Tomás Pascual: ‘Seguimos vinculados a Cantabria’

Los propietarios de Calidad Pascual celebran en Santander el 50 aniversario de la compañía

Calidad Pascual (anteriormente, el Grupo Leche Pascual) fue fundada en 1969 por Tomás Pascual Sanz en Burgos pero siempre fue una empresa muy relacionada con Cantabria, por su matrimonio con la campurriana Pilar Gómez-Cuétara, hija y sobrina de los fundadores de la industria galletera Cuétara. De esta unión nacieron cuatro hijos, Tomás, Pilar, Sonia y Borja. Tomás Pascual Gómez-Cuétara, el primogénito, es desde el fallecimiento de su padre en 2006, el presidente de la compañía, que no ha perdido el carácter familiar y ha querido celebrar en Santander el 50 aniversario de su fundación. En Cantabria factura 10,7 millones de euros y tiene 62 granjas proveedoras.


Una ‘máquina del tiempo’ sirvió para explicar de una forma amena la evolución del grupo ante unos 200 invitados que asistieron al acto celebrado en Santander.

Tomás Pascual, junto a sus hermanos Fidencio, Juan José y Pedro fundaron en 1950 la empresa Pascual Hermanos. Nueve años después pusieron en marcha una fábrica de piensos y en 1966 comenzaron a criar cerdos, gallinas y vacas, siempre en el entorno de Aranda de Duero, donde su nombre, escrito en grandes letras rojas, rotulaba todo tipo de naves agrarias y dejaba clara la extraordinaria impronta empresarial de la familia. En 1969 tuvieron la oportunidad de adquirir una cooperativa lechera de la localidad que se encontraba quebrada. Tenía capacidad para producir 3.000 litros de leche al día y para reflotarla era imprescindible llegar a las grandes poblaciones, pero eso era imposible con un producto de tan corta duración como la leche y con las vías de comunicación de la época. En un viaje a Inglaterra, Tomás, líder indiscutible de la empresa, descubrió el procedimiento de uperización, que por entonces apenas era conocido en el mundo y que, al someter la leche a una inyección de vapor a 148 grados durante 2,4 segundos, conseguía una total destrucción de las bacterias y la mantenía estable durante semanas.

Al introducir esta tecnología provocó un salto sustancial en la industria láctea española, que resultó mucho más radical cuando poco después vio en Suecia unos envases de cartón recubiertos de aluminio que permitían conservar el producto casi indefinidamente, el tetrabrick.

Hoy, la empresa se ha convertido en el grupo Calidad Pascual, que exporta a casi 70 países, cuenta con una gama de más de 200 productos, 6 plantas de fabricación, 27 delegaciones comerciales y más de 2.200 empleados. No ha perdido el carácter familiar y está gobernada por Tomás Pascual hijo, que mantiene –al igual que sus hermanas y primos– una estrecha vinculación con Cantabria. Por eso, Santander ha sido uno de los lugares elegidos para conmemorar el 50 aniversario de la compañía láctea.

Pregunta.- Usted nació en Santander y parte de su familia es cántabra también. ¿Sigue vinculado a la región en su día a día?

Tomás Pascual.– Es cierto que el origen de nuestra familia por parte de mi madre es cántabro y yo mismo nací en la clínica del doctor Cabello, en el Sardinero.

Seguimos vinculados a Cantabria emocionalmente y empresarialmente. Todos los años venimos a pasar unos días y a celebrar el cumpleaños de mi madre.

Empresarialmente, además de la actividad industrial que tuvimos [fueron propietarios de una planta de lácteos en La Serna de Iguña, vendida a Andros], hemos tenido y tenemos una recogida de leche importante en esta región, y no solo por el tamaño, sino por la calidad y la buena relación con los ganaderos. Y seguimos teniendo una actividad comercial considerable. De hecho, la delegación en esta región se sitúa por tercer año consecutivo como la más eficiente de España por su alto nivel de ejecución.

P.- ¿Cuántos suministradores de leche tiene en Cantabria?

TP.- Trabajamos con 62 granjas proveedoras de leche con las que, de media, llevamos más de 25 años de relación. En volumen, Cantabria probablemente sea la tercera comunidad donde más suministradores tenemos. Para este 2019 se estima que recogeremos más de 44 millones de litros, lo que supondrá en torno al 10% del total de leche recogida por Calidad Pascual a nivel nacional.

P.- ¿Qué puede destacar de la leche de Cantabria?

TP.- En Cantabria destaca la calidad. Todos los años realizamos análisis y los resultados muestran que en Cantabria están algunas de la mejores leches que recogemos. Estamos muy orgullosos. Cantabria es una región que aprecia y valora los productos agroalimentarios y, especialmente, la leche de calidad.

P- En España se consumían más de 200 litros de leche por habitante y ahora, poco más de 170. ¿Esa evolución a la baja del consumo es una preocupación para su empresa?

TP.- Nos preocupa y nos ocupa, en cierto sentido. Parte de la caída del consumo tiene que ver con el hecho de que cada vez hay más alternativas para el desayuno y para las comidas, por lo que hay que compartir mercado con esos otros productos. También el descenso de la población, disminuye ese consumo.

Sin embargo, lo que más nos preocupa son los ataques que recibe el producto, diciendo que no tiene un valor nutritivo suficiente, cuando seguramente sea, si no el mejor alimento, uno de los tres mejores, por sus características nutricionales.

P.-¿Cómo hacen frente a esta situación?

TP.- Lo combatimos con innovación y con nuevos productos, pero también con la gran apuesta que queremos iniciar para, partiendo de una buena materia prima, sacarle más valor a los mismos nutrientes. La materia grasa, que durante un tiempo estuvo demonizada, vuelve a valorizarse, y se está volviendo a productos más naturales. Debemos convencer a los consumidores de que la leche y los lácteos son productos tan buenos como dicen los nutricionistas y médicos. Eso va a llevar algún tiempo, pero trabajamos en ello.

Tres generaciones de la familia Pascual-Gómez-Cuétara que acudieron al evento que se ha celebrado en Santander para celebrar el 50 aniversario de la compañía. En el centro, Pilar Gómez-Cuétara, viuda del fundador de la compañía, y a la derecha, el actual presidente, Tomás Pascual hijo, junto a sus hermanas, cuñados y sobrinos.

P- Todas sus granjas han conseguido el sello Aenor de Bienestar Animal. ¿Cree que es un aliciente para los consumidores?

TP.- Yo creo que sí. En caso de tener dos productos similares, si uno de ellos procede de un trabajo mejor en el campo, ayuda bastante. Bienestar animal no solo significa cuidar a los animales, sino también cuidar la leche.

Cantabria es una tierra de ganaderos y aquí el ganadero vive el campo intensamente y si hace muy bien su trabajo va a conseguir que ese animal esté bien y, además, que dé más leche y mejor.

P- La leche sigue suponiendo casi el 50% de su facturación. ¿Qué otros productos son decisivos para el grupo?

TP.- El siguiente en volumen de ventas, aunque no en facturación, es el agua mineral Bezoya. Después, hay varios con facturaciones muy parecidas: el café Mocay para hostelería, la soja, el yogur de larga vida, los Bifrutas… Todos aportan entre un 5 y un 7%. Esto demuestra que no somos solo una empresa láctea, sino que somos una empresa comercial y trabajamos con el consumidor. 

Tomás Pascual durante el evento celebrado en Santander.

P- Su padre no solo formó el imperio Pascual, sino que fue muy innovador, con la introducción de la leche uperizada y del tetrabrick. ¿Cuál le gustaría que fuese su legado?

TP.- Yo tengo dos legados. Me gustaría que siguiese siendo una empresa familiar y que la familia se sienta vinculada a este proyecto porque contribuya a él. Y por el lado empresarial, que siga siendo una empresa viable económicamente, pero también desde el punto de vista de la satisfacción del consumidor.

Para ello, tenemos que volver a dar valor a la leche como un elemento básico de nuestro negocio y apoyarnos en la internacionalización, aunque esto nos va a costar aún. Estamos empezando a sembrar y hay que esperar para recoger. Me gustaría que mis hijos, mis nietos y los empleados de esas generaciones recojan esos frutos del proceso de internacionalización.

P- Su negocio internacional ahora supone menos de un 5 % de la facturación total, pero están iniciando una expansión al Sudeste asiático y África. ¿Por qué esos mercados en concreto?

TP.- Cuando intentas vender a los países más occidentalizados te encuentras que otras empresas han llegado antes y han tomado posiciones, porque son grandes multinacionales con marca. Sin embargo, hay áreas geográficas a las que todavía no han llegado o donde no hay empresas locales potentes, bien porque no existe una distribución organizada o bien porque es más difícil establecerse. Ahí es donde queremos empezar a sembrar nuestra semilla.

Elegimos el Sudeste asiático porque cada vez tiene un poder adquisitivo mayor. Por la urbanización que se está produciendo y por el crecimiento de la clase media. Empiezan a conocer hábitos nutricionales más parecidos a los nuestros.

Y África porque es el gran sitio por descubrir. De hecho, nuestro desarrollo en África quizá no llegue hasta dentro de veinte años, pero espero verlo. Si empezamos a sembrar ahora, dentro de veinte años estaremos en otros mercados y creciendo.

Calidad Pascual exporta a casi 70 países y cuenta con una gama de más de 200 productos, 6 plantas de fabricación y 27 delegaciones comerciales.

P.- ¿Acabarán produciendo allí también?

TP.- Ya estamos comenzando a fabricar en Filipinas, que es donde hemos establecido nuestra base internacional para el Sudeste asiático. Estamos produciendo Bifrutas y vamos a empezar con otras bebidas.

En África, estamos empezando a fabricar en Marruecos y estamos valorando montar una unidad productiva en el cono sur, en Angola o Sudáfrica.

P.- ¿En su expansión no valora América?

TP.- Nos gusta, pero es más difícil. Latinoamérica tiene situaciones políticas complejas y Norteamérica está muy occidentalizada. Pero Centroamérica y Caribe podrían ser un complemento al Sudeste asiático y África.

P.- La tercera generación de los Pascual ya tiene 14 miembros. ¿Cómo se dará la sucesión?

TP.- La primera preocupación a nivel familiar es que sean buenos accionistas, que sepan entender la empresa y que sepan que en una compañía hay muchas personas relevantes, no solo el accionista; sobre todo, el consumidor, pero también los empleados, los distribuidores, los proveedores, la sociedad en general…

Como no todos serán gobernadores, la segunda preocupación es que quienes lo sean sepan tomar buenas decisiones. Aunque es verdad que dentro de la familia hay un programa que permite que entren en la empresa, tienen que estar muy preparados para ello. El que entre va a ser porque se lo ha ganado. ¡Claro que nos encantaría que hubiera algún sucesor!, pero tienen que desarrollarse, quererlo y prepararse.

Nosotros, mientras tanto, estamos trabajando en ello y estamos invitando a miembros de la siguiente generación a que participen como oyentes en la vida del gobierno de la empresa.

María Quintana

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