Los sindicatos alertan de que economía sumergida se dispara

María Jesús Cedrún, casada, con una hija, maestra de profesión, profesora del colegio público de Alceda en excedencia y afiliada a la Unión General de Trabajadores desde hace 25 años, lleva ocho años como secretaria general de la UGT de Cantabria. Esta organización sindical tiene 22.180 afiliados en nuestra comunidad autónoma y ocupa el primer puesto en representación delegada de los trabajadores en las empresas, con un 47% frente al 39% de Comisiones Obreras. Vicente Arce, casado, antiguo trabajador metalúrgico, pertenece a Comisiones Obreras desde el año 1983 y fue nombrado secretario general del sindicato el pasado mes de marzo. Comisiones Obreras tiene 18.987 afiliados en la región. Los secretarios generales de ambas formaciones muestran su punto de vista sobre el estado general de la economía cántabra.

Para empezar, y aunque no resulte muy habitual en nuestro país la autocrítica, hay que recordar que las encuestas indican que los sindicatos están afectados por el mismo descrédito social que otras instituciones. ¿A qué se debe?
María Jesús Cedrún (UGT).– El descrédito social hacia los sindicatos se da en toda Europa. Yo creo que, en parte, es debido a nuestros errores, pero también existe un descrédito interesado que se inicia durante la reconversión industrial y es planificado por el Gobierno de Felipe González. También es cierto que los sindicatos no hemos sabido comunicarnos con la sociedad actual. Tenemos mucha dificultad para trasladar a la sociedad nuestra labor cotidiana, ya que ésta solo recibe de nosotros las noticias relacionadas con los conflictos –huelgas, corte de carreteras, piquetes, etc–. Esta es la imagen que los medios de comunicación trasladan a la sociedad. El responsable de un medio de comunicación local nos dijo recientemente que la información que trasladamos los sindicatos no vende. Nuestra tarea es muchísimo más de negociación y de acuerdo que de conflicto, pero quizá tiene razón y lo que vende es sólo el conflicto.

Vicente Arce (CC OO).– En Cantabria tenemos la etiqueta de ser una comunidad sindicalmente tranquila, poco reivindicativa y no creo que eso sea cierto. Somos la tercera comunidad del país, tras Asturias y Castilla-La Mancha, en relación entre afiliados y ocupados. Cuando yo acepté el cargo, lo hice con la condición de que me dejaran cambiar las estructuras del sindicato. Mi gran preocupación ha sido siempre que este supuesto descrédito no se traslade a la juventud y que los jóvenes se incorporen al movimiento sindical. Yo he incorporado a muchachos y muchachas menores de 35 años a los cargos de responsabilidad. Gente que ya está participando en la labor sindical, porque lo demanda la propia afiliación, que ha crecido entre los jóvenes; seguramente, claro, porque son los que más sufren la temporalidad, la precariedad laboral… El 16% de nuestros afiliados son menores de 30 años, dos puntos más que la media nacional.

P.– ¿Cómo se está enfrentando Cantabria a la crisis económica.
María Jesús Cedrún (UGT).– La crisis llega a Cantabria un poco más tarde que al resto del país. Esto es habitual. Cantabria entra en la crisis en el último trimestre del 2008 y en ese momento la pérdida de empleo se produce fundamentalmente en la construcción. También se da en la industria, aunque no aparezca como tal. Hay que tener en cuenta que en los años de bonanza económica la industria no ha generado empleo estable, lo que ha hecho ha sido subcontratar, contratar autónomos dependientes y trabajadores de ETTs. En ese trimestre la industria se deshizo de ese empleo temporal y precario despidiendo a trabajadores que constan como desempleados del sector servicios. Por eso hay tanto paro en el sector servicios aunque, en realidad, proceden de la industria. Actualmente estamos en un momento de incertidumbre. En los últimos meses las empresas han presentado muchos expedientes de regulación de empleo. Tenemos una gran incertidumbre para saber qué va a pasar a la finalización de estos expedientes. Creemos que muy pocas empresas los retirarán y continuarán con la actividad normal, así que no sé si nos veremos obligados a negociar más expedientes de regulación de empleo o las empresas continuarán despidiendo a los trabajadores de una manera individual. El 90% de los parados del mes de septiembre, por ejemplo, proceden del despido individual, o sea de la finalización de contrato, no de una regulación de empleo.

Vicente Arce (CC OO).– Cierto. Nosotros empezamos más tarde. Crecíamos más que la media de España y el porcentaje de desempleo era inferior. Pero cuando la crisis llegó, llegó con la misma virulencia que al resto del país. En septiembre hemos sido la segunda comunidad donde más ha subido el desempleo, lo que nos indica que los trabajadores van a seguir sufriendo los efectos de la crisis durante los próximos meses, aunque también tenemos un motivo para la esperanza: las encuestas que realizan los Servicios de Empleo indican que, en Cantabria, los trabajadores ahora desempleados son gente con un alto índice de ocupabilidad, con respecto a otras comunidades autónomas. La gente que está parada en nuestra comunidad es, por lo general, gente cualificada. Lo que parece claro es que nosotros no saldremos de la crisis solos. No creo que Cantabria tenga capacidad para salir por su cuenta, así que saldremos cuando salga España y mucho nos tememos que España saldrá de las últimas en Europa.

P.– Ya sabemos que el sector más perjudicado en un primer momento fue el sector de la construcción, pero actualmente, ¿cuál es el más afectado por la crisis?
María Jesús Cedrún (UGT).– El sector servicios: la hostelería y el comercio. Cantabria se caracteriza por un sector servicios que trabaja directamente para el consumidor. Habitualmente este sector crea empleo de mayo a septiembre, pero este año no es que haya generado empleo, es que lo ha destruido. En el mes de agosto en Cantabria se incrementó el turismo un 5% respecto al mismo mes de 2008 y, sin embargo, la hostelería perdió empleo.

Vicente Arce (CC OO).– La temporalidad en el sector servicios es muy alta en Cantabria. Junio y julio suelen ser los únicos meses en que se crea empleo, pero esa gente contratada suele regresar al paro en septiembre. Por eso creo que hay que apostar por otra calidad en los servicios, por otra forma de hacerlo… Cuando hablamos del cambio en el modelo productivo no es que estemos desechando la construcción y los servicios, lo que estamos diciendo es que la construcción no sea tan desmesurada como ha sido en los últimos años. Nosotros creemos que tiene que ser la industria la que vaya reciclando los trabajadores que se pierden en estos sectores. Pero ya sabemos que ese cambio, de producirse, va a ser a largo plazo, porque, de momento, la industria también está perdiendo empleo.

P.– ¿Cuál es el problema más importante que la crisis está poniendo de manifiesto en Cantabria?
María Jesús Cedrún (UGT).– La economía sumergida. Nosotros hemos avisado a la inspección de trabajo para que haga especial hincapié en la economía sumergida, porque está creciendo enormemente.

Vicente Arce (CC OO).– Es evidente que hay mucha economía sumergida. Nosotros no entendemos cómo puede haber 11.500 desempleados que no reciben ya ninguna prestación y que sólo haya 2.000 solicitudes para cobrar la ayuda social de 350 euros, cuando el único requisito es asistir a cursos de formación o de orientación laboral. Por otro lado, y en contra de nuestra opinión, en Cantabria se siguen aumentando las ayudas para los contratos a tiempo parcial. Estos contratos afectan mayoritariamente a las mujeres y, según los datos que nos da el propio Servicio Cántabro de Empleo, un 38% de las personas que aceptan ese contrato a tiempo parcial es porque no tienen posibilidad de tener otro, pero preferirían ser contratados a jornada completa. Esto no se puede incentivar. Lo que hay que incentivar es la contratación indefinida a tiempo completo. Algunas inspecciones de trabajo que hemos promovido desde Comisiones Obreras han demostrado que la contratación a tiempo parcial no funciona bien, porque se utiliza para pagar y cotizar sólo una parte del salario y, sin embargo, se trabaja la jornada completa.
P.– En este proceso de deterioro en la actividad económica, ¿las medidas adoptadas por el Gobierno de la región son las adecuadas?
R.– María Jesús Cedrún (UGT).– La obligación del Gobierno regional es poner a disposición del tejido productivo todos los medios necesarios para que pueda funcionar con el mínimo coste posible. En esta región, por ejemplo, nunca hemos tenido suelo industrial. Cuando se ha empezado a trabajar para que los empresarios que estaban demandado suelo pudieran instalarse en nuestra región ha llegado la crisis y, claro, las empresas se lo están pensando más. Por otro lado, tenemos sin resolver el problema de la energía. Tampoco existe una red de infraestructuras de transportes de mercancías que favorezca o facilite la instalación de nuevas empresas. Y tenemos el problema de las instituciones financieras. Para generar liquidez en las empresas, el Gobierno de Cantabria está utilizando la toma de razón. Todos aquellos empresarios que trabajen para la Administración y tengan que cobrar de ella, reciben la toma de razón y con ella acuden al banco para obtener liquidez. Esto ha dado buen resultado. Cierto. Incluso los empresarios han manifestado públicamente que ha sido un acierto, pero no todos trabajan para el Gobierno de Cantabria. Así que esta medida es insuficiente: Mientras no se consiga hacer llegar liquidez a las empresas y a los particulares es muy difícil que esto remonte.

Vicente Arce (CC OO).– En Cantabria vamos a tener, por primera vez, unos presupuestos restrictivos, pero no me parece lógico que quienes estamos en una Concertación de legislatura nos enteremos por los medios de comunicación de que va a haber una reforma fiscal. Lo lógico sería que nuestro socio de Concertación, el Gobierno, y en concreto el consejero de Economía, nos permitiera discutir con él los Presupuestos. Si queremos aprender de esta crisis, tenemos que salir de ella no como entramos, con un empleo muy precario, sino con un empleo más estable. De momento, el Gobierno regional piensa que cualquier empleo que se genere es válido. Comisiones Obreras ya le ha dicho que no vale cualquiera, tenemos que buscar empleos estables. Estando de acuerdo con la partida presupuestaria del Servicio Cántabro de Empleo, no estamos de acuerdo con su distribución. Nosotros consideramos que en Cantabria debe haber un Plan de Empleo y no 102, correspondientes a otros tantos ayuntamientos. Esto no tiene ninguna justificación, a no ser que sea política y esté relacionada con las próximas elecciones municipales.

Certificados de cualificación

P.– Se habla mucho de que la educación, la formación y la innovación son fundamentales para salir fortalecidos de la crisis y cambiar, de paso, un modelo productivo que parece agotado, pero ¿cómo se puede poner en práctica esta voluntad de cambio?
María Jesús Cedrún (UGT).– Vayamos por partes. En primer lugar, tenemos trabajadores, por lo general mayores de 45 años, que tienen una gran experiencia en lo que hacen pero que no tienen un título que certifique que son chapistas, torneros o pintores. Es necesario poner en marcha la acreditación de cualificación. No arbitrariamente, claro. Pero toda esta gente con experiencia debería tener la posibilidad de certificar la cualificación adquirida tras muchísimos años de trabajo. En cuanto a lo de la innovación, tengo mis dudas. El Gobierno de Cantabria aprobó un plan de I+D+i que, honestamente, yo creo que nació viciado, ya que solo está previsto para la Universidad. Se han hecho colaboraciones entre las empresas y la Universidad pero muy, muy puntuales y claramente insuficientes. Yo creo que la innovación, las grandes y las pequeñas innovaciones, se llevan a cabo dentro de las empresas y, en este sentido, las empresas están abandonadas por las instituciones públicas.

Vicente Arce (CC OO).– Ya he dicho antes que los desempleados de Cantabria tienen un alto índice de ocupabilidad que, por lo general, son gente cualificada, pero aún así tenemos que seguir trabajando en la formación. Los certificados de cualificación están paralizados en toda España y nos parecen fundamentales. El Parque Tecnológico se ha quedado pequeño y ya se está hablando de su ampliación. Esta es una de las bases fundamentales para el desarrollo de las nuevas tecnologías. También tenemos que trabajar con las nuevas energías, la eólica y la marina. La energía marina parece que tiene mucho futuro y ahí podemos situarnos bien. Hay cosas que se están haciendo bien pero, claro, esto no va a dar resultados inmediatos.

P.– ¿Cómo ven el futuro económico de Cantabria?
María Jesús Cedrún (UGT).– Creo que vamos a tener un 2010 muy, muy complicado. No parece que se esté aprovechando este momento de crisis para hacer los cambios sustanciales para no volver a un modelo económico basado en el enriquecimiento rápido, en la construcción, en la especulación, etc, etc. En términos generales, tampoco parece que estemos aprendiendo mucho de esta crisis: Por ejemplo, un país que pretende que su futuro económico pase por la economía productiva y no por la especulativa, no puede sacar una Ley de Economía Sostenible, como pretende el Gobierno de Zapatero, donde no acaba de decidirse el modelo energético, sabiendo además que somos un país claramente dependiente de la energía ajena. Hay que tener un proyecto serio sobre las centrales nucleares y sobre las energías alternativas. También se está hablando mucho de revitalizar la formación profesional pero yo desconozco si para este curso, en nuestra región, se han instalado nuevos ciclos formativos…

Vicente Arce (CC OO).– El modelo productivo de Cantabria debería encaminarse a través de las nuevas tecnologías, de la investigación y el desarrollo. Tenemos que partir de una inversión pública. Cierto. Pero también de una inversión privada; que las empresas apuesten por un cambio en el modelo económico. Los empresarios no deben fiarlo todo a los Presupuestos del Gobierno cántabro, sino que tienen que intervenir en este cambio con una reinversión de los beneficios. La inversión pública parece que está funcionando. Se están poniendo las bases de polígonos industriales donde puedan asentarse empresas: Más de ocho millones en metros cuadrados se van a inaugurar en esta legislatura, así que algo se está haciendo. Por otro lado, estamos convencidos que el 2010 va a ser un año muy complicado para los trabajadores, pero insisto en que de esta crisis tenemos que salir con un empleo mucho más estable y con un cambio en el modelo productivo.

P.– ¿El gobierno de Rodríguez Zapatero está resolviendo adecuadamente los problemas generados por esta crisis económica?
María Jesús Cedrún (UGT).- Estamos de acuerdo con su política social. En un momento de crisis, y a pesar de las presiones tan fuertes que está recibiendo el Gobierno, los derechos de los trabajadores no están siendo recortados. Con Felipe González y con José María Aznar, y en crisis no tan virulentas como esta, lo primero que se recortaron fueron los derechos de los trabajadores. Nos preocupa, por otro lado, el bloqueo que existe en la negociación colectiva en los convenios de sector. Tenemos que recurrir ante los tribunales los convenios que ya estaban firmados para que se cumplan. Aquí, en Cantabria, los tribunales han sentenciado a nuestro favor para que se cumpla el convenio de Hostelería. Esta paralización en la negociación colectiva se debe a la cerrazón de la patronal, aunque el Gobierno de Zapatero no ayudó nada al no sacar las previsiones de IPC. Con lo que claramente no estamos de acuerdo es con la política fiscal del Gobierno. En épocas de bonanza no tenía que haber bajado impuestos alegremente –por muy rentable que le resultase electoralmente– así que no estamos de acuerdo con el incremento del IVA, es el camino trillado de siempre: Pagamos todos, independientemente de lo que tengamos. Me parece que la política fiscal del Gobierno es muy precipitada, indefinida, improvisada y dependiente siempre de los acontecimientos.

Vicente Arce (CC OO).– Parece ser que esta crisis, de momento, no va a tener ninguna repercusión negativa en términos de pérdida de protección social. Esto, lógicamente, nos satisface. A nuestro juicio, el problema que ha tenido el Gobierno de Zapatero ha sido la ruptura del diálogo social. Para nosotros, como es natural, los responsables de esta ruptura son los empresarios, pero tampoco queremos demonizarlos. Nosotros queremos mover posiciones para ver sí así nos entendemos con la patronal. Pretendemos llevar a la patronal al terreno de la negociación colectiva. Todos los años acordamos unos 5.500 convenios en toda España y si este año se han atascado es porque, a nuestro juicio, los empresarios no han cumplido con lo que estaba prometido. Nosotros hemos venido manteniendo durante los últimos seis años que los incrementos salariales debían de responder a tres parámetros básicos: la productividad en las empresas, las revisiones salariales y, como referencia, la previsión de la inflación. En estos seis últimos años la previsión de la inflación siempre ha ido por debajo de la inflación real. Nosotros aún así hemos aceptado estas condiciones, incluso sabiendo que el 40% de los convenios colectivos no tenían revisión salarial, con lo que los trabajadores perdían poder adquisitivo. El año 2008 ha sido el único en el que el IPC real ha quedado por debajo del IPC previsto y, curiosamente, para las revisiones salariales del 2009 los empresarios no han aceptado este índice. Espero, con todo, que lleguemos a un acuerdo para desatascar la negociación colectiva.

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