La cooperativa de transportistas Cocantra cumple 25 años

Cantabria no es una región de cooperativas; sin embargo, una de las empresas regionales más significadas en el transporte de mercancías por carretera tiene su origen en la iniciativa de seis transportistas autónomos que hace ahora 25 años creaban una asociación de este tipo. Con sólo media docena de camiones y muchos sacrificios económicos para crear las infraestructuras mínimas que necesitaba el nuevo negocio, los fundadores de Cocantra (Cooperativa Cántabra de Transportes) sentaron las bases para lo que hoy es una empresa con 62 socios y 90 camiones, que mueven al año 350.000 toneladas de carga por carreteras españolas y europeas.
Cocantra fue una iniciativa pionera no sólo por la utilización de un formato cooperativo, sino también por intuir que el mercado acabaría siendo dominado por las grandes empresas del transporte, algunas de ellas con especial vinculación con Cantabria.
De Raos a Herrera de Camargo

Los primeros pasos de Cocantra se dieron en Raos; en aquella pequeña concesión y en condiciones materiales bastante precarias, se mantuvo la cooperativa entre 1980 y 1995. En esta fecha y bajo el impulso del entonces gerente, Antonio Martínez Casares, dio el salto hasta sus actuales instalaciones de Herrera de Camargo, donde cuenta con 15.000 metros cuadrados de superficie. Allí construyó un edificio para albergar las oficinas y los talleres y habilitó una amplia campa para los vehículos. En aquella fecha, la cooperativa se aproximaba ya a los cuarenta socios, una cifra que se fue incrementando paulatinamente hasta alcanzar los 62 con que cuenta actualmente.
Desde sus inicios, Cocantra ha contado como clientes con algunas de las industrias más potentes de la región, como Repsol, Saint-Gobain, Alcatel, Nexans, Papelera del Besaya o Global Steel Wire. También una firma finlandesa, la papelera UPM Kymmene, cuyos productos se importan a través del Puerto de Santander. No faltan tampoco clientes nacionales, como Fontvella o Carrefour.
Para gestionar las cargas en los viajes de retorno a Cantabria, Cocantra abrió dos delegaciones, estratégicamente situadas en las zonas donde se concentra más tráfico nacional: Barcelona y Madrid. Este tráfico por el interior del país representa el 80% de los movimientos que realiza la cooperativa cántabra, que facturó el pasado año doce millones de euros.

Nuevas instalaciones en Polanco

El camino emprendido por muchas industrias hacia la externalización de todas aquellas tareas que no tienen que ver directamente con la fabricación ha desplazado la gestión de su logística hacia las empresas de transporte. Ya no basta con trasladar la mercancía, sino que los clientes quieren respuestas a sus necesidades de almacenaje y de suministro just in time que plantean las empresas.
La adaptación a estas nuevas exigencias del mercado ha llevado a Cocantra a adquirir las naves que ocupaba la cadena de supermercados El Árbol en Rolisas (Polanco). En esta amplia superficie de 17.000 m2, de los que 7.000 son cubiertos, realiza servicios de almacenaje y gestión de stocks para empresas como Dynasol o Aspla. Desde las instalaciones de Polanco se distribuyen los productos hacia el cliente final de esas firmas, bien por parte de la propia Cocantra o a través de otras empresas de transporte.
El salto cualitativo que ha dado la cooperativa para ofrecer un servicio logístico más completo le permitirá adecuarse a los requerimientos de un mercado en el que, además de la fuerte competencia, hay que hacer frente a la continua subida de costes. Para amortiguar el alza de los combustibles, Cocantra ha llegado a un acuerdo con la mayoría de sus clientes para vincular las tarifas a la evolución del precio del gasoil, un coste que supone cerca del 35% de los gastos generales de cualquier empresa de transportes por carretera.
La saturación del mercado, con un número excesivo de camiones, y la competencia desleal son otros factores que hacen del transporte un sector de baja rentabilidad y porvenir incierto, como advierte el gerente de Cocantra, Manuel Cobo: “Hemos pasado años buenos, pero los que van a venir no lo van a ser tanto, a no ser que cambien las estructuras y todo lo que se ha estado solicitando en la última huelga”, dice.
Cobo, que se incorporó a la cooperativa en 2001, subraya el esfuerzo económico hecho por los socios de Cocantra tanto en el pasado, cuando pusieron en pie la sede de Herrera de Camargo, como con la reciente adquisición de las instalaciones de Polanco. Unas inversiones que no son fáciles de abordar cuando se trata de una cooperativa, y que dice mucho del espíritu que sigue alentando un proyecto que cumple ya un cuarto de siglo.

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