Noviazgos empresariales

¿A qué te dedicas?”; “¿Te importaría darme tu teléfono?”; “Quiero conocerte un poco más”; “Quizá tengamos cosas en común”. Aunque lo parezca, no se trata de un flirteo entre desconocidos, sino de conversaciones de trabajo entre dos empresarios que buscan estrechar su relación profesional en encuentros organizados con tal fin.
Este tipo de negociación, conocida como networking empresarial, consiste en convocar a un grupo de profesionales a una cita colectiva y animarles a que establezcan contactos en beneficio de su empresa. Es una fórmula importada de Estados Unidos, país donde suele utilizarse para buscar alianzas. De hecho, se calcula que cada americano acude a dos de estas sesiones a la semana en zonas estratégicas para los negocios como Silicon Valley. Y en España está empezando a popularizarse a través de encuentros sectoriales celebrados en grandes ciudades como el llamado First Tuesday, entre inversores y emprendedores de nuevas tecnologías, o el Thrusday Internet, entre comunidades que trabajan en la Red.
La primera institución en romper el hielo en Cantabria ha sido la Cámara de Comercio que, antes del verano, decidió reunir bajo el mismo techo a más de un centenar de profesionales de sectores muy variados. Todavía hoy recuerdan los nervios que pasaron días antes de la convocatoria. No era para menos, porque se trataba de una experiencia pionera en la región y nadie imaginaba la buena acogida que iba a registrar, tanto por la cantidad de público asistente (más de un centenar de personas) como por los intercambios comerciales que se acordaron y que, medio año después, siguen dando frutos.
Isabel Cuesta, directora de Formación, Empleo y Creación de Empresas de la Cámara de Comercio, compara el funcionamiento de estas reuniones con el de las redes sociales que triunfan por Internet, como Facebook o Tuenti. La diferencia es que, en las primeras, se buscan personas con unas determinadas características físicas y personales para establecer relaciones de pareja o de amistad mientras que en el networking se buscan empresas con las que se pueda colaborar de alguna manera.

Encuentros rápidos

La metodología del networking empresarial en Estados Unidos es muy atrevida: los profesionales se colocan en filas y, cada cinco minutos, se van cruzando unos con otros como si se tratara de la ensayada coreografía de un baile cortesano del siglo XVIII. Ese escenario sería impensable en cualquier cita entre empresarios locales, mucho más formal. Sin llegar a ese extremo, quienes participan en estos nuevos encuentros tienen que aceptar una serie de reglas para que funcionen. Las más importantes son cambiar de interlocutor cada poco tiempo, evitando pasarse la hora con una sola persona, y hablar siempre con desconocidos, ya que suele ser habitual centrarse en los contactos que uno ya ha establecido previamente en lugar de esforzarse por crear otros nuevos y eso resulta mucho menos productivo.
Para facilitarles las cosas, la Cámara les pidió que rellenaran un cuestionario con su perfil profesional y les colocó un distintivo al cuello para identificarles mediante un color, según su condición de empresarios o de emprendedores. También podían observar una pantalla de televisión, en la que se mostraba uno a uno a todos los asistentes, e incluso utilizar un micrófono para hacer públicas sus ofertas y demandas. Cierto es que muy pocos se atrevieron a usarlo y que la mayoría apartaban la mirada al contemplar su rostro en la pantalla, pero todos comenzaron a estrecharse las manos en cuanto el presidente de la Cámara, Modesto Piñeiro, declaró inaugurada la sesión.
La sala se transformó de pronto en un bullicioso zoco árabe en el que todos intentaban vender sus ideas al mejor postor. En las dos horas que tenían por delante, el reto consistía en establecer al menos treinta contactos, un objetivo laborioso, con un premio extra otorgado por la organización al profesional que lograra reunir un mayor número de tarjetas de visita. La mejor carta de presentación, no obstante, era un poco de labia, a poder ser, acompañada de una amplia sonrisa.

Los resultados, después

De nada sirve salir de una reunión de networking con un fajo de tarjetas en el bolsillo, si luego se quedan guardadas en el cajón, de ahí que la Cámara de Comercio este realizando una labor de seguimiento entre los participantes para averiguar si sacan partido a estas sesiones.
Entre las colaboraciones surgidas hay ejemplos que demuestran la imaginación de los empresarios para encontrar intereses comunes. Alberto Bolado Donis, que tiene un despacho de abogados en Muriedas, ha contactado con el estudio de arquitectura Davone para intercambiarse asesoramiento técnico y legal para sus respectivos clientes. No es lo único que sacó en limpio de la reunión, ya que también valora crear una red social a través de internet, con el apoyo de una empresa de diseño de páginas web que acudió al evento.
Isabel Cuesta dice que la Cámara de Comercio ha apostado por el networking porque puede convertirse en una fórmula eficaz para combatir la crisis, ya que sirve para encontrar clientes, colaboradores e incluso socios que ayuden a reforzar la posición de una empresa en el mercado.
La joven fisioterapeuta María Montero, propietaria de una nueva clínica en Valdenoja, necesitaba una esteticista y la encontró en Elena Moreno, de la empresa “Más Salud, Más Belleza”. Desde entonces, están preparando juntas un proyecto que promete ser muy interesante.
No hace falta que las relaciones culminen en nuevos negocios, basta con que sirvan para saber a quién recurrir en caso de necesitar un servicio o una consulta. La gerente de El Cafetal de Rumoro­so, una posada rural ubicada en Polanco, aprovechó sus contactos para recibir las clases de inglés para autónomos que imparte la academia de idiomas Bray’s; para vender artesanías del grupo CreaArte en su establecimiento e, incluso, para hacer consultas sobre informática a la empresa santanderina San José Soft, y sobre servicios de transporte, a la firma Jacobo Sobrino.

Reuniones sectoriales

Comprobado el éxito de la fórmula, otras instituciones cántabras como la Asociación de Jóvenes Empresarios han seguido el ejemplo de la Cámara, organizando una sesión de networking en la reciente edición de la feria Expoinnova.
Organizar reuniones sectoriales o, al menos, seleccionar un poco a los participantes es aconsejable para que sus intereses casen mejor. De hecho, al primer ensayo de networking empresarial realizado por la Cámara le siguió otro especializado en el sector de las nuevas tecnologías que resultó aún más satisfactorio que el anterior por la aparición de numerosas sinergias entre los asistentes. El físico electrónico José Luis Alegría, que acaba de fundar la firma Esfera Soluciones Tecnológicas, dedicada al diseño y la programación de sistemas electrónicos, contactó con los responsables de algunas empresas TIC de Cantabria como Servimaps o la consultora CRV y, desde entonces, les ha presentado distintos proyectos.
José Luis Alegría considera que esta fórmula, además de ‘divertida’, es especialmente interesante para personas como él, que tienen formación técnica pero carecen de experiencia en el mundo de los negocios: “Antes me sentía un poco perdido, pero estos encuentros me han permitido establecer contactos rápidos y darme a conocer”. Eso sí, el emprendedor cree que esta técnica de negociación requiere tener un carácter extrovertido como el suyo: “Depende del interlocutor, porque a algunas personas les cuesta mucho soltarse”, afirma.
Dispuesto a abrirse camino, en los últimos meses también ha participado en varios encuentros organizados en Cantabria por la plataforma www.iniciador.com, cuyo objetivo es poner en contacto a emprendedores tecnológicos. La iniciativa surgió hace tres años de un grupo de jóvenes blogueros que decidieron quedar en una cervecería para conocerse en persona, después de llevar un tiempo compartiendo sus experiencias emprendedoras a través de la Red. A esa reunión le siguieron otras y, muy pronto, los locales empezaron a quedarse pequeños para albergar a tantos interesados, lo que les animó a trasladar esos encuentros a otras zonas del país.
Está visto que las relaciones rápidas que triunfan en la vida social han llegado también al mundo de los negocios, lo cual no es malo, siempre que no se queden en un encuentro de una noche sin llamada al día siguiente.

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