El polémico último tramo de la Autovía
La autopista de peaje entre Zurita y Parbayón acumula las polémicas. De los 29 kilómetros que faltan para cerrar la Autovía del Cantábrico a su paso por Cantabria, 16 serán de peaje, y serán adjudicados a la empresa que no sólo se comprometa a construir y sufragar ese tramo completo (94 millones de euros) sino que además añada en el paquete la construcción gratuita de la Ronda de la Bahía de Santander (112 millones de euros).
Los automóviles que utilicen la futura autopista pagarán, según la estimación del Gobierno, 6,6 céntimos de euro por cada kilómetro (11 pesetas) lo que supondrá un desembolso total de 72,6 céntimos de euro por el uso de esta vía (143 pesetas). No obstante, será el adjudicatario final quien fije definitivamente las tarifas. Eso sí, el usuario habitual no tendrá que detener el coche para coger el ticket, ni volver a parar para abonarlo, lo que prácticamente le haría perder la escasa ventaja en tiempo que representa esta carretera frente al uso de la actual Torrelavega-Bezana-Parayas. El peaje se podrá abonar a través de un sistema dinámico, que registra el paso del coche con su código de usuario y carga la cuantía en su tarjeta de cliente habitual.
Un tramo olvidado
El último tramo de la Autovía del Cantábrico en la región quedó olvidado por la existencia de otra autovía que prácticamente cubría esa misma necesidad, la que une Torrelavega con Santander. Era evidente que llegar hasta Bezana sólo resultaba un pequeño desvío en la ruta Oviedo-Bilbao, cuya continuidad natural desde Torrelavega es, por el interior, hacia Solares.
A comienzos de los años 90 el Ministerio de Obras Públicas se planteó hacer, por fin, el tramo que faltaba, con la misma filosofía que los anteriores, es decir, hacerlo gratuito, pero hubo alguna polémica respecto a su trazado. La mayoría de los pueblos afectados preferían que la traza corriese más al sur, para articular mejor el territorio, en lugar de duplicar la de la carretera nacional. El cambio fue aceptado, pero el proyecto nunca llegó a ejecutarse.
El PP lo ha mantenido en el limbo hasta ahora, lo cual podía parecer lógico cuando eran las obras de la Meseta las que concentraban los esfuerzos presupuestarios, pero que ha perdido esa justificación al cambiar la filosofía inicial: la autovía será de pago y, por tanto, el gasto corre a cargo del adjudicatario privado, que además debe afrontar el desembolso de construir la Ronda de la Bahía de Santander, tres tramos que van desde Peñacastillo a Cacicedo, de Cacicedo a Parbayón y de Parbayón a San Salvador, en total 13 kilómetros que formarán un cinturón urbano de Santander que, en este caso, estarán libres de peaje.
La posibilidad de que ambas obras se hagan sólo con dinero privado es más teórica que real. En otras concesiones parecidas, el Estado ha acabado sufragando hasta un 40% del importe total, dado que la rentabilidad del peaje no es suficiente para resarcir al concesionario de la inversión que se le exige. En este caso es aún más cuestionable esa rentabilidad, cuando la utilidad del tramo de pago no es claramente mayor que el de la autovía convencional por la que hasta ahora se circula, tanto en tiempo como en calidad de la vía. Algo que hará que muchos conductores continúen utilizando la gratuita A-67, en lugar de la nueva carretera de pago.
La concesión se hará por un plazo de 45 años, según la propuesta del Consejo de Ministros, y puede llegar a 50 si las calidades de la vía superan los estándares previstos en el proyecto.
16 kilómetros
La autopista de peaje Parbayón-Zurita tendrá 16 kilómetros, con dos tramos diferenciados. El primero de ellos, de 2,7 kilómetros utiliza la calzada de la actual N-634 y sólo requiere una nueva en las proximidades del enlace de Zurita. El segundo, entre Zurita y Parbayón, será de 13,3 km y su trazado atraviesa Piélagos de sur a norte y una parte pequeña de Villaescusa. En ambos casos, la autopista tendrá dos calzadas de 7 metros de anchura, con arcenes exteriores de 2,5 metros e interiores de uno. La mediana será de seis metros.
La Ronda de la Bahía
La autovía de la Ronda de la Bahía de Santander habrá de tener condiciones muy parecidas, con la diferencia de una mediana algo superior (ocho metros) y bermas de 0,75 metros.
El primer tramo, San Salvador de Heras a Parbayón, utiliza las calzadas de la N-635 entre Solares y San Salvador, pero ampliada de los dos carriles actuales en cada sentido a tres, lo que obligará a remodelar los enlaces de Solares y Heras.
Desde San Salvador a Parbayón la política es la misma pero pasará de tres carriles a cuatro. A continuación cada calzada de la autovía se dividirá en dos independientes, con dos carriles cada una, que darán lugar a dos autovías paralelas. Este tramo finaliza en el enlace con la carretera S-441 y la autopista Parbayón-Zurita y continúa en el siguiente tramo de la Ronda, que será el Parbayón-Cacicedo.
El tramo Peñacastillo–Cacicedo es de nueva construcción en su totalidad y va desde el cruce con la autovía de Torrelavega en dirección al Sardinero hasta la calle San José, de Cacicedo.
Los tres tramos compondrán una especie de M-30 de Santander, para permitir una circunvalación externa que evite atravesar el centro de la ciudad a cuantos parten de El Sardinero en dirección a Astillero y Camargo o viceversa.
Contestación popular
La indudable necesidad de la Ronda de la Bahía ha quedado vinculada por Fomento a la más discutible autovía de pago Zurita–Parbayón y es ahí donde pueden surgir los mayores problemas administrativos para la ejecución, por la amplia contestación popular que ha surgido en Piélagos, el ayuntamiento más afectado, hasta el punto que se han recogido 1.600 firmas en contra de esta carretera que dividirá el valle en dos.
Esa oposición llevó a los partidos PSOE y PRC y a la agrupación electoral AIPP a reclamar ante el Ayuntamiento la presentación de un recurso ante la Audiencia Nacional contra el trazado, para tratar de forzar la vuelta al proyecto original Torrelavega-Vargas-Solares. Sin embargo, el voto de calidad del alcalde (PP) acabó por impedirlo, tras un empate. En la votación, el Partido Popular logró retener el sufragio de uno de sus concejales, el alcalde pedáneo de Renedo, que había firmado un recurso contra el trazado. Otro concejal popular se abstuvo, tras haber presentado otro recurso contra el trazado de Fomento como presidente de la Junta Vecinal de Zurita.
Todo ello da una idea del malestar de fondo que ha producido el trazado en la zona afectada e indica que el proyecto tendrá que superar todo tipo de recursos.