Hotel Calas de Liencres

Entre el turismo rural y los grandes hoteles de las cadenas cabe una tercera opción. Son hoteles que intentan conjugar lo mejor de ambos mundos, el toque singular y cercano a lo doméstico de los pequeños y las prestaciones de los grandes establecimientos. En este formato podría inscribirse el abierto en Liencres por la familia Gómez Otero en su primera incursión en un campo muy alejado de la industria del metal a la que está vinculada.
El Hotel Calas de Liencres es un proyecto muy personal de Jesús Gómez, el hijo del presidente de la patronal Pymetal, que se ha encargado de la decoración, huyendo de mobiliarios y ambientaciones convencionales para dejar paso a la sencillez, con un cierto aire minimalista.
A pesar de su cercanía a la capital y de estar enclavado en una zona con grandes atractivos naturales, Liencres no contaba con una infraestructura hotelera relevante. El establecimiento de tres estrellas ha venido a llenar este hueco, con resultados que han superado las expectativas de sus promotores.
El hotel tiene 1.600 metros cuadrados construidos y cuenta con 45 habitaciones, de ellas 35 dobles, ocho pensadas para parejas con hijos pequeños (junior suites) y dos grandes suites de 50 y 30 metros cuadrados que son las joyas de este cuidado edificio. Todas las habitaciones son exteriores y doce cuentan con el añadido de una terraza para disfrutar del paisaje marino que se divisa desde el emplazamiento del hotel, muy cercano a playas tan conocidas como Somocueva, Portio, Cerrias o Valdearenas, en el Parque Natural de las Dunas de Liencres.
Además de contar con la proximidad de las playas para atraer a su clientela, el hotel se encuentra en un entorno que ofrece la posibilidad de practicar varias modalidades de turismo activo, entre ellas las rutas a caballo, el senderismo, el remo en canoa, el surf o el golf en el cercano campo de Abra del Pas. Para los momentos de relax el hotel cuenta con una terraza chill out.
En la planta baja se ha ubicado una gran cafetería, que es la parte más funcional del establecimiento. El amplísimo horario de este anexo al hotel ayudará a diversificar el negocio en temporada baja.
Además del turismo vacacional, Calas de Liencres busca extender su clientela entre colectivos profesionales, como el de los comerciales y con el alojamiento de grupos. La tarea inicial de los promotores del hotel es llegar a esta clientela potencial, para la que tiene preparados otros proyectos, como el aprovechamiento de los 700 metros de la planta de garaje para construir un balneario urbano (‘spa’) y la apertura de un restaurante. Un complemento destinado a añadir notoriedad a una iniciativa que confía en la capacidad de Cantabria para atraer turistas. Una expectativa razonable si se tienen en cuenta los aceptables resultados de la última temporada veraniega, bastante mejores que los registrados en otras zonas del país.

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