Newtesol amplía en Cantabria y prepara su desembarco en China

Newtesol es una de las cuatro empresas de soldadura de todo el mundo que cuentan con la certificación más prestigiosa en el ámbito del petróleo y del gas, la que otorga Aramco, la petrolera estatal de Arabia Saudí. Y es la única de recargue que tiene la certificación para trabajar en otro sector aún más exigente, el nuclear.
Creada en 2002 por Roberto Saiz, un especialista en soldadura que trabajó quince años en Equipos Nucleares, esta empresa familiar, reforzada por la incorporación de su hijo Borja, ha iniciado una etapa de expansión para dar respuesta a la previsible reactivación que se producirá de aquí a tres años del sector del petróleo y el gas, cuyas inversiones ahora se han frenado por el hundimiento de los precios del crudo.
El primer paso ha sido la inversión de cerca de un millón y medio de euros en la automatización de sus máquinas de soldadura. El segundo, las obras de ampliación de sus instalaciones en Gajano, donde a partir de junio comenzará la construcción de una nueva nave para los trabajos de montaje e inspección de las válvulas y tuberías que la empresa envía a las plantas de extracción de petróleo de Estados Unidos, la Península Arábiga o Indonesia.

Un recubrimiento anticorrosión

Newtesol se ha especializado en el overlay –el recubrimiento o recargo por soldadura de las tuberías­– con un material conocido como inconel, una aleación de níquel, cromo y molibdeno que aporta una enorme resistencia a la corrosión y a las altas temperaturas, a la vez que mejora las propiedades mecánicas de los tubos y las válvulas. De ahí que sean sectores que trabajan en condiciones tan duras como el petroquímico o el nuclear los que demandan este tipo de recubrimientos. “Aunque también hacemos soldaduras más convencionales –señala Borja Saiz, director general de Newtesol–, estamos muy centrados en el producto de alto valor añadido”.
El proceso comienza con la llegada desde las fundiciones de los tubos, bridas y demás componentes con los que Newtesol fabrica las tuberías, con los diámetros y espesores especificados por su oficina técnica. En los talleres de Gajano se limpian y se chorrean los tubos antes de ser preparados para su soldadura y el recubrimiento interior. La carga de trabajo es grande: los 20 equipos de soldadura que tiene la empresa realizaron el último año 60.000 horas de trabajo efectivo, es decir de soldadura con el arco funcionando.
La evolución de esos equipos ha culminado con su total automatización y el diseño de una máquina de seis ejes, la única de estas características que existe en el mundo. Con ella, en los talleres de Gajano se pueden recargar piezas con cualquier forma geométrica y se puede soldar en todas las posiciones. Su manejo es de una gran sencillez, ya que un simple panel permite al operario aplicar los programas instalados en la máquina. Además, la máquina puede grabar todos los parámetros de la soldadura y calcular con absoluta exactitud la cantidad de recubrimiento empleado en cada pieza, lo que permite ajustar mejor los precios.
El sistema procede de una firma francesa –tan solo existen dos fabricantes en el mundo–, pero Newtesol ha contribuido al desarrollo, con sus aportaciones.

Ampliación de las instalaciones

Además de renovar los equipos de soldadura, la empresa cántabra se ha embarcado en la construcción de una nueva nave, para poder atender al previsible crecimiento futuro de la demanda de tubos por parte del sector petrolero y gasístico. Aunque ya contaba con 3.500 m2 de instalaciones cubiertas, espera sumar cerca de mil metros más para finales de año, que se destinarán al ensamblaje e inspección de las tuberías. La inversión prevista es de unos 500.000 euros.
En esa nueva nave se llevará a cabo el control de calidad de las piezas fabricadas mediante la medición de espesores, radiografías, pruebas hidráulicas y de identificación positiva del material (PMI) para comprobar el recargue. “Hacemos piezas de doce y trece metros de largo con una tolerancia de solo 3 mm, lo que en calderería es un margen muy exigente”, señala Borja Saiz. Una vez pintadas y embaladas, la mitad de las tuberías salen hacia su destino en lejanas explotaciones petrolíferas y plataformas offshore, y la otra mitad al mercado nacional.
La expectativa de trabajo que tiene la empresa cántabra para los próximos años se corresponde también con la intención de ampliar su plantilla, que actualmente está formada por 20 personas y podría llegar a duplicarse.

Una planta en China

Newtesol esta integrada en Metcoex, un consorcio de exportadores del sector metalúrgico creado en 2005 y al que también pertenecen Incalyme, Mecaprec y Faed. Además, forma parte del clúster cántabro de la industria nuclear, que agrupa a varias empresas e instituciones. La firma de Gajano ha sido la primera empresa española en suministrar válvulas a una central nuclear americana.
Pero además de esas plataformas compartidas, Newtesol se dispone a iniciar una aventura propia en el mercado exterior y va a crear, junto con un socio europeo y otro local, una nueva empresa en Chengdu (China). Será una base estratégica para abordar el ingente mercado asiático; en una primera fase su objetivo está en el sector petrolero y gasístico, pero pensando también en el ambicioso programa nuclear chino.
En este mercado deberán competir con el puñado de empresas inglesas, árabes e indonesias con las que la firma de Gajano comparte el reducido club de especialistas en las técnica de soldadura más exigentes.

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