Acuicultura con tecnología cántabra

Si el I+D que realizan las grandes empresas se ha resentido con la crisis, poco se podría esperar de quienes cuentan con menos recursos, como las pymes. Pero esa capacidad de innovación existe, como lo demuestra el éxito obtenido por tres empresas cántabras al ser seleccionadas por la Comisión Europea en el marco de Horizonte 2020, el programa de I+D+i de la UE que, con una dotación de 3.000 millones de euros, ayudará a las pequeñas empresas a llevar al mercado proyectos de laboratorio innovadores.
Una de estas pymes es la cántabra Apria Systems, una ingeniería especializada en medio ambiente que ha obtenido una ayuda de 50.000 euros por un proyecto innovador para mejorar el tratamiento del agua que utilizan los sistemas acuícolas de recirculación.

Un mercado en crecimiento

Como tantos otros sectores abiertos a la competencia internacional, el mercado de la acuicultura se ve lastrado en Europa por una normativa medioambiental mucho más exigente que cualquier otra zona del planeta y por las restricciones a la ocupación de dominio público en marismas y rías. De ahí la necesidad de potenciar esa competitividad mediante la aplicación de soluciones que optimicen los procesos de producción sin perjudicar el medio ambiente. Con este objetivo, extensible a toda la industria agroalimentaria, la Comisión Europea creó una línea de financiación para proyectos que buscasen la producción sostenible de alimentos. Y es aquí donde encaja la propuesta sobre la que trabaja esta empresa cántabra, que ya ha llevado a cabo un pequeño proyecto piloto en Tinamenor.
Esta instalación es un claro ejemplo de lo que se persigue. Sus tanques de cultivo están situados al borde de la ría de la que toma su nombre, en la desembocadura del Nansa, un lugar ecológicamente muy sensible, y usan el sistema más empleado en acuicultura marina, el de la recirculación. Este sistema permite tratar el agua y reutilizarla, por lo que apenas se renueva un 10% del volumen total. La dificultad que ha de superarse en los ensayos es conseguir una calidad suficiente como para trabajar con alevines de dorada de entre dos y cuatro gramos, muy sensibles a cualquier alteración de las condiciones ambientales: “No se trata de eliminar contaminantes de un agua que después se va a verter” –señala el director de Apria Systems, Pedro Gómez–, “sino que ese agua, una vez tratada, se va a poner en contacto con animales vivos que, además, son muy sensibles por su tamaño”, concluye.
Una vez comprobada en el laboratorio y con esta prueba piloto la validez de las técnicas que aplican, el siguiente paso es la definición de un plan de negocio para examinar la competencia con otros procesos ya existentes y su aplicación en el mercado. En esta fase se van a emplear los 50.000 euros de ayuda conseguidos en Europa. Pero el aliciente es mucho mayor ,porque “si conseguimos demostrar la viabilidad del proyecto –explica Pedro Gómez– podríamos optar a ayudas de entre medio millón y dos millones de euros para hacer prototipos y demostración de la tecnología a una escala mucho mayor”.
Aunque el interés de la UE al financiar estos proyectos sea el de hacer más competitivas a las empresas de acuicultura europeas, el desarrollo de técnicas que mejoren los procesos de producción serán aplicables en cualquiera de las granjas marinas que existen en otros continentes, lo que le abriría a la empresa cántabra un inmenso mercado .
Según un reciente informe de la FAO, el crecimiento de la acuicultura durante la próxima década va a ser mayor de lo esperado, especialmente en África y Asia. El aumento de las inversiones en tecnologías para incrementar la productividad, la mejora genética, las prácticas en los criaderos y la innovación en la alimentación de los peces deberían impulsar la producción acuícola a un ritmo anual del 4,1% hasta el año 2022.
Este rápido desarrollo ayudaría a resolver el problema que plantea el agotamiento de recursos en el sector pesquero. Hay que tener en cuenta que el consumo mundial de pescado per cápita ha pasado de 9,9 kg en 1970 a 19,1 kg en 2012, aunque las cifras varían considerablemente entre continentes. Africa, América Latina y el Cercano Oriente tienen niveles de consumo de apenas la mitad de la media mundial, mientras que Asia, Europa y América del Norte alcanzan promedios de unos 21 kg por habitante y año.

Una empresa nacida en la Universidad

Apria Systems se creó en 2006, como una spin off del departamento de Ingeniería Química y en base a los conocimientos desarrollados por cinco investigadores. En 2009 se trasladó al Centro de Empresa de Camargo y desde allí ha venido trabajando como consultora y como ingeniería en el tratamiento de problemas medioambientales.
Ha colaborado con el Gobierno cántabro en la asistencia técnica para el desarrollo de normativas en autorizaciones integradas, evaluaciones de impacto ambiental o protección de la contaminación de suelos. Como ingeniería está especializada en problemas complejos de tratamiento de aguas, y una de sus líneas de trabajo es la purificación de efluentes en la industria química.
De los tres ingenieros que componen la plantilla de Apria, dos de ellos continúan vinculados como profesores asociados a la Universidad de Cantabria. Una relación que les permite estar al día de nuevos procesos y tecnologías y no solo para enseñarlas, sino para trasladar a la práctica soluciones que, como en el caso de la acuicultura, pueden tener un gran impacto de mercado.

Suscríbete a Cantabria Económica
Ver más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Botón volver arriba
Escucha ahora