Panusa abre su gran fábrica de pan en Morero

Hacer pan durante cerca de cincuenta años en una región pequeña como Cantabria tiene una gran ventaja cuando se trata de ser competitivo. Son tantos los nichos de mercado que hay que atender y con producciones tan limitadas, debido a la escasa población que, o se consigue una gran eficacia en la producción para rentabilizar tantas variedades o se sucumbe.
Este aprendizaje le resultó muy útil a Panusa cuando el avance tecnológico que ha supuesto el pan precocido y congelado le ha abierto las puertas del mercado nacional, hasta el punto que una panificadora procedente de un mercado tan pequeño como el de Cantabria se ha convertido en todo un referente.
Para aprovechar mejor las nuevas redes de distribución que ha creado por todo el país y potenciar su reciente línea de precocinados con la marca ‘Los Bocados de la Abuela’, la firma cántabra ha levantado en el polígono de Morero una nueva fábrica con la que intentará duplicar su volumen de ventas y proseguir con el desarrollo de productos innovadores, siempre con el pan como protagonista.

Dos centros de producción

La decisión de construir la nueva fábrica se tomó en 2006, cuando el crecimiento de la compañía impuso la necesidad de ampliar la capacidad de producción. Aunque las obras finalizaron el pasado mes de octubre, la instalación de la maquinaria y la puesta a punto de los equipos no ha concluido hasta mayo, cuando los hornos han empezado a funcionar. Tanto el diseño de la espaciosa planta, de 4.500 m2, como el equipamiento han sido concebidos como una panificadora de vanguardia en cualquier país de Europa, lo que ha supuesto un desembolso de doce millones de euros. Una cuantía muy elevada para un producto tan modesto como el pan y que sólo puede amortizarse con producciones muy superiores a las que podría absorber el mercado local.
La nueva fábrica ni siquiera va a suponer el cierre de las instalaciones de Candina, en las que Panusa seguirá elaborando el pan tradicional y el precocido. A la planta de Morero se están trasvasando los productos de más rotación, como los de masa rústica y otras muchas especialidades de las ochenta referencias que la empresa hace diariamente.
Para la elección de Morero, en Guarnizo, fue determinante la proximidad a la fábrica de Santander, ya que dos centros de producción sólo podían justificarse si estaban poco alejados. Esa cercanía también facilitaba la distribución de la plantilla, que alcanza ya las cien personas, entre las dos factorías.
A pesar de la sorprendente variedad de productos relacionados con el pan que ya fabrica, Panusa tiene intención de aprovechar las nuevas instalaciones para desarrollar algunos más y ya está trabajando en las pruebas piloto.

El papel del pan en los precocinados

Si la aparición del pan precocido y las masas congeladas ha abierto posibilidades de venta insospechadas para un producto que antes estaba confinado a un ámbito local, la incorporación del pan a los precocinados también se ha convertido en un territorio muy prometedor para las panificadoras tradicionales que tienen capacidad inversora.
Alertada por el interés que habían mostrado varios fabricantes de productos cárnicos para que les suministrará pan para una nueva línea de productos, Panusa decidió hace dos años crear su propia división de comida preparada.
Como esperar a que la nueva fábrica estuviese lista supondría quedarse fuera de un mercado que evolucionaba con mucha rapidez, los responsables de la firma cántabra decidieron habilitar una nave en Mercasantander para poner en marcha una línea de precocinados, ‘Los Bocados de la Abuela’.
El destino final de esta gama, en la que se combina el pan con cárnicos y lácteos, será la nueva planta de Morero, pero mientras se materializa ese traslado, la firma continúa trabajando en los tres nichos de mercado que se ha marcado: productos destinados directamente al consumidor final; los orientados a la hostelería y los diseñados para máquinas de vending (como los bocadillos en formato snack), una fórmula de distribución en alza.
“Tratamos –explica el gerente y director comercial de Panusa, Carlos Martínez– de personalizar el producto según las necesidades de los clientes, sin tener que fabricar lotes muy grandes, al menos inicialmente. Pero nuestra filosofía es que, si haces lo pequeño y funciona, acabas haciendo lo grande”. Carlos representa, junto a su hermana Miriam, la tercera generación de la familia que creó los Sobaos Martínez (hoy propiedad de Bimbo) al frente de este negocio de panificación.
La capacidad de producción de la planta de Morero es tan holgada que permitiría duplicar los veinte millones de euros de facturación que la empresa alcanzó el pasado año gracias a las ventas que realiza en todo el país. La mitad de esa cifra la generó la división de pan precocido y el resto el pan convencional y la nueva línea de platos preparados.

Una cultura del pan

Aunque la situación de crisis económica también se ha hecho sentir en el sector de la alimentación, en un producto tan básico como el pan el descenso de ventas se ha notado en las referencias con mayor valor añadido. Pero éste es un sector en el que el consumidor suele recuperar rápidamente sus viejos hábitos de consumo en cuanto la situación de crisis desaparece, lo que anima a la empresa a continuar el desarrollo de productos que ya han demostrado tener éxito.
Eso serviría para mantenerse, pero para crecer es preciso que el consumidor sea más sofisticado en sus gustos. En España se consume mucho pan, pero la cultura gastronómica en relación a este producto es todavía escasa. Es cuestión de tiempo porque, al igual que ha ocurrido con el vino y con el aceite, poco a poco se está abriendo paso en el consumidor la apetencia de panes más variados y de mayor calidad, como lo demuestra la cada vez más amplia oferta que puede encontrarse en las panaderías.
Para potenciar esa afición al buen pan y divulgar sus muchas cualidades alimentarias, a pesar de ciertos prejuicios sobre sus consecuencias en el peso corporal, la Asociación de Fabricantes de Masas Congeladas, a la que pertenece Panusa, ha creado el Instituto del Pan. Desde ese organismo, y con todo rigor científico, proveerán de argumentos a los degustadores de pan para disfrutar sin complejos de este alimento básico, saludable y barato.

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