las pasarelas: las redes sociales han sido decisivas para impulsarlo. Plataformas como Instagram o TikTok han convertido el animal print en una tendencia compartida, comentada y reinterpretada por miles de mujeres. Los vídeos de estilismo, los looks del día y las combinaciones improvisadas en el espejo de casa son hoy el escaparate más influyente del mundo de la moda, y los zapatos con estampado animal ocupan un papel protagonista.
Firmas de moda y diseñadores de todo el mundo han vuelto a apostar por este estampado, y las tiendas ya reflejan el fenómeno. En España, la marca albaceteña de calzado Vosso Moda se suma a esta corriente con una propuesta que demuestra cómo el animal print puede convivir con la elegancia y la comodidad en diseños pensados para el día a día.
Una tendencia que nunca se apaga
El animal print ha vivido un renacimiento continuo dentro del mundo de la moda, pero su nueva era está profundamente ligada al universo digital y, especialmente, al terreno del calzado, donde el gesto se vuelve preciso y el impacto, medido: unas manoletinas que asoman bajo el bajo recto de un pantalón, un zapato de salón que eleva un conjunto monocromático, un botín que marca el ritmo de la silueta o una bota alta que, con una sola pincelada felina, convierte lo cotidiano en memorable. Cada década lo ha reinterpretado según su lenguaje estético —del lujo sensual de los sesenta a la individualidad de los noventa—, y hoy, en plena era visual, triunfa porque la cámara capta su fuerza sin necesidad de estridencias: es fotogénico, reconocible y, sobre todo, modulable.
En 2025, la consolidación del animal print como pieza clave del armario femenino se explica desde esa modulabilidad aplicada al zapato: en Instagram y TikTok, los reels y carruseles enseñan cómo una manoletina de leopardo en serraje suaviza el contraste frente a un vaquero crudo; cómo unos botines de serpiente con acabado mate aportan textura sin brillos a un traje oversize; o cómo una bota alta con cebra en escala micro mantiene la verticalidad del look cuando se coordina con tonos tierra. La pauta ya no la dicta una norma externa, sino la lectura inmediata que propone el feed: se prueba, se compara, se guarda y se replica en tiempo real, y cada publicación va afinando el “cuánto” y el “dónde” del estampado.
La novedad no está en el motivo, sino en la calibración del motivo sobre la horma: el leopardo se luce mejor en punteras almendradas y perfiles bajos, donde el dibujo respira; la serpiente gana en tacones bloque o kitten con piel grabada, que aportan relieve sin exceso; y el cebra, más gráfico, funciona en zonas de detalle —ribetes, vivos, taloneras, correas— o en paneles estratégicos de botas knee-high que alternan liso y estampado para estilizar. También se afina la escala del print: grandes manchas para piezas protagonistas (bota y botín), escala media para salones y mocasines, microtrama para manoletinas que buscan sumar interés sin romper la armonía del conjunto.
Importa, además, la materia y el acabado: el serraje y los nobucks rebajan el contraste y hacen el animal print más diurno; las pieles grabadas con matte touch trasladan la tendencia al entorno de oficina con facilidad; los charoles suaves o los metalizados tenues aparecen en franjas estrechas, punteras o talones, pensados para la tarde-noche; y las suelas crepé, track ligera o cuero teñido matizan el carácter según la ocasión. En redes, esta paleta táctil se traduce en tutoriales breves que enseñan a “domar” el estampado: un truco de color (camel, negro, gris, arena), un equilibrio de volúmenes (pantalón recto, falda midi, abrigo largo) y un punto de luz en el bolso o el cinturón para cerrar la ecuación.
De la pasarela a las calles: la democratización de la moda
Cada temporada, las pasarelas marcan el pulso de lo que se llevará. Sin embargo, el verdadero éxito de una tendencia no se mide en los desfiles, sino en su capacidad para llegar a la calle… o mejor dicho, a los pies. Hoy, la moda se construye en directo a través de miles de publicaciones y vídeos que redefinen qué es vestir bien, y el calzado con animal print se ha convertido en una de las formas más naturales de sumarse a la tendencia.
La moda contemporánea vive un proceso de democratización sin precedentes, impulsado por las redes sociales. Lo que antes solo se veía en editoriales o en la alta costura ahora se adapta, se reinterpreta y se convierte en parte del día a día de miles de mujeres. El animal print en zapatos es un ejemplo perfecto de esa transformación: pasó de símbolo de lujo a ser una manera accesible y elegante de expresar estilo y seguridad.
Marcas como Vosso Moda desempeñan un papel clave en este proceso. Desde Albacete, la firma acerca las tendencias internacionales al público general a través de su especialización en calzado femenino. Su propuesta demuestra que la moda puede ser elegante, accesible y funcional al mismo tiempo. En sus modelos con animal print —desde botines hasta manoletinas—, Vosso traduce la estética de las pasarelas a diseños cómodos y equilibrados, capaces de acompañar a la mujer actual en cualquier momento del día.
Y las redes sociales actúan como su mejor escaparate: son el punto de encuentro donde las tendencias se prueban, se comentan y se adaptan. Allí, la moda deja de ser aspiracional para volverse compartida. Un zapato con animal print ya no habla de ostentación, sino de carácter. No busca impresionar, sino acompañar a quien lo lleva. Esa es la esencia de la nueva moda digital: tendencias que se construyen entre pasarelas, pantallas y calles, y que se consolidan gracias a la mirada colectiva de quienes las viven, no solo de quienes las crean.
Allí, entre la inmediatez de los vídeos y la elegancia de las fotografías cuidadosamente compuestas, las tendencias se construyen de forma colectiva. Miles de mujeres comparten su forma de llevar el animal print, reinterpretándolo según su propio lenguaje: algunas apuestan por la audacia de unas botas estampadas, otras prefieren un solo gesto, un zapato discreto que aporta fuerza al conjunto. En ese intercambio constante, la moda deja de ser una imposición para convertirse en conversación, y la conversación, en inspiración.
El fenómeno no reside únicamente en la velocidad con que se difunde, sino en la autenticidad con la que se vive. La moda ya no pertenece a un grupo selecto; ahora habita en los gestos cotidianos, en los espejos de casa, en las cámaras del móvil y en los comentarios que acompañan cada imagen. Y es en esa interacción, entre lo personal y lo público, donde el animal print reafirma su vigencia: un estampado con historia que, sin necesidad de reinventarse por completo, sigue encontrando nuevas formas de expresarse a través de quienes lo llevan.
Hoy, la moda ya no se define solo por los diseñadores o las editoriales, sino por la suma de miradas que la reinterpretan cada día. Las redes sociales no han sustituido a las pasarelas, pero sí las han ampliado, abriendo un territorio donde todos pueden participar. En él, el calzado con animal print se convierte en símbolo de una moda más abierta, plural y emocional; una moda que ya no se mira desde lejos, sino que se vive, se comparte y se siente en tiempo real.



