Nada es como parece
CAMBIO DE OPINIÓN.– Es curioso lo que ocurre con los expertos, al menos con los económicos. Un día después de que Rajoy anunciase que España no cumpliría el objetivo de déficit comprometido con Bruselas, un periódico económico hacía un sondeo entre renombrados especialistas y de forma unánime respaldaban la decisión de relajar el severísimo ajuste, por sus beneficios sobre la economía nacional. Lo curioso es que hasta fechas anteriores todos ellos habían insistido en sus manifestaciones públicas en exactamente lo contrario: que España debía cumplir a rajatabla el 3,4%. No deja de ser llamativo que el cambio de opinión de algunos políticos arrastre también el de profesionales independientes que, teóricamente, quedan fuera de su esfera de influencia. Y eso en un país donde nadie dice apreciar a los políticos ni confiar en su criterio.
LOS SONDEOS, EN ENTREDICHO.– Las encuestas no son palabra de Dios, pero las recientes elecciones andaluzas han deteriorado mucho la imagen de las principales empresas españolas de demoscopia. De los 12 a 14,5 puntos de diferencia que auguraban a favor del PP al punto real de distancia con el PSOE que depararon las urnas hay demasiado margen de error. Incluso el CIS se equivocó en casi ocho puntos. Las explicaciones a posteriori no van a restablecer la credibilidad de unas compañías que, curiosamente, parecen tener más dificultades para interpretar la opinión pública cuanta más experiencia acumulan.
RECAUDADORES SIN FRONTERAS.– Los ahorros públicos no lo son todo y Grecia necesita recaudar más. El país ha acabado por aceptar la ayuda de un centenar de expertos europeos –algunos de ellos funcionarios de Hacienda jubilados– para ayudarle a mejorar la gestión y a perseguir el fraude fiscal. El país tiene en estos momentos 60.000 millones de euros en impuestos atrasados que no es capaz de recaudar y de los que ya no espera ingresar más de 800. En ese paquete no se incluyen ni la enorme bolsa de fraude ni la ingente cuantía de dinero nacional que se está fugando a Suiza y otros países extracomunitarios.
OTRO MÁS QUE SE DESINFLA.– Hace poco más de un año, los mentores de lo que luego fue Banca Cívica despacharon a Caja Cantabria y a otros posibles socios con unas elevadas exigencias para entrar en su club. Pero el mercado ha rebajado las expectativas de casi todos. Si en la colocación en Bolsa de Cívica las cajas promotoras ya tuvieron que ofrecer un descuento del 60% sobre el precio de valoración, ahora, al ser absorbidas por CaixaBank han vuelto a perder otro 27%, es decir, que Cajasol, Caja Navarra, Caja Burgos y Caja Canarias, todas ellas aparentemente muy sanas, han acabado muy cerca de la nada.
LAS COMISIONES SUBEN.– El negocio financiero se han complicado mucho en España y los bancos y cajas tratan de rascar de allí donde pueden. No sólo están disparando el precio de los créditos sino que también lo están haciendo, de forma mucho más discreta, con las comisiones. Desde 2007 las han incrementado en un 40% y, en concreto, se ha duplicado el importe mínimo por sacar dinero de los cajeros, aunque sean de la misma red, con una tarjeta de una caja diferente a la emisora.
REORIENTAR LAS POLÍTICAS DE EMPLEO.– Que en un país que camina hacia los 6 millones de parados uno de los recortes presupuestarios más notorios se aplique sobre las políticas activas de empleo no deja de resultar paradójico. A primera vista, es justo lo contrario a lo que debiera hacerse. Sin embargo, la realidad demuestra que en estas políticas se han venido gastando cantidades ingentes de dinero con poquísimo resultado. No es una buena noticia este recorte pero sí lo será que alguien se replantee de una vez si ese dinero se venía invirtiendo de una forma adecuada. Ni los gobiernos que se han sucedido, ni los sindicatos ni las patronales ni los centros de enseñanza han sabido ajustar estas políticas a las necesidades reales de mano de obra de los mercados y ya es hora de plantearse por qué.
