La Fundación San Francisco abrirá otra residencia de ancianos en Reinosa

El progresivo envejecimiento de la población española ha convertido la atención a los mayores en un problema que demanda soluciones urgentes, y la habilitación de residencias, adaptadas a las nuevas necesidades de este sector de la población, es uno de los objetivos por los que se mide la eficacia de las administraciones públicas.
Reinosa cuenta en este terreno con una añeja tradición, que se verá reforzada a partir de la primavera con la inauguración del nuevo edificio de la Residencia San Francisco, una fundación cuyo origen se remonta a mediados del siglo XIX. Tradición y modernidad se darán así la mano en este nuevo inmueble equipado con todos los servicios especializados para la atención de los mayores y que añadirá 68 nuevas plazas para residentes a las 139 disponibles en la residencia ubicada en el antiguo convento de San Francisco.
La capacidad del nuevo centro se verá incrementada en un futuro, cuando se habilite una tercera planta que aumentará en treinta el número de plazas disponibles.
Además de ser utilizado como residencia para personas dependientes, el nuevo inmueble tendrá un centro de día, con una capacidad de 40 plazas.
Con ser importante el refuerzo de la capacidad asistencial que proporciona la nueva residencia, su oferta de plazas no llegará a cubrir totalmente las necesidades de la Merindad de Campoo, donde el núcleo más poblado, Reinosa, cuenta con una población de 10.783 habitantes. Actualmente, el Patronato que gobierna la Fundación tiene una lista de espera con 72 solicitudes de personas que aspiran a ingresar en la Residencia San Francisco II.

Inversión de 3,2 millones de euros

Para la financiación del nuevo centro, que ha requerido una inversión de más de tres millones de euros, la Fundación ha recurrido a varias vías que van desde un crédito a diez años otorgado por Caja Cantabria por importe de 1,8 millones de euros (300 millones de pesetas), a la obtención de ayudas procedentes del Programa Leader País Románico, que ha aportado 199.358 euros. A esto hay que añadir las ayudas solicitadas a la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales para reconvertir en residencia de ancianos el antiguo Colegio Niño Jesús.
Otra parte significativa de la inversión va a salir de la propia Fundación, que ha aportado al proyecto 900.000 euros que provienen de la aportación de los residentes, las subvenciones anuales del Gobierno cántabro y los legados de familiares de residentes o de benefactores solidarios con esta obra social.
El precio de la plaza no concertada en la residencia reinosana fue el pasado año de 649 euros (108.000 pesetas) para las personas válidas y de 841 euros (140.000 pesetas) para las dependientes, aquellas que por su situación física necesitan de mayores cuidados. Pero estas tarifas son abonadas únicamente por quienes disponen de rentas. A las personas que no tienen más que la pensión no contributiva o unos ingresos similares, la Residencia les cobra el equivalente a doce de sus mensualidades, dejando para sus gastos las dos pagas extraordinarias. Aquí entran en juego las aportaciones de la Administración regional en forma de plazas concertadas. Como regla, los residentes aportan el 85% de sus ingresos y lo que resta hasta cubrir el valor real de la plaza se obtiene a través de acuerdos con la Consejería de Sanidad.
La nueva residencia está equipada para la atención a personas dependientes por lo que se ha solicitado al Gobierno cántabro la concertación de la totalidad de las plazas, las 68 de residentes y las 40 del centro de día.

Atención sanitaria y ocio

Atendiendo al modelo asistencial que se aplica en las residencias modernas, el centro contará con servicios de atención sanitaria, fisioterapia y mesoterapia, así como programas de entrenamiento cognitivo. La atención sanitaria está orientada hacia la detección de patologías y el seguimiento de procesos crónicos, aunque también incluye la consulta periódica con un especialista en psiquiatría.
Los servicios de fisioterapia ayudan a mejorar la psicomotricidad de los mayores, mientras que los programas de entrenamiento cognitivo ejercitan sus facultades intelectuales y sensoriales, para mejorar el desarrollo de actividades en la vida diaria.
Otros programas recreativos y ocupacionales servirán para organizar mejor el ocio, como talleres de manualidades, teatro, baile, juegos de mesa, musicoterapia, excursiones, conferencias, cine, etc.
En el propio centro se impartirán charlas y cursos de formación orientados a las familias para asesorarles sobre prestaciones sociales o para adiestrar a cuidadores de personas con demencias, entre otras muchas materias.

Un Patronato con historia

La Residencia de Ancianos San Francisco, que ahora se amplía, se levanta sobre el antiguo convento de San Francisco, fundado a mediados del siglo XVI. Tras la desamortización de Mendizábal, el convento pasó, después de algunos avatares, a ser propiedad del Estado en 1835 y veinte años después fue cedido para la instalación de una Casa de Caridad regida por una comisión formada por miembros de la corporación municipal y de la Junta de Beneficencia. El actual Patronato Rector de la Fundación, presidido por el alcalde de Reinosa, es el continuador de aquella histórica Comisión responsable de que Reinosa contara, hace ya siglo y medio, con una institución de acogida que fue evolucionando para adaptarse a las necesidades de cada momento.
La segunda residencia ha sido construida en una finca que poseía la Fundación a través de un legado testamentario de 1933 y que ha albergado hasta hace pocos años otra institución muy ligada a la reciente historia reinosana, el Colegio Niño Jesús. Sobre esa finca se construyó en 1981 un colegio-guardería, donado por la familia Valle, que fue regido por las Hijas de la Caridad hasta el año 1995 y por los Hermanos Menesianos hasta 1996, fecha en que cesó su actividad escolar. El colegio fue utilizado hasta 2002 por el Ayuntamiento reinosano de forma esporádica para impartir cursos, y en marzo de 2003 comenzaron las obras para transformarlo en residencia, realizadas por Ascan, que están a punto de ser culminadas y que supondrán un nuevo hito para esta histórica residencia de ancianos de la capital campurriana.

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