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NetBoss crea un terminal interactivo para la atención al ciudadano

Las tecnologías de la Información han adquirido un valor estratégico en las administraciones públicas, ya que permiten prestar numerosos servicios a distancia. Se calcula que el 58% de las gestiones administrativas españolas ya se pueden hacer también on line, un porcentaje ligeramente superior a la media europea, que es del 55%.
Para llevar más lejos esta política, la empresa cántabra Netboss Comunicaciones acaba de presentar unos terminales interactivos muy sencillos de utilizar destinados a convertirse en auténticas oficinas públicas a distancia.
Frente a cualquier sistema basado en ordenadores, la principal novedad del presentado por NetBoss es que el ciudadano nunca está solo. El terminal, que puede ubicarse en una estación, un aeropuerto o en el vestíbulo de una oficina de Correos, está conectado al contact center de NetBoss. Cuando el ciudadano tiene alguna duda de cómo completar un formulario público a través del terminal o dónde encontrar una determinada información, un teleoperador de NetBoss aparece en la pantalla y colabora con él, indicándole verbalmente lo que ha de hacer o haciéndoselo él mismo.
Este sistema no solo permite dar al ciudadano la seguridad de que realiza adecuadamente el formulario o trámite que está cumplimentando y que puede imprimir en el propio terminal, sino que contribuye a alfabetizarle en el uso de las nuevas tecnologías.

Puntos de información oficial y turística

El sistema de NetBoss permite ampliar indefinidamente el horario de información y atención al público y evitar las colas. El ciudadano puede acercarse a cualquier hora a consultar información básica sobre pago de impuestos o tasas, subvenciones en vigor, inscribirse en el uso de piscinas municipales, consultar el padrón, solicitar certificados, etc.
Tan importante o más es la posibilidad de consultar información turística, sobre patrimonio histórico-artístico, agenda cultural o de acceder a mapas, rutas o teléfonos de interés e imprimir la información.
Además, el idioma deja de ser una barrera para los turistas que accedan a estos puntos de información turística, ya que toda la información multimedia del terminal está disponible en varias lenguas, y el propio call center de NetBoss dispone de operadores bilingües para ayudar al usuario de la pantalla, que puede estar situado en cualquier punto de la región.

Gestión de centralitas a distancia

NetBoss ya presta servicios de información y atención al ciudadano a través de contac center a ayuntamientos como El Astillero. Aunque la oficina de la compañía está ubicada en Santander, desde ella gestiona la centralita del Ayuntamiento vecino, y no sólo recepciona y pasa las llamadas al departamento con el que el ciudadano pretende comunicarse, sino que se le informa sobre servicios municipales y se gestionan los emails genéricos para la institución. Todo esto ha permitido que el Ayuntamiento esté operativo desde las 9:00 a las 20:00.

La renta cántabra ya es el 88% de la comunitaria

Cantabria creció el año pasado un 2,69%, algo más que la media de la UE y también más que la media de España, según el último informe de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas). La renta media por habitante en Cantabria se sitúa ya en el 88% de la comunitaria.
Cantabria fue de las comunidades autónomas que experimentó un crecimiento positivo del sector agrario, y la quinta con mayor expansión constructora.
A la cabeza estuvieron Aragón y Murcia, con un avance del 3,19%, y Madrid, (2,97%).

Muere Champalimaud, principal accionista del SCH

El accionista individual más importante del Santander Central Hispano pasaba desapercibido en las juntas. Sobre António Champalimaud no se concentraban los objetivos de las cámaras, como ocurre con otros consejeros, quizá porque su rostro era absolutamente anónimo. A pesar de que en un determinado momento llegó a aspirar a la presidencia de Portugal, el financiero que se sentaba en el consejo de administración del Santander, era del todo desconocido y, en la era de la imagen, resulta difícil encontrar fotografías en las que aparezca.

António de Sommer Champalimaud tenía 86 años cuando murió el pasado 8 de mayo. La revista norteamericana Forbes le había situado en el puesto 153 de las mayores fortunas del mundo, con un patrimonio personal de 2.500 millones de euros, buena parte de ellos invertidos en el Santander, donde controlaba el 2,14% del capital.
El portugués Champalimaud había hecho fortuna en la industria del cemento y los seguros. Hijo de un pequeño empresario agrícola, no quiso estudiar y fue obligado por su padre a trabajar en la fábrica de cemento de su tío. A los 24 años ya era administrador de la empresa y dos años después, presidente. Champalimaud conquistó el mercado de las colonias (Angola y Mozambique) y a finales de los años 60 adquirió el Banco Pinto & Sotto Mayor y más tarde el Crédito Predial, para asegurarse financiación propia. Pero siempre estuvo rodeado de polémica, tanto en la compra del banco (el rumor en Portugal es que lo adquirió con un cheque sin fondos y que cuando se comprobó la insolvencia ya estaba sentado en la presidencia de la entidad) como en la adquisición de la empresa de su tío, donde los hermanos le acusaron de apropiación indebida.
Aunque hizo ciertos guiños en favor de un cambio en el Portugal salazarista, al financiar un libro del general Spínola, la Revolución de los Claveles le confiscó los bancos, con una compensación económica ridícula. Champalimaud, que tenía muchos intereses en Brasil, se fue allí y siguió ampliando su fortuna.
Nunca perdonó al Estado portugués y muchos años después, aprovechó la privatización para recomprar los bancos que habían sido suyos. Consiguió darlos un gran empujón hasta el momento en que vio claro que su imperio nunca tendría un sucesor adecuado. Champalimaud decidió que si no había otra persona de su estirpe que pudiera gobernar su herencia empresarial y ésta sólo iba a servir para agravar aún más los conflictos entre sus descendientes, era mejor convertirla en dinero, cuyo reparto es mucho más fácil. Ni corto ni perezoso optó por vender sus negocios al Santander, desafiando al propio Gobierno portugués, dado que incumplía con ello los pactos de privatización. Probablemente, era un desquite.
El gobierno portugués trató de impedir una operación que dejaba en manos del Santander el 11% del mercado luso, al considerar que vulneraba las leyes sobre competencia. Incluso logró deshacer el primer acuerdo, pero no el segundo al que llegaron Champalimaud y Botín. Champalimaud siempre fue un ganador y también esta vez salió beneficiado, puesto que el pacto revisado era aún mejor para sus intereses. El Santander le pagaba por seis bancos y una entidad de seguros 1.600 millones de dólares de la época.
A su muerte, Champalimaud dejaba, además, el mayor grupo cementero de Brasil y varios negocios inmobiliarios en Portugal.

Los primeros pasos del buque-escuela
El consorcio Cabomayor tendrá tres millones de euros

Cantabria podría participar en la regata de grandes veleros (la que hasta ahora se ha denominado ‘Cutty Sark’) del 2006 con un barco propio, una corbeta que cumplirá las funciones de buque-escuela y que va ser construida por un consorcio integrado por el Gobierno de Cantabria, el Ayuntamiento de Santander, la Universidad de Cantabria y la Asociación Villas del Cantábrico, promotora de la idea. El consorcio será el encargado de designar al equipo que ejecutará el proyecto, y de financiar su construcción y mantenimiento.
Una de las primeras decisiones que deberá tomar es el lugar donde se construirá el velero, cuyo presupuesto es de tres millones de euros (500 millones de pesetas) y del que existe ya un diseño firmado por el mismo ingeniero naval que dirigió en Astilleros de Bermeo la construcción del buque-escuela ‘Gure Izar’. El velero, de tres palos, tendrá una eslora de 44,5 metros, y será similar a las corbetas que enlazaban los puertos del Cantábrico con Hispanoamérica en el siglo XIX.
El objetivo que se persigue es el de acercar el mar a los ciudadanos en general y, en particular, la formación de los alumnos de las escuelas náuticas.

Los recipientes de Caldemón obtienen la certificación de calidad china

El atrayente mercado chino, en torno al cual gravita buena parte del comercio internacional, ha comenzado a imponer sus propios controles de calidad a los productos importados. Mezclando normas de la certificación ISO 9000 europea y del Código ACME norteamericano, las autoridades chinas han creado una homologación específica cuyos requisitos deben cumplir aquellas empresas que aspiran a introducirse en su mercado.
La firma de calderería Caldemón Ibérica, radicada en el polígono de Trascueto (Maliaño) y especializada en la construcción de grandes depósitos y recipientes a presión, ha obtenido la certificación de calidad homologada por China tras superar las inspecciones y auditorías de técnicos enviados por la Administración de aquel país. Tan sólo una docena de empresas españolas, entre las que se encuentra la planta de Equipos Nucleares de Maliaño, cuentan con una homologación similar a la obtenida por Caldemón como fabricante de recipientes a presión. Al amparo de esa normativa, esta empresa cántabra, que lleva ya dos años en el mercado chino y 15 trabajando en países del sureste asiático, enviará en diciembre de este año una columna de destilación con destino a una planta química construida por la firma alemana Basf en China.
Desde Caldemón se ha indicado a Sodercan la conveniencia de subvencionar la obtención de este nuevo certificado de calidad, que puede abrir a las empresas cántabras las puertas de un inmenso mercado.

APIA XXI se lanza al mercado iberoamericano
La firma de ingeniería abre una delegación en Chile

El impulso dado al desarrollo de las infraestructuras en nuestro país por los fondos procedentes de la Unión Europea ha generado un importante mercado interior para las empresas que, como Apia XXI, han centrado su actividad en la obra pública. Pero esas ayudas tocan a su fin y las firmas del sector deben prepararse para un mercado más restringido.
La empresa cántabra de ingeniería Apia XXI se ha anticipado al nuevo escenario que previsiblemente tendrá lugar a partir del 2006, y desde hace tres años ha puesto en marcha una estrategia para abrirse paso en el mercado internacional de la obra pública.
Los esfuerzos realizados en ese campo han comenzado a dar sus frutos, tanto en Iberoamérica como en Africa, sumándose al creciente número de trabajos que realiza fuera de la región, que han aumentado en un 80%.

Transporte urbano y saneamientos

En 2002, Apia XXI consiguió en Venezuela la concesión del proyecto para una planta de concentración de mineral de hierro construida por Duro Felguera y, el pasado año, el Ministerio de Obras Públicas de El Salvador adjudicó a la firma cántabra un estudio para la mejora del transporte urbano en el área metropolitana de la capital salvadoreña.
Esta proyección internacional se ha visto reforzada recientemente con la adjudicación de dos nuevos contratos en Senegal y Honduras. En este último país, Apia XXI va a desarrollar un trabajo similar al efectuado en San Salvador: un estudio del trafico de la capital, Tegucigalpa, para analizar sus flujos y optimizarlo.
El contrato en Senegal supone la primera incursión de la consultora cántabra en un país africano. En este caso se trata de realizar una labor de asistencia técnica para ayudar al gobierno de Senegal a crear un departamento de planificación vial para el desarrollo de su red de carreteras.
Además de estos trabajos, Apia XXI cuenta también con dos precontratos en Nicaragua y Croacia para desarrollar dos proyectos de depuración y saneamiento, y podría ampliar en breve su actividad a un nuevo país, Bolivia, para realizar tareas de asistencia técnica en varios proyectos.
La estrategia de penetración en el mercado iberoamericano va a ser aún más decidida a partir de ahora con la apertura de una oficina permanente en Santiago de Chile, desde donde se coordinarán los trabajos que ejecute en ese continente.

Programas de ayuda al desarrollo

La actividad internacional de la firma de ingeniería está relacionada, en casi todos los casos, con los programas de ayuda al desarrollo financiados por diversos organismos internacionales, entre los que se encuentran el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Africano de Desarrollo y el Europeo de Inversiones.