Un edificio inteligente para la Justicia

Es el segundo partido judicial de Cantabria y da servicio a 122.000 habitantes de veinte municipios de la zona, pero hasta la construcción del flamante Palacio de Justicia, la dispersión de sedes y organismos judiciales en Torrelavega era un obstáculo para lograr una administración de justicia eficiente. Este fue uno de los compromisos asumidos por el Gobierno de Cantabria cuando se hizo cargo, en enero de 2008, de las competencias en materia de justicia y cumplirlo ha costado 6,9 millones de euros, la inversión realizada en un atractivo edificio de granito y cristal que se alza en la Avenida de España de la capital torrelaveguense.
El nuevo inmueble no solo va a resolver los problemas de infraestructuras que habían sido reiteradamente denunciados por el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria en sus memorias anuales, sino que añade valor arquitectónico a una de las arterias más importantes de la ciudad, fruto del Ensanche Sur proyectado en fecha tan lejana como 1932, en un momento de expansión de la ciudad.

El punto de partida

Cuando el Gobierno cántabro dio luz verde a la construcción del Palacio de Justicia de Torrelavega, las dependencias de los juzgados y otros organismos legales estaban diseminadas en tres emplazamientos diferentes. Al inmueble principal, situado en la Plaza Baldomero Iglesias, se sumaba otro, en régimen de arrendamiento, en el Bulevar Demetrio Herrero, en el que se ubicaba la Fiscalía, y un tercero, cedido por el Ayuntamiento de Torrelavega, que albergaba el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 6, el último en ser creado.
La disfuncionalidad que provocaba esta dispersión en servicios que debieran trabajar conjuntamente, la falta de espacio y las escasas medidas de seguridad no se ajustaba al modelo de justicia que la Administración cántabra aspira a implantar, más eficiente y cercano al ciudadano.
Para la elección del lugar donde habría de levantarse el nuevo Palacio de Justicia se barajaron varias alternativas, desde Sierrapando al Parque Manuel Barquín, incluido un solar de la calle José María de Pereda. Incluso, se llegó a pensar en la zona industrial de Campuzano. Al final, se optó por un terreno mucho más céntrico, situado en la Avenida de España, y propiedad del Ayuntamiento torrelaveguense, que accedió a permutarlo por el viejo edificio de juzgados de la calle Baldomero Iglesias. La finca, conocida como ‘El Carmen’, albergó en su día la clínica de ese nombre y venía siendo utilizada provisionalmente como aparcamiento municipal.
Frente a los otros emplazamientos posibles, el de la Avenida de España tiene la ventaja de estar situado en una de las zonas más atractivas de la ciudad, por las proporciones del espacio público y las edificaciones que lo componen. La Avenida, eje central del Ensanche Sur, está enlazada con el bulevar del Ayuntamiento y con el centro histórico de la ciudad y en ella confluyen otros focos de atracción y movilidad urbana como el I.E.S Marqués de Santillana, el Insalud o la Casa de Cultura.
La proximidad del Parque Manuel Barquín, la zona verde más emblemática de la ciudad, en la que se encuentra el Auditorio Lucio Lázaro y el Pabellón Deportivo Vicente Trueba, también contribuyen a que sea una de las zonas más visitadas de la ciudad.

…Y el de llegada

Asegurada la calidad urbanística y ambiental de la zona elegida y disponiendo de un solar de casi 3.000 metros cuadrados, había que levantar un inmueble que solventara todas las carencias de la antigua sede judicial.
La primera decisión fue la profundidad a excavar. El proyecto inicial preveía dos plantas bajo rasante pero, conocedor del subsuelo de la zona, el Ayuntamiento no lo autorizó. Excavar en Torrelavega más allá de tres metros significa encontrarse con arena, limos o corrientes de agua, que dificultan y encarecen la cimentación.
El proyecto se limitó, pues, a una planta de sótano y a tres alturas, hasta completar los 4.900 m2 sobre rasante y 1.700 bajo la superficie, la máxima edificabilidad permitida.
Buena parte de las cuatro plantas levantadas serán utilizadas por los seis juzgados de primera instancia e instrucción que actualmente existen y para una reserva de espacio –el 30% de la superficie construida– destinada a futuras ampliaciones –ya está previsto que se creen en Torrelavega dos nuevos juzgados–. Cada juzgado tiene su propia sala de vistas. La mayor de ellas, que cuenta con cabida para más de 80 personas, también está pensada para conferencias y cursos.
Además de los juzgados, el inmueble acoge a la Fiscalía, una clínica médico-forense, salas para abogados y procuradores, un juzgado de guardia y dependencias auxiliares, como los locales destinados a archivos, biblioteca, seguridad, técnicos de mantenimiento, control y máquinas. También albergará las oficinas del Registro Civil, agrupando así en un mismo lugar los servicios esenciales para el funcionamiento de la administración de justicia.
Una de las características más destacables de esta nueva sede es que ha sido diseñada para adecuarse al nuevo concepto de oficina judicial, que rompe con la configuración clásica de oficina o secretaría independiente, sin conexión con las demás, para conformar dos unidades básicas de trabajo: la procesal de apoyo directo, a la que se destinan cerca de 300 metros cuadrados, y los servicios procesales comunes a todos los juzgados, con más de 500 m2 habilitados para esta función.
El reparto de espacios en el edificio se completa con los cuatro calabozos situados en el sótano, desde los que se accede directamente a las salas de vistas y al juzgado de guardia, y un parking subterráneo para 30 plazas.

Acceso restringido

Dada la naturaleza de las funciones que se van a desarrollar en el edificio, se ha separado la parte abierta al público y la restringida a jueces y funcionarios. Incluso entre estos últimos hay varios niveles de autorización para acceder a las distintas áreas.
Esa separación física entre la parte pública y la reservada para usos judiciales va a evitar que, como ocurría en la vieja sede, los detenidos por haber cometido algún delito y sus víctimas lleguen a coincidir en un mismo espacio. También va a permitir salvaguardar la confidencialidad de los procesos judiciales.
Los elevados requerimientos de seguridad han hecho del Palacio de Justicia de Torrelavega un ejemplo de edificio ‘inteligente’, con las más avanzadas tecnologías de control de acceso y antiintrusión, que han sido diseñadas e instaladas por la empresa cántabra Sistema 1.

Una imagen innovadora

El entorno urbano en el que se inserta el nuevo Palacio de Justicia está formado por edificios de mediados del pasado siglo, de imagen convencional, algo con lo que rompe radicalmente el inmueble diseñado por los arquitectos Carvajal, Casariego y Obal. De su estudio han salido edificios singulares, entre ellos varios juzgados y hospitales (en Cantabria han llevado la dirección técnica de una de las fases de Valdecilla), por lo que conocían los requerimientos funcionales del inmueble solicitado por la Administración de Justicia cántabra.
Además, el nuevo edificio cuenta con una cuidada estética, en la que se armonizan materiales como el vidrio, que predomina en la fachada, con el granito oscuro empleado en la planta baja. El uso abundante del vidrio uglass aporta una gran luminosidad al edificio a la vez que proporciona una excelente aislamiento térmico. En el interior, la prioridad de los aspectos funcionales no está reñida con la espectacularidad de un hall desde el que es posible visualizar toda la altura del edificio, con escaleras que sirven de balconada y ascensores panorámicos.
Una apuesta estética que aporta una arquitectura de vanguardia a una ciudad necesitada de renovar su imagen y desde la que será posible aplicar una administración de justicia acorde con las exigencias de nuestro tiempo.

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