Silken se hace con el control del Rhin

La ofensiva de la cadena Silken para reforzar su presencia en Cantabria, ha dado finalmente sus frutos y una de las firmas tradicionales de Santander, el Hotel Rhin, pasará a ostentar en breve su enseña. En la operación, cuyo importe ronda los 19 millones de euros, se incluye también el restaurante del mismo nombre situado en la primera playa de El Sardinero y propiedad, al igual que el hotel, de Manuel Pérez, que recibió estos establecimientos en 2002 al dividirse el Grupo Rhin entre los hijos del fundador.
Aunque el acuerdo de compra se había gestado en 2003, quedaba abierta una opción de retracto que finalmente no ha sido ejercida y cuyo plazo terminaba el uno de enero de este año.
El Rhin, construido sobre el antiguo Hotel Suiza y un edificio de viviendas, era propiedad de la familia Pérez desde la década de los setenta. En 1996 fue sometido a una profunda remodelación que lo convirtió en un moderno hotel de cuatro estrellas. La renovación integral del inmueble preservó tan sólo la estructura exterior para respetar las exigencias contempladas en el Plan Especial de Protección de El Sardinero. El resultado fue un nuevo hotel de 89 habitaciones que se completó con un pequeño pub y un restaurante, ‘La Cúpula’, con capacidad para 70 comensales.
Un Grupo en crecimiento

El Hotel Rhin se convierte en el segundo establecimiento hotelero de la cadena Silken en Santander, tras la apertura en 2003 del Hotel Coliseum, también de cuatro estrellas.
Silken está vinculada al grupo inmobiliario Norcasa, muy activo en Cantabria, y es una joven cadena hotelera creada en 1995 por la compañía Escampa y el Grupo Urvasco. La adquisición del Hotel Rhin forma parte del plan de expansión en el que se ha embarcado para ampliar su presencia en España, con el objetivo de añadir a lo largo del 2006 ocho nuevos establecimientos hoteleros a los 30 que ya posee, repartidos por toda la geografía nacional.
Silken ha iniciado también un proceso de internacionalización con la apertura el pasado año de un hotel en Bruselas, y el proyecto para abrir un establecimiento en Londres que estará diseñado por el famoso arquitecto Norman Foster.
Desde su creación, el grupo ha experimentado un crecimiento medio anual del 27% en número de habitaciones y cerró el pasado ejercicio con una facturación de 124 millones de euros, un 32% más que en 2004.
El paso dado por Silken en Santander es un ejemplo tanto del interés de las grandes cadenas por las posibilidades turísticas de Cantabria, como de las dificultades que tienen los establecimientos independientes para competir en un mercado que ha empezado a padecer un exceso de oferta.
La venta del Rhin no es sino el último episodio de un proceso de concentración que en Santander ha tenido ya otros precedentes. Es el caso del Hotel Castelar, vendido en 2003 a la cadena Vincci, o del Hotel México adquirido también en ese año por la cadena holandesa Abba.

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