Altamira mantiene las visitas a la cueva original ya que las pinturas siguen ‘estables dentro de su fragilidad’

El Patronato de Altamira ha ratificado en su reunión de este miércoles mantener el régimen de visitas a la cueva original que se puso en marcha en 2020 porque los datos no reflejan un empeoramiento de las pinturas, cuya situación es de «estabilidad dentro de la fragilidad» que suponen sus miles de años de antigüedad.

El Patronato se ha reunido hoy tras más de cinco años desde el último encuentro y ha estado presidido por el ministro de Cultura, Miquel Iceta. En él se han abordado los proyectos que tiene el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira tras cerrar un año en el que ha recuperado cifras de visitantes prepandemia, las medidas para la conservación de la cueva y la futura llegada del Centro de Categoría 2 de Arte Rupestre de la UNESCO.

Precisamente, Iceta firmó el año pasado con el Gobierno cántabro en convenio para la puesta en marcha de este centro en Santillana del Mar ligado a Altamira, lo que permitió «tras muchos avatares» en los últimos años tener una institución con personalidad jurídica propia, que era una condición que marcaba la UNESCO.

Este instrumento «va a facilitar muchísimo el camino», cuyo siguiente paso es desarrollar un tratado internacional para firmar con la UNESCO y que el centro «sea una realidad lo antes posible», ha dicho el director general de Patrimonio Histórico y Bellas Artes del Ministerio, Isaac Sastre, que junto a la directora del Museo, Pilar Fatás, ha comparecido ante los medios tras terminar la reunión.

Como han anunciado, se ha decidido mantener el protocolo de visitas a la cueva original vigente desde 2020, cuando se reabrió la cavidad, con cinco personas a la semana y tiempos muy limitados -ocho minutos en el caso de la sala de polícromos- porque así lo permite su estado de conservación.

En la última convocatoria del Patronato, en junio de 2017, se decidió mantener el régimen de visitas experimentales por sorteo. Sin embargo, en 2020, a raíz de la pandemia, la Comisión Permanente tomó la decisión de retornar al sistema de lista de espera, modelo que tendrá continuidad después de la reunión de hoy.

Para seleccionar a estos visitantes se sigue utilizando la lista de espera que se generó hace 20 años, en 2002, justo antes de que decidiera cerrarse para evitar su deterioro. «Está siendo exitoso y es de justicia que aquellos que lo solicitaron en su día tengan la oportunidad», ha dicho Sastre, explicando que por ahora se seguirá avanzando en reducir esa lista, dado que aún quedan sobre 3.000 personas en espera.

«DELICADO ESTADO ESTABLE»

Al mismo tiempo se seguirán analizando y estudiando los datos para ver si se produce alguna variación en la cueva como consecuencia de estas visitas. Hasta el momento «hay unas constantes por debajo de lo que serian los niveles de riesgo», ha indicado el director general de Patrimonio Histórico, que ha definido la situación de la cueva como un «delicado estado estable».

Y es que las pinturas, debido a su antigüedad, siempre tendrán esa «fragilidad». La cueva «es una enferma crónica pero tiene los mejores cuidados», ha añadido, en la misma línea, la directora del museo.

Por el contrario, no se abrirá al público la cueva de estalactitas como se había planteado, pues los estudios no lo aconsejan. Eso sí, ésta se utiliza como lugar de «ensayo» para probar algunas de las aplicaciones prácticas antes de llevarlas a la cueva de Altamira, ya que «hay que ser muy precavidos» a la hora de actuar en ella.

VISITANTES

Sastre y Fatás también han destacado que en 2022 Altamira ha recuperado el número de visitantes previos a la pandemia, cerca de los 300.000, siendo el segundo museo estatal más visitado solo por detrás del Museo Arqueológico Nacional, en Madrid.

Esta cifra se ha dado, además, teniendo en cuenta que «veníamos de tres años en los que España había batido el récord de turistas» y en los que el turismo cultural es el que más estaba creciendo. Sobre todo había un aumento de visitantes asiáticos y éstos no se han recuperado, por lo que han sido los locales y nacionales los que los han «suplido».

Así, Sastre ha indicado que si se mantienen estos últimos y, además, se recuperan los asiáticos, el número de visitantes podría subir este 2023, también gracias a que la pandemia dio «un impulso» al museo para ampliar su programación con nuevas actividades y colaboraciones.

Antes de la reunión del Patronato, el ministro Iceta ha manifestado a los medios que con su visita de hoy a la neocueva ha saldado «una deuda antigua», ya que tenía pendiente conocer la «belleza y la riqueza» que atesora. «Es una manifestación de arte, de cultura, de civilización, como pocas», ha valorado.

«UN REGALO DEL CIELO»

Además, tras estos cinco años sin celebrarse, ha apostado por «recuperar la normalidad» de las reuniones del Patronato, que tienen que ser «como mínimo anuales», para ser capaces de conservar ese patrimonio que es «un regalo del cielo». «Cuanto descubres los tesoros que bajo tierra se hallan aquí, entiendes todo», ha dicho en alusión a las inversiones, que a veces «son poco entendidas», y que ha apostado por «mantener» e incluso «redoblar si es posible».

El presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, ha acompañado al ministro en su paso por esta «joya única» y ha apostado por velar por su conservación para las futuras generaciones. Además, ha asegurado que el futuro Centro de Arte Rupestre de la UNESCO en Santillana y la nueva sede del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC) en Santander serán un «gran atractivo» para dar a conocer en el mundo la riqueza prehistórica de la comunidad y sus 10 cuevas Patrimonio de la Humanidad.

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