La Caja aumenta el beneficio más de un 30%

El incremento temporal de los márgenes que propicia la subida de los tipos de interés y el crecimiento del volumen de negocio han favorecido a Caja Cantabria en el último año hasta alcanzar un margen de intermediación de casi 180 millones de euros (un 32% más que el año anterior). Como los gastos crecieron de forma mucho más moderada, la Caja dio un salto muy significativo en su eficiencia. Si en 2006 la gestión le consumía 54 euros de cada 100 de margen, en el último año el ratio bajó a 45.
La evolución ha sido mejor que la del conjunto del sector y gracias a los beneficios obtenidos, la Caja le va a dar otro empujón a sus recursos propios, que tradicionalmente han estado muy justos y le condicionan para participar en algunas operaciones.
La Caja también se ha ido desprendiendo de problemas históricos y ahora se encuentra en la mejor situación en muchos años para afrontar un cambio de ciclo que no sólo parece inevitable, sin que llega a una velocidad de vértigo, según el último informe del Banco de España. Después de recuperar en 2006 dos dudosos que le inmovilizaban 17 millones de euros (un crédito participativo a Sniace y varios ordinarios con el Racing), la entidad se sintió aligerada pero prefirió no confiarse y ha aumentado significativamente las dotaciones: 37 millones de euros, de los que 14 se han dedicado a la primera tacada de prejubilaciones, a la que se acogieron 41 personas. El resto ha ido a engrosar una bolsa de 160 millones de euros que la entidad ha acumulado en provisiones, una cuantía aparentemente muy holgada si se tiene en cuenta que la morosidad se sitúa en unos 60 millones (0,82% del negocio total) y, al contrario de lo que ocurría anteriormente, está muy fraccionada, por lo que es más fácil de gestionar.
La Caja acaba de pasar la inspección del Banco de España sin tacha y ha confirmado la calificación P-1, el máximo rating a corto plazo, de la agencia Moody’s. A pesar de que sufrirá un incremento de la morosidad, como todos sus competidores, el haber cortado la financiación a las compras de suelo y haber apostado menos que el resto por la segunda vivienda –la que más puede resentirse del descenso de ventas– le da cierta tranquilidad. No obstante, el colchón más eficaz contra posibles problemas es haber acumulado una cobertura del 238% sobre la mora.
A por las empresas

La Caja ha preferido ralentizar sus planes de expansión fuera de los límites regionales, a la espera de que el clima económico escampe, pero es consciente de que dentro de Cantabria no tiene mucho margen para crecer, tras tejer una red de 147 oficinas. Sus expectativas para mantener el ritmo del negocio, ahora que la demanda inmobiliaria ha dejado de empujarlo, está en las empresas, donde su presencia es muy inferior a la que tiene en el mercado de particulares, y en la inversión pública.
En este terreno, ha apostado por participar, en alianza con otras cajas, en un fondo destinado a financiar infraestructuras en Europa, EE UU, México y Canadá. También ha aprovechado las favorables circunstancias fiscales del sector naval para financiar trabajos de dragado en las islas artificiales que se construyen en Dubai.
La búsqueda de nuevos mercados va a ser el objetivo no sólo de la Caja, sino de todo el sector financiero, al detenerse la locomotora inmobiliaria que lo ha llevado en volandas durante años. Aunque los márgenes del negocio ordinario se han ensanchado, la demanda de créditos procedente del sector industrial no está en condiciones de cubrir el amplio espacio que dejan los promotores, porque también han bajado las inversiones en bienes de equipo, lo que no augura nada bueno en el sector secundario.

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