El Hotel Real se convierte en balneario marino

Las nuevas instalaciones han costado 450 millones de pesetas, a pesar de que la estructura básica del edificio se conserva y la toma directa de agua de la bahía santanderina estaba ya construida, puesto que es la misma que abastece a un chalet próximo de la familia Botín, propietaria también del Hotel Real, que gestiona HUSA.
La Thalasso tiene 900 metros cuadrados de superficie y no sólo se ha convertido en un atractivo complemento para el hotel, sino que ha permitido también, añadirle un gimnasio, del cual carecía.
El edificio conserva la misma estructura exterior neofrancesa, con un interior donde se combinan el mármol y la madera de teka con extraordinario gusto.
En las diferentes estancias ofrece baños de algas, masajes manuales, baños de microburbujas, diferentes tipos de hidromasajes, duchas a presión, duchas vichy e hidrojets, con tecnología del grupo Phélippeau. En la planta inferior, además de saunas, baños turcos y aromaterapia, hay un espacio hidromarino, a manera de piscina, donde se combinan los efectos del agua de mar calentada con diferentes tipos de tratamientos (cascadas, burbujas, chorros de alta presión, etc.). El hecho de que la temperatura exterior esté un grado por encima de la que tiene el agua de mar de la piscina evita la formación de vaho y la sensación de humedad.

Agua marina natural

Todo el complejo está basado en las cualidades tonificantes del agua marina, las algas y los lodos. Al contrario de lo que ocurre en algunos centros de thalasoterapia, donde el agua marina se reconstruye con la disolución de sales en agua corriente, el Real tiene la posibilidad de contar con todo el agua marina que necesite, obtenida en una captación de la Bahía a cinco metros de profundidad y sometida a un proceso de filtrado y depuración. Para más seguridad, el agua se bombea en las pleamares.
Calentada a 31 grados, el agua marina desprende los oligoelementos que contiene y eso permite que puedan fijarse a la piel. Los diferentes procedimientos de aplicación tratan de reforzar este efecto y añadir un masaje relajante y vitalizador.
En palabras de Melchor Bosch, director del Hotel, es la versión moderna de los baños de ola clásicos, aquellos tratamientos con agua marina a los que acudían personas de todo el país por prescripción médica o para conservar el tono vital y que, obviamente, sólo podían hacerse en verano.

Programas

El Hotel ha comenzado a comercializar forfaits de habitación+thalasso en paquetes de siete noches y seis días de tratamiento, desde 2.151 euros, pero el centro también está dirigido para el público que no esté alojado. Para ellos, los precios varían entre los 28 euros que cuesta acceder a la piscina de agua marina, sauna, baño turco y aromaterapia, a los 840 de un programa completo de seis días, con todo tipo de tratamientos individuales y colectivos. Entre las propuestas, se encuentran programas específicos antiestrés, post-parto, para relajar la espalda o para mejorar la silueta.

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