La nueva etapa de Toyota en Cantabria

Culminando el proceso de renovación iniciado hace año y medio, cuando se hizo cargo de la marca Toyota, el grupo Carrera Motor ha abierto en Santander un nuevo concesionario que responde a los criterios estéticos y de funcionalidad con los que el fabricante japonés ha rediseñado sus puntos de venta.
El lugar elegido para la apertura de este nuevo concesionario ha sido el polígono de Nueva Montaña que concentra ya a la mayor parte de los distribuidores cántabros de automoción, repartidos a lo largo de la Avenida de Parayas, como antes estuvieron en la calle Castilla.
La apertura de las instalaciones de Santander ha estado precedida de otra actuación similar en Torrelavega, donde Carrera Motor cuenta desde la pasada primavera con un segundo punto de venta para los vehículos de Toyota.
La marca japonesa emprende así una segunda etapa en Cantabria, tras haber adquirido la concesión que hasta febrero del pasado año estaba en manos de Mencar Motor.
Salvo por la diferencia de tamaño, 700 metros cuadrados en el caso de Torrelavega y 2.600 en Santander, los dos establecimientos abiertos por MegaMotor –la sociedad del grupo Carrera que representa a Toyota en Cantabria– responden al mismo modelo de concesionario que la firma japonesa ha comenzado a aplicar en toda su red europea.
El concesionario abierto en la capital cántabra dispone de dos alturas, la segunda construida como un amplio cabrete que asoma sobre la zona de exposición de vehículos nuevos. Esta configuración permite crear un espacioso hall que sirve de escenario a los distintos modelos de la marca. La zona de exposición ocupa 600 m2 y cuenta con dos puntos de atención al cliente, a modo de islas entre los vehículos.
La planta superior se reserva para vehículos usados, con 400 m2 de exposición, y oficinas, sala de juntas y archivos añaden otros 250 m2 al conjunto.
A los talleres se accede por la parte posterior del edificio. Salvo los trabajos de chapa, que se realizan en otras empresas del Grupo Carrera Motor, todas las tareas de mantenimiento y reparación de los vehículos Toyota han sido centralizadas en las nuevas instalaciones, que destinan cerca de 1.100 m2 a talleres. La plantilla del nuevo concesionario es de 18 personas, de las que ocho se ocupan de la atención postventa.
Dentro de una nueva concepción de los servicios que debe prestar un concesionario al cliente, destaca el espacio habilitado para las esperas de quienes llevan el automóvil al taller para pequeñas tareas de mantenimiento o reparaciones rápidas. Rompiendo el viejo hábito de muchas marcas, de descuidar los espacios destinados a esta finalidad, Toyota ha diseñado una zona de estancia especialmente atractiva, dotada con un equipamiento tecnológico que hace más agradable la espera. Así, los clientes, mientras saborean un café, pueden ver la televisión o navegar por Internet, y, si van acompañados de sus hijos, entretener a los más pequeños con una máquina de videojuegos.
En la fachada, proyectada con criterios estéticos muy similares a los empleados en los concesionarios más próximos, el protagonismo lo tienen materiales como el cristal y el aluminio, que subrayan el diseño moderno del edificio.
Con las nuevas instalaciones, MegaMotor triplica el espacio del que disponía Toyota en Cantabria, tanto en la zona de exposición como en almacén y talleres.

La proyección de Toyota en Europa

El fuerte impulso que esta nueva plataforma de venta va a suponer para la penetración de Toyota en el mercado cántabro tiene mucho que ver con el proceso de expansión emprendido por la marca japonesa en España y Europa, donde aspira a convertirse en una de las marcas de referencia, como lo es en EE UU y, por supuesto, en su zona asiática de origen.
Toyota ha comenzado a capitalizar el esfuerzo realizado en la década de los noventa en la creación de una poderosa infraestructura en el continente europeo, donde cuenta con plantas de producción en Reino Unido, Francia y Polonia, y al que abastece también desde una fábrica en Turquía. La firma ha situado los centros de diseño y desarrollo en Francia y Alemania y está poniendo a punto una nueva planta de montaje en Chequia, que servirá de plataforma estratégica para el lanzamiento de un nuevo utilitario. El objetivo de la marca japonesa es consolidar en el Viejo Continente una cuota cercana al 7%.
Esta estrategia de diseñar y producir en Europa los coches destinados al consumidor europeo, ayudada por una intensa campaña de promoción, ha tenido un particular éxito en España. Si en 2003 la filial española de Toyota fue la de mayor crecimiento en la UE, con un 41% de incremento en sus ventas, en el primer cuatrimestre del año 2004 la tasa de crecimiento ha sido del 42% sobre el mismo periodo del año anterior. El fuerte avance ha llevado a Toyota España a revisar al alza sus previsiones de ventas para este ejercicio fijándolas en 53.000 unidades, una cifra que supera, incluso, la estimación de ventas que había realizado para 2005.

La progresión en el mercado español

Para llegar a este punto ha sido necesario recorrer una historia jalonada por dos grandes hitos: la eliminación del sistema de cupos que limitaba el número de vehículos que podían ser importados en España, y la toma del control absoluto por la firma japonesa de su filial española.
Cuando Toyota abrió en 1984 su primer concesionario en España, las importaciones de automóviles estaban reguladas por el cupo que el Ministerio de Comercio concedía a las marcas japonesas, en función de las inversiones o las compras que realizaran en el país. Esta situación convertía en marginal la presencia de Toyota en España, hasta que en 1993 comercializó en nuestro país el Carina E, un modelo cuya venta no estaba restringida, al estar fabricado en el Reino Unido, territorio comunitario. Desaparecida definitivamente esa barrera, la firma japonesa, en septiembre del 2002, tomó el control del cien por cien de su filial en España, que hasta ese momento pertenecía al grupo Bergé en un 65%.
A partir de ese momento, Toyota ha comenzado su escalada en el mercado español, apoyada en el éxito de turismos como el Corolla, Yaris o Avensis, y en el de todoterrenos como el Land Cruiser, líder en esta gama en España, o el RAV4. Actualmente, Toyota comercializa en nuestro país 14 modelos con más de 60 versiones entre turismos, monovolúmenes, deportivos, todoterrenos y vehículos comerciales, con motorizaciones que van desde la gasolina y el diésel al Hybrid Synergy Drive, su tecnología más puntera. Este revolucionario sistema, con el que esta equipado el modelo Prius, combina un motor eléctrico con un motor de gasolina, lo que mejora el rendimiento, ahorra combustible y reduce las emisiones contaminantes a la atmósfera.
Carrera Motor confía en que las nuevas instalaciones de Toyota sirvan para reforzar la penetración de esta marca en Cantabria, mejorando unas ventas que, mes a mes, se han venido duplicando desde que este grupo se hizo cargo de la concesión, hasta alcanzar las 40 unidades mensuales. “La gama se está ampliando –señala el gerente de Carrera Motor, Manuel Vidal de la Peña–, nosotros hemos mejorado las instalaciones y estamos formando muchísimo a la gente que trabaja en ellas, y eso tiene que concluir en una mejora de las ventas”.

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