Torrelavega quiere un parque tecnológico y un centro logístico

El urbanismo puede ser una arma capaz de despertar energías dormidas y de activar recursos latentes que no han podido aflorar por falta de un marco estratégico que les dé esa oportunidad. Así que nada mejor que una revisión en profundidad de un Plan General de Ordenación Urbana para alentar el desarrollo de una ciudad. Torrelavega lleva treinta años con el mismo Plan de urbanismo, sin que los intentos habidos hasta ahora de renovarlo hayan tenido éxito. Pero esta legislatura debe ser, según el actual equipo de gobierno, la que culmine un proceso de revisión que comenzó en 2004. Con una comarca deprimida y necesitada de revulsivos, puede ser una herramienta decisiva para la recuperación de la capital del Besaya.
Uno de las principales vacíos que el nuevo Plan se apresta a cubrir es el de suelo industrial para atender futuras demandas y atraer iniciativas empresariales.
Con el polígono de Tanos prácticamente ocupado, salvo dos grandes parcelas que se reservan para atender una petición urgente de suelo, Torrelavega se enfrentaba a la necesidad de habilitar nuevos espacios de uso industrial para estar en condiciones de poder ofrecer emplazamientos cuando la actividad económica se recupere.
Con ese objetivo, la revisión del Plan contempla la creación en la mies de Las Escabadas, próxima al municipio de Cartes, de un polígono de 530.000 metros cuadrados, aunque el suelo realmente aprovechable está aún por definir. Situado en el sur de la ciudad, estaría delimitado por la Autovía de la Meseta y la carretera que une Tanos con Santiago de Cartes, y entre el campo de fútbol de El Tropezón y la mies que se extiende hasta el río Besaya, aunque sin llegar a él.
Pero no basta con crear suelo para que aparezcan empresas. Los polígonos industriales abiertos en estos últimos años así lo demuestra. El propio recinto de Tanos ha vegetado durante bastante tiempo hasta que el drástico plan de choque aplicado por el anterior Gobierno regional, rebajando a la mitad el precio del terreno y flexibilizando las condiciones para su ocupación, consiguió dar salida a un suelo por el que las empresas no habían mostrado mucho interés.
Para que la superficie que el Ayuntamiento de Torrelavega quiere habilitar resulte atractiva se considera necesario orientar el polígono hacia sectores emergentes. De ahí que se apueste por un Parque Tecnológico, que dé cabida a sectores en auge como las industrias medioambientales o las vinculadas a las energías renovables, y que se resalte su proximidad al campus universitario torrelaveguense, con una Esuela como la de Energía y Minas que puede atraer proyectos en ambos campos.
A diferencia del Parque Científico y Tecnológico que existe en Santander, orientado hacia la investigación, el de Torrelavega tendría una vocación industrial y de fabricación. Donde sí habría analogías es en la aspiración a contar en Las Escabadas con un centro investigador del CSIC similar al Instituto de Hidráulica.

Un PSIR para agilizar el proyecto

Tal como se ha hecho en los últimos polígonos, el equipo de gobierno de Torrelavega ha propuesto al Gobierno cántabro que emplee la figura del PSIR para desarrollarlo; es decir, que lo considere como un proyecto singular de interés regional. Sería la única forma de tenerlo operativo en un plazo de tiempo razonable, sin necesidad siquiera de esperar a la aprobación definitiva del Plan General, algo que la concejalía de Urbanismo torrelaveguense confía en que pueda ocurrir en otoño de 2017.
La aplicación del PSIR permitiría actuar sobre el Plan aún vigente, ya que es una figura legal que está por encima de los planeamientos municipales, y agilizaría notablemente un proceso que va a exigir numerosas expropiaciones, dado que la propiedad de las mieses que va a ocupar está muy atomizada.
La superficie a ocupar está formada por pequeñas parcelas de suelo rústico, que pasarían a tener la condición de suelo urbanizable residual. Con esta calificación, un promotor privado tendría que hacerse con la mayoría de los derechos urbanísticos, adquiriendo suelo en cantidad suficiente como para empujar a los restantes propietarios a una junta de compensación que estableciese los derechos y cargas de cada uno de ellos e instase la expropiación de quienes se negasen a vender. Al margen de que la envergadura económica del proyecto hace impensable que sea una iniciativa privada la que lo lleve a cabo, un PSIR simplificaría la tramitación urbanística.
En cualquier caso, la inversión para la adquisición de suelo, sea negociada o vía expropiación, va a ser cuantiosa. La idea del Ayuntamiento torrelaveguense es que sea la empresa pública de suelo Sican la que actúe como promotora, aunque no descarta participar en la creación de una sociedad mixta, tal y como se hizo en el polígono de Tanos.
El Gobierno regional ya ha expresado su apoyo a la creación de un Parque Tecnológico en Torrelavega y lo concretará en los Presupuestos de 2016, en los que se incluirá alguna partida que refleje su compromiso con una comarca que ha sufrido especialmente las consecuencias de la crisis y que tiene la mayor tasa de paro de la región.
El proyecto cuenta con el respaldo de todos los grupos municipales, algo inédito en la convulsa historia reciente del Ayuntamiento de Torrelavega. Todos ellos incluían el polígono de Las Escabadas en los programas electorales con los que concurrieron a las pasadas elecciones municipales.

Un Centro Logístico intermodal

El otro gran proyecto del nuevo equipo de gobierno para impulsar el crecimiento de Torrelavega es un centro logístico para el transporte de mercancías, una vieja aspiración de la capital del Besaya, que hace ya más de una década planteó la posibilidad de construir una Ciudad del Transportista, a semejanza de la que se construyó en Raos.
Ahora no se trata de repetir ese modelo. La iniciativa, incluida también en la revisión del Plan General, propone la creación de un centro logístico intermodal, un espacio en el que se puedan agrupar y manipular mercancías para su traslado al destino final, y en el que se combinen el transporte por carretera y el de ferrocarril.
El lugar inicialmente elegido se encontraba junto a la carretera de acceso al pueblo de La Montaña, en la confluencia de las autovías A-8 y A-67. Sin embargo, las complicaciones que suponía un terreno en pendiente acabaron por desaconsejar ese emplazamiento. Surgió así la idea de construir el centro logístico en un gran terreno situado entre el barrio de La Hilera y el antiguo vertedero de El Mazo. No solo se podía contar allí con más superficie (470.000 m2), sino que ya dispone de las infraestructuras necesarias para que el centro pueda tener un carácter intermodal, es decir, que combine varios medios de transporte.
El nuevo emplazamiento se encuentra próximo al tramo de la autovía del Cantábrico, entre Solares y Zurita, que se pretende inaugurar en noviembre, y por las inmediaciones transcurre la vía de Renfe que pasa por Renedo y un ramal propiedad de Solvay que conecta con su fábrica.
A estas ventajas logísticas se une el hecho de que Fomento tiene proyectada una variante que conectaría la Autovía Santander-Torrelavega desde el campo de futbol de Rinconeda (frente a la fábrica de Solvay) y los Ochos, para evitar que pase por Torrelavega buena parte del tráfico de la Meseta. Otra ventaja de la zona elegida es el escaso impacto visual que tendrían las instalaciones, al estar más alejadas de la ciudad.
El proyecto se encuentra en una fase menos avanzada que el de Las Escabadas y todavía no ha sido trasladado al Gobierno de Cantabria. También se le propondría que se tramite como PSIR, para agilizar al máximo su ejecución.
Se cumpliría así un viejo sueño de la capital torrelaveguense, sacar más partido de su condición de cruce de caminos, un lugar estratégico para el transporte en el que siempre se han encontrado las rutas de la costa con las de la Meseta. “Si el Gobierno de Cantabria apostase por el Centro Logístico, sería un referente en el norte de España”, asegura convencido el concejal de Urbanismo de Torrelavega, José Otto.
Con ambos proyectos, Torrelavega pasaría a contar con un millón de metros cuadrados para usos económicos e industriales. En cambio, se descarta definitivamente la utilización para usos industriales del corredor Solvay-Sniace, dado el carácter de zona inundable de buena parte de esos terrenos y la distancia que se exige entre las construcciones y la vía de FEVE.

Una previsión de crecimiento realista

Los redactores del nuevo Plan han moderado las expectativas de crecimiento poblacional que se manejaban en anteriores intentos de revisión. Los hiperbólicos 120.000 habitantes que se auguraban en 2004 como la población que Torrelavega llegaría a alcanzar se han rebajado hasta unos mucho más realistas 75.000 para los diez años de vigencia del Plan. En consonancia con ese cálculo y con la caída de expectativas del sector inmobiliario, también se ha reducido la previsión de viviendas de nueva construcción, que ahora se sitúa entre 5.800 y las 6.100. La revisión del Plan servirá para desatascar el desarrollo de planes parciales que habían quedado congelados, como los de Mies de Vega, Viar, Coterillos, Campuzano, El Mortuorio o El Valle.
El diseño de una red de zonas verdes que conecten la periferia con el centro y de huertos urbanos, completa la revisión que proponen los impulsores del nuevo Plan, cuya aprobación inicial podría producirse en el primer trimestre del próximo año, y la definitiva en el otoño de 2017. Será la consumación de un proceso pendiente desde hace ya tres décadas y que aspira a insuflar un poco de aire en una ciudad que ha quedado muy tocada con la crisis.

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