Las 8.000 viviendas se convierten en un objetivo alcanzable

Por primera vez en muchos años, los objetivos del Plan de Vivienda se van a cumplir holgadamente en Cantabria. Entre las actuaciones del Plan Nacional y del Autonómico, a estas alturas de año son cerca de 1.200 las viviendas calificadas, sin incluir las rehabilitaciones, 659 más.
En nueva VPO, están calificadas o en tramitación 412 de las 920 viviendas que proponía el Plan Nacional, una cifra que permite albergar esperanzas de llegar a cubrir los objetivos, si se tiene en cuenta que el Plan suele cerrarse en febrero y que la empresa pública Gesvican va a presentar a calificación en breve 300 viviendas más. Los resultados, en los que ha tenido una influencia decisiva la nueva ayuda directa al promotor que añade el Gobierno regional –el 10% del importe final de la vivienda – son aún más significativos si se comparan con las 264 viviendas de protección oficial que se hicieron el pasado año.
José María Cárdenas, director general de Vivienda, no sólo espera cubrir el cupo del Plan Nacional, sino superarlo, lo que le permitiría acudir al Estado en demanda de los fondos de reserva, unos recursos destinados a premiar a las regiones más eficientes en la ejecución del Plan, con el dinero que queda excedente en las que no cumplieron sus objetivos.

Avalancha de rehabilitaciones

En las rehabilitaciones, los objetivos del Nacional de la Vivienda en la región están más que desbordados. Cantabria tardó mucho en interesarse por estas ayudas a la modernización de edificios ya existentes, por motivos que no son fáciles de entender, pero en 2002 ya superó los objetivos en un 171%; en el 2003 en un 146%, y en el presente año están formalizadas ya 659 de las 1.300 actuaciones previstas, a pesar de que la Consejería de Obras Públicas y Vivienda ha adoptado un criterio más restringido, reorientando las ayudas únicamente hacia las obras que se realicen en los elementos comunes del edificio (fachadas, escaleras, ascensores, grupos de presión de agua, etc.) o en elementos de habitabilidad de las vivienda.
La ayuda (hasta un 25% del importe de la obra con un máximo de 2.000 euros por vivienda) ha provocado una avalancha de solicitudes que la Consejería ha tenido dificultades para digerir, hasta el punto que espera estar al día en las tramitaciones para final de año.
Cárdenas reconoce que este programa ha contribuido a mejorar sustancialmente el aspecto de las ciudades, especialmente en Cantabria, donde el patrimonio inmobiliario había alcanzado un grado de deterioro notorio. Esta misma circunstancia ha provocado la concentración de solicitudes del último año.
Un programa mucho menos conocido es el de las ayudas a la adquisición de viviendas usadas, pero eso no impide que lleve un claro rimo creciente. De las 92 compras financiadas en 2002 se ha pasado a las 227 del 2003. En este ejercicio van concedidas 165. La ayuda es idéntica a la que se concede a la vivienda nueva, pero requiere encontrar una vivienda usada que se ofrezca al precio de vivienda protegida, aunque no tuviese esta calificación inicial, algo que no resulta tan fácil en el mercado inmobiliario actual.

Reformas en el planeamiento

En las nuevas viviendas de régimen autonómico, cuyo precio de venta es superior al VPO tradicional pero inferior al precio de mercado, ya están calificadas 347, de las cuales las 199 que hará Alcalá 120 en la finca de Ibero Tanagra serán de construcción inmediata. La cifra puede aumentar a final de año, porque tanto entre los promotores como entre los ayuntamientos se ha detectado un claro interés, pero esta fórmula está chocando con la escasez de suelo calificado.
La obligatoria adaptación de los planeamientos municipales a la Ley regional de Suelo, que ha provocado que muchos de ellos tengan en estos momentos sus planes en revisión, y la paralización de licencias que impuso la tramitación del POL han provocado esta situación transitoria que, una vez superada puede abrir un periodo de auténtica explosión de este tipo de vivienda, según las expectativas del director regional.