Ruiloba encuentra en el golf y en las maderas nobles su piedra filosofal

La apuesta de Comillas por el turismo masivo de sol y playa, con la construcción de numerosas urbanizaciones de segunda vivienda está desplazando hacia Ruiloba a quienes antes disfrutaban de su tranquilidad. Ruiloba ha sabido conservar perfectamente sus valores tradicionales, pero eso resulta cada vez más difícil cuando el crecimiento del municipio colindante crea una gran presión urbanística.
El Ayuntamiento de Ruiloba ha optado por conservar sus características y, al mismo tiempo, aprovecharlas desde el punto de vista económico, con el objeto de lograr una fuente de ingresos a largo plazo que evite depender de las licencias urbanísticas. La estrategia se dirige hacia dos frentes: la construcción de un campo de golf de 18 hoyos, como motor que propicie el despegue del municipio, y la transformación de sus grandes bosques de eucalipto en bosques de especies maderables de alta calidad y mayor rendimiento.
El proyecto del campo de golf, ya muy avanzado, utiliza terreno municipal y una gran finca privada existente entre los términos de Casasola y Concha para reunir alrededor de ciento treinta hectáreas, dentro de un paisaje de gran interés. El campo requiere alrededor de 60 y el resto será utilizado para fines inmobiliarios, con un máximo de cinco viviendas por hectárea, todas ellas unifamiliares, con planta baja y primera y parcelas de mil a dos mil metros cuadrados por vivienda.
Junto con el campo de golf se pretende la recuperación de la actividad termal, que ya existió en las playas de Luaña y Comillas a finales del siglo XIX y que ahora se concentraría en el hotel-balneario ubicado en las proximidades del campo de golf y que tendrá como función principal, además de dar alojamiento a los jugadores, ofrecer un uso terapéutico y medicinal del agua de mar. A pesar de la tradición de los tratamientos con agua marina en la región, en la actualidad sólo aplica la talasoterapia el Hotel Castelar de Santander, mientras que los cuatro balnearios clásicos, al encontrarse en el interior, emplean aguas minerales procedentes de captaciones de manantiales y ríos.

Sociedad mixta

El municipio explotará tanto el golf como la promoción inmobiliaria a través de una sociedad en la que tendrá al menos el 51% del capital, a cambio de lo cual entregará parte de los terrenos donde se asentará. El resto de las acciones estará en manos de la ingeniería Ingenor, autora del proyecto y del plan municipal de desarrollo, que aporta también la finca privada. De esta forma, el Ayuntamiento pretende no sólo aprovechar los ingresos por licencias sino los muy importantes rendimientos que se esperan por la venta de las viviendas, a pesar de que la política municipal es muy restrictiva en este terreno. “Tanto en el golf como en resto de la ordenación municipal, hay que hacer parcelas de mucha calidad, para que no se pierda el carácter de pueblo y la separación de núcleos”, sostiene el alcalde, Gregorio Escalante. Eso dará lugar a que las parcelas urbanizables sean muy grandes y, por tanto, la densidad de edificación pequeña, a pesar de lo cual el golf generará un flujo de ingresos muy importante para el municipio durante los próximos años.

Bosques de maderas nobles

La intención del Ayuntamiento es enlazar este proyecto con otra fuente permanente de recursos a largo plazo y para ello, una parte muy significativa de los rendimientos será invertida en el cultivo de especies maderables de alta calidad. Desde instancias municipales se negocia ya con la empresa Bosques Naturales, especializada en maderas nobles de alto rendimiento (ver el número anterior de Cantabria Económica). El objetivo es conseguir el desarrollo de variedades de roble, teka, nogal, peral y cerezo adaptadas al terreno y seleccionadas genéticamente para minimizar el fruto y transformar en madera todo el esfuerzo del árbol. El alcalde confía en que los técnicos resuelvan este reto, como lo han conseguido en otros lugares, y recuerda que hace ya cien años se implantó con éxito una especie tan ajena a Cantabria como el eucalipto, traído de Australia. La ventaja en este caso es que el eucalipto a sustituir da un rendimiento de dos millones de pesetas por hectárea en cada corta y estas maderas nobles, aunque tienen un ciclo más largo, llegan en algunos casos a los 72 millones por hectárea.
La plantación daría lugar a una fuente permanente de recursos y, como el campo de golf, aportaría una salida profesional para una parte de los vecinos que hoy se dedican a la ganadería.
Escalante calcula que sería suficiente con la transformación de una tercera parte de los 7,5 millones de metros cuadrados de arbolado que tiene el municipio y su explotación municipal puede convertirse en un ejemplo para otros municipios.

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