PedalPACK, sobre ruedas

El fomento del medio ambiente y la vida sana a través del transporte en bicicleta fue la mochila que se cargaron a la espalda hace ya cuatro años. Un viento con el que comenzaron a pedalear y que les sigue empujando, aunque se hayan visto obligados a motorizar sus servicios para garantizar la rapidez y precisión en los envíos.
En un sector tan competitivo como el de la mensajería no ha sido fácil convencer a los cántabros de que las bicicletas, además de ecológicas y no contaminantes, pueden ser más rápidas y baratas que otros transportes. Por eso, después de ocho meses dedicados exclusivamente a los envíos con bicimensajeros, el mercado marcó otras condiciones y tuvieron que adquirir una furgoneta. Ahora ya son cinco, además de dos motos pero las mismas cuatro bicicletas. “Las empresas deberían valorar más las ventajas de este tipo de transporte”, comenta Balbino Rodríguez, uno de los socios de PedalPACK.
Aumentar la plantilla, ampliar la flota de vehículos e incorporar combustible no les ha hecho olvidar su fidelidad a la bicicleta, pero les permite prestar servicios personalizados de entrega domiciliaria al supermercado Champion, a Tenacitas –un establecimiento de venta de marisco a domicilio– o al Servicio Cántabro de Salud, para el que recogen diariamente muestras biológicas.
Echando la vista atrás, otro de los promotores de PedalPACK, Ignacio Menéndez, tiene la sensación de haber aprendido en estos cuatro años más que en el mejor de los master. “El día a día es muy difícil, pero hemos sabido detectar las necesidades de las empresas y estar disponibles siempre y para cualquier servicio”. Son las luces y sombras de una labor que les sigue animando a ellos y a sus clientes que, desde entonces, les demuestran una envidiable fidelidad.

Ponga la hora que nosotros lo entregamos

La empresa de mensajería sigue centrando sus esfuerzos en reducir el tiempo de entrega de los envíos. Como en sus inicios, PedalPACK ofrece una fórmula para realizar recogidas y entregas en el casco urbano de Santander, la periferia (Peñacastillo, Raos…), localidades cercanas a la capital como Astillero, Maliaño y Bezana; y entre Santander y Torrelavega, un recorrido que también realizan a diario. El acuerdo que alcanzaron con los clientes fue respetar las tarifas originales de los repartos –que anualmente no pueden subir más que el IPC– y, a pesar de las dificultades para mantener el compromiso, lo han cumplido. Los usuarios pueden seguir enviando paquetes en Santander por 1,80 euros (300 pesetas) y al extrarradio por 2,10 euros (400 pesetas).
Los dos socios que dirigen PedalPACK reconocen haber cometido errores que achacan a su inexperiencia en un sector con muchos competidores. El tiempo es el que les está dando la seguridad para poner en marcha servicios más ambiciosos, como los desplazamientos a cualquier punto de la región o incluso del país; algo que consiguen a precios bastante competitivos gracias a los acuerdos de colaboración que han firmado con empresas nacionales de distribución.

Nuevos servicios
Al contrario de otras empresas de mensajería más convencionales, PedalPACK prefiere recorrer varias rutas de negocio para descubrir cuál es el camino más seguro. Eso explica que se hayan adentrado en la gestión de documentos ante organismos públicos y privados –contratos de trabajo, permisos de obra, documentos bancarios–, el reparto masivo de revistas, libros e invitaciones o la entrega periódica para clientes de distribución y comercios.
Sus dos mejores armas son el espíritu emprendedor y la visión de futuro. De hecho, en el último trimestre, han ampliado sus instalaciones hasta los 700 m2 y ya han ideado una forma de rentabilizarlo. En realidad, se trata de un nuevo servicio de recogida y entrega –como el resto de sus actividades– que incluye el almacenaje de mercancías para comercios o empresas que no disponen de espacio en sus locales. Lo importante es sacar el máximo partido a sus recursos, incluidos los ciclomotores que se van a convertir en un soporte de publicidad, aprovechando que recorren la ciudad cuarenta horas a la semana. El cajón de la moto –los laterales y la parte trasera– lucirá el logotipo de una empresa y así promocionará sus actividades.
Son nuevos servicios que aseguran la rentabilidad pero que nunca podrán reemplazar en romaticismo a las bicicletas.

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