El sur de la región se llena de torres de medición de vientos
El Gobierno regional no aprobará el plan energético regional (Plenercan) antes de marzo y sus directrices no estarán vigentes hasta julio, en el mejor de los casos, pero eso no significa que las empresas adjudicatarias del concurso eólico estén paradas. Los municipios del sur de la región asisten estas semanas a la implantación de decenas de torres de medición, con las que las compañías pretenden conocer con total exactitud la calidad y cantidad de los vientos en los montes donde está previsto instalar los aerogeneradores. Un ejemplo son las cinco torres anemométricas que acaba de instalar Eolican, la firma cántabra adjudicataria de la zona C (Campoo de Enmedio y Valdeolea) donde podrá desarrollar hasta 210 Mw, si el concurso se mantiene, repartidos en siete parques de aerogeneradores. Eolican prevé una inversión global de unos 300 millones de euros en la puesta en pie de estos parques y en las actuaciones industriales y de I+D+i vinculadas, siempre y cuando pueda completar el cupo máximo de potencia.
La instalación de las antenas anemométricas es un paso preceptivo a la construcción de los parques. Las empresas promotoras necesitan certificar el recurso eólico de la zona asignada con métodos fiables y contrastados, de modo que puedan conseguir una explotación racional de los parques y una financiación adecuada. Como sucede con cualquier actuación urbanística, este tipo de instalación está sometida a una normativa y a la concesión de permisos y licencias. Es una tramitación municipal de varios meses que ha de contar, asimismo, con informes favorables por parte de la administración regional, en concreto, de los servicios de Urbanismo, Cultura, Medio Ambiente y Biodiversidad.
Las torres miden unos 60 metros de altura y están equipadas con varios anemómetros y un sistema de transmisión de información que envía datos en tiempo real a las oficinas centrales de Eolican.
Las antenas estarán en funcionamiento durante dos años, midiendo las condiciones de viento en las diferentes estaciones del año, y transcurrido este tiempo serán retiradas.
4 millones de euros ya invertidos
A fecha de hoy, Eolican lleva invertidos en Cantabria más de cuatro millones de euros. Tal y como explica Fernando Rivas, director general de la firma, “se trata de una empresa cántabra que quiere crear riqueza en Cantabria”. Los primeros beneficiados por la construcción de un parque eólico son los municipios afectados, explica: “En primer lugar, por los miles de euros que pagan los promotores en concepto de licencias y permisos, así como por los pagos derivados del aprovechamiento de terrenos privados o comunales, los impuestos locales, y la contratación de mano de obra en la zona para el mantenimiento de las infraestructuras”. De forma genérica, se calcula que el 7% de la inversión en un parque se queda en el municipio. A final “nuestros pagos se convertirán en un tanto por ciento muy importante del presupuesto de estos ayuntamientos”, señala Rivas.
Asimismo, recuerda que la promoción de un parque eólico beneficia a un “extenso entramado de empresas auxiliares” entre ellas las de ingeniería, eléctricas, constructoras y de transporte. Eolican está contratando la mayoría de estos servicios en Cantabria. Dentro del trabajo de estas empresas cabe destacar la intervención de consultorías ambientales y de patrimonio. El consorcio promotor del parque les ha encargado sendos informes de carácter preventivo sobre la avifauna y la riqueza arqueológica de su zona de actuación asignada. De esta manera, Eolican presume poder presentar un proyecto que supere cualquier evaluación de impacto ambiental por parte de la Administración.