La construcción despierta en Santander

Las zonas norte y oeste concentran la oferta de nueva vivienda pero se está agotando el suelo calificado

Poco a poco, la construcción se recupera, capeando problemas sobrevenidos, como la escasez de mano de obra cualificada, las disparatadas subidas de algunos suministros y la incertidumbre económica. Pero no en todas partes. La crisis la ha hecho mucho más selectiva y las promociones se concentran en entornos urbanos donde ya no quedaba stock de vivienda, como Santander o Castro Urdiales. La paradoja es que durante la última década los ayuntamientos no han desarrollado más suelo, por lo que, cuando se agote lo poco que queda calificado, no se podrá atender la demanda.


Hace diez años concluían con absoluto desánimo las últimas promociones inmobiliarias que estaban en construcción. Muchas se habían quedado sin compradores, porque la crisis financiera de 2008 había provocado una catarata de acontecimientos negativos que se encadenaban como caen las fichas de dominó. Las promotoras se quedaron sin financiación bancaria al tiempo que el alto ritmo de compras se frenaba en seco, al dejar de ver los compradores las viviendas como una inversión segura; quebraron las inmobiliarias; se llevaron por delante a las cajas de ahorros y el suelo urbano que antes era objeto de deseo, se convertía en una condena. Solo algunas promotoras muy fuertes pudieron aguantar y retener esas parcelas a la espera de que escampase. El resto tuvo que entregar todos sus activos a los bancos que acabaron por rendirlos por muy poco dinero ante la Sareb o los fondos buitre.

El chaparrón acabó siendo un diluvio y cuando, tras una larguísima década negra, parecía escampar y resurgían las compras, llegaron las siete plagas, en forma de subidas disparatadas de los materiales y escasez.

Las promociones son ahora muy selectivas y se concentran allí donde el mercado ha acabado por absorber el stock de vivienda nueva y existe demanda, básicamente en Santander. Pero también están limitadas por el escaso suelo calificado que existe. De acuerdo con los datos del portal Idealista, en el último año la oferta de pisos en venta se ha reducido un 27% en Santander, la mayor caída de España (donde el stock se ha reducido solo un 1%) y en el conjunto de la comunidad autónoma cántabra ha bajado un 16%.

La promoción que levanta Acciona en Valdenoja, formada por dos edificios integrados en un espacio común privado de cinco plantas y 32 viviendas, en total.

Las 24 promociones que ya tienen licencia o se están llevando a cabo en Santander sumarán unas 700 nuevas viviendas. De todas ellas, solamente una es de promoción pública: la VPO que la Sociedad de Vivienda y Suelo de Santander (SVS) construye en la calle Alta (66 viviendas). El resto son de inversión privada y se concentran en la zona Oeste (Peñacastillo y Ojáiz) y, sobre todo, en la norte (Valdenoja y el entorno de la S-20), donde se han iniciado media docena de promociones simultáneamente.

Una reaparición de grúas que no se veía desde hace mucho tiempo, con unos precios de venta de en torno a los 3.500 euros el metro cuadrado construido que recuerda a los últimos años del boom, después de que entre medio se produjese un hundimiento en los precios de hasta el 40%.

Y es que la demanda de vivienda nueva es cada vez mayor y el ahorro generado en un contexto de alta inflación está llevando a muchos ahorradores, como ya ocurrió hace años, a realizar sus inversiones en un valor refugio como el ladrillo. En esta estrategia han participado activamente ciudadanos mexicanos, que se interesan especialmente por los áticos en El Sardinero, pero la demanda ha sufrido un parón muy significativo desde que se empezó a aventurar la posibilidad de que este otoño se recrudezca la crisis económica por los efectos de la inflación.

Tímida vuelta de las inmobiliarias

Lo que no ha cambiado mucho es la estructura del negocio. Como viene ocurriendo desde que se inició la crisis de 2008, que acabó con la mayoría de las promotoras, muchos de los nuevos edificios son promovidos por cooperativas o por comunidades de propietarios y por las empresas públicas, aunque parecen despertar las grandes inmobiliarias.

Es el caso de Robera 2000 que aprovecha las grandes reservas de suelo que posee en la zona norte de la capital para acometer una promoción de 83 viviendas en una gran parcela urbana de 20.000 m2 que poseía en Cueto y que, con la llegada de la crisis, quedó a la espera de mejores tiempos. Está situada entre las calles El Mansín, Maestro Federico Muñoz, La Pereda y Veridiano Rojo, donde levanta cinco edificios que sumarán 77 viviendas colectivas y seis chalets pareados. Una inversión de 11,1 millones de euros.

Representación de la promoción Monte Aviche, de La Saciña, y, a la derecha, la de La Pereda Residencial, con 16 viviendas en cada caso.

Por su parte, el Grupo Pinta desarrolla una pequeña promoción de once viviendas en Monte, con pisos de 107 metros cuadrados de superficie en tres alturas, y Acciona se quedó con el esquinazo que llevaba años en venta en el centro de Valdenoja, donde está construyendo la promoción Los Tamarices, con pisos de 104 metros cuadrados (405.160 euros) y duplex de 156 m2 (560.000 euros).

Modificación puntual para equipamientos

La zona volverá a crecer muy sustancialmente con este arreón de promociones en el suelo que quedó a la espera con la llegada de la crisis de 2008, y eso significa que los escasos equipamientos comerciales serán aún más insuficientes. A falta de un nuevo plan, el Ayuntamiento ha aceptado una nueva modificación puntual del anterior, el de 1986, para encajar usos terciarios que el planeamiento no previó para esta gran zona residencial, lo que obligaba a recorrer grandes distancias para comprar.

La modificación está permitiendo construir un nuevo supermercado Lupa en la Calle La Pereda, al costado del Colegio de Infantil y Primaria Cabo Mayor. Curiosamente, este no era el equipamiento más urgente, ya que en la misma zona se autorizó, por el mismo método, uno de los establecimientos más grandes de Mercadona.

El futuro supermercado de Lupa es un edificio de dos plantas con un gran frente acristalado en el que Semark, propietaria de la marca, está invirtiendo 1,8 millones de euros.

La parcela en obras tiene una superficie de 4.500 metros cuadrados y sobre ella se ha levantado un edificio de 1.700 m2 en dos plantas –7,5 metros de altura– una destinada a aparcamiento cubierto. En la planta baja estará el supermercado y el almacén, así como dependencias y oficinas de la empresa. La nueva tienda incluye algo más de cien plazas de aparcamiento, 61 de ellas en superficie.

Por su parte, Tecniobras, la inmobiliaria privada más activa desde hace algunos años, tiene en este momento 16 proyectos en marcha en Cantabria, tres en Asturias y uno en Galicia. En esta zona de La Pereda-Valdenoja-Monte en concreto, ejecuta las urbanizaciones Chelsea Residencial (12 viviendas frente a la iglesia de Monte), Soho Residencial (39) y Residencial Tribeca (Cueto), con 42 viviendas, repartidas en tres edificios. Esta última, cerrada en todo su perímetro, ocupa una parcela de 6.000 m2, en los que incluye piscinas, parque infantil, pistas deportivas y unas amplias zonas ajardinadas. Todo ello, siguiendo las tendencias del mercado, que apuestan por viviendas unifamiliares o en edificios de pocas plantas con un buen número de zonas comunes y espacios verdes.

El proyecto de Robera en Cueto se compone de cuatro bloques residenciales contiguos, y un quinto bloque en el extremo sureste de la parcela, que cierra el conjunto a lo largo de la calle La Pereda.

No muy lejos, está en obras el Centro Cívico de Cueto, con un gran retraso sobre los plazos anunciados por el Ayuntamiento; y se están acondicionando los bajos del Casino, propiedad del Grupo Armando Álvarez, que no fueron actualizados en ninguna de las dos reformas que ha conocido el edificio en las últimas décadas, reducidas a las plantas superiores (las que pertenecen al Gobierno regional y al Ayuntamiento al 50%).

Las siete nuevas viviendas de la calle Somonte (San Román) serán unifamiliares adosadas y contarán con dos plantas y un sótano común de aparcamiento y trasteros. En sus casi 1.700 m2, dispondrán de piscina comunitaria.

La iniciativa privada tampoco se ha olvidado del Sector 4 de Nueva Montaña, que durante un tiempo ha determinado la expansión de la ciudad. Allí construirá otra urbanización de 82 viviendas en cinco portales de la calle Santiago Díaz Cuadrado. Un edificio de seis plantas, con una superficie construida de más de 12.000 m2..

Muy cerca, en el Sector 4 de Peñacastillo, se va a comenzar a construir un edificio de 68 viviendas, cuya inversión asciende a 5,5 millones de euros.

En Ojáiz se suma una nueva promoción de 18 viviendas, cuya construcción supondrá una inversión privada de 1,7 millones de euros.

También el barrio de San Román incrementará sus viviendas gracias a la construcción de dos nuevas promociones residenciales. La primera, ubicada en una parcela de 3.505 metros cuadrados en la calle El Mazo 18, estará compuesta por 16 viviendas unifamiliares y supondrá una inversión de 2,5 millones de euros. La otra sumará otras siete viviendas  en la calle Somonte y sumará otros 1,5 millones de inversión.

Las grandes obras

En realidad, el mayor peso en esta gran concentración de actuaciones en la capital lo tienen las grandes obras institucionales: la reforma de la sede del Banco Santander y del antiguo Mercantil; la del Museo de Arte Moderno, que por fin se inicia, o la muy inhabitual concentración de actuaciones en el Puerto, que tiene en marcha inversiones por importe de 180 millones de euros. Y, por supuesto, el nuevo vial de acceso a Raos que también acomete el Estado.

La remodelación de la sede del Banco Santander para convertirla en un museo en el que se exhibirá la enorme colección de arte acumulada por la entidad con sus fondos originarios y los que ha ido acumulando tras la absorción de Banesto, Central e Hispano, completa este repunte de la actividad del sector, concentrado sobre todo en la capital cántabra.

En cualquier caso, el repunte de la promoción privada de vivienda nueva es muy significativa después de un larguísimo paréntesis, en el que solo parecían existir las cooperativas y el sector público, como la Sociedad de Vivienda y Suelo de Santander, que ha entregado hace pocos meses 120 viviendas en La Albericia; está a punto de hacer otro tanto con las que ocupan el antiguo solar de la fábrica de Tabacalera en la calle Alta y ya ha licitado la redacción de los proyectos para la construcción de seis nuevas promociones de VPO en El Alisal, que sumarán 300 viviendas.

Aunque la obra inmobiliaria esté lejos de recuperar el nivel de actividad prepandemia y a años luz de la situación que tenía antes de la crisis financiera de 2008, por fin muestra síntomas de fortaleza para seguir creciendo, incluso para superar las muchas incertidumbres que plantean el encarecimiento de los suministros, de las hipotecas y de la inflación en general.

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