Red Eléctrica cierra el círculo

La ciudad de Santander está conectada ya con tres línea de 400 kilovoltios, las auténticas autopistas de la conducción de energía eléctrica. Una le llega desde Cacicedo, otra desde Astillero y la tercera desde Puente San Miguel, por lo que está prácticamente a salvo de cualquier eventualidad en cualquiera de ellas. Pero, por motivos históricos, esas tres subestaciones no están conectadas entre sí y eso es lo que ahora trata de hacer Red Eléctrica de España para garantizar la cobertura en las respectivas zonas.
El primer objetivo es conectar la de Cacicedo y la de Astillero, con un presupuesto de ejecución de veinte millones de euros. Los catorce kilómetros del tendido serán soterrados, algo que resulta bastante más costoso que hacerlos aéreos, pero que en este caso de zonas semiurbanas resulta casi imprescindible. A pesar de tratarse de una línea de 220.000 voltios sólo necesita una zanja de un metro de ancho y otro de profundidad (el cable va dentro de un tubo a 60 centímetros de la superficie), que en gran parte del recorrido irá bajo las aceras y en otra parte bajo las carreteras.
La obra tiene una gran desventaja, el sobrecoste, ya que el tendido subterráneo es diez veces más caro, pero Red Eléctrica no se quejado demasiado, porque quien va a pagarlo es el Estado. Y además de las obvias ventajas estéticas y de nula afectación de fincas tiene otra muy evidente, la de no necesitar tramitación ambiental, lo que reduce sensiblemente los plazos de ejecución. REE cree que podrá empezar la obra en la primavera de 2014 y concluirla un año después.
Para conectar las subestaciones de Cacicedo y Puente San Miguel necesitará algo más, aunque ya tiene hechos dos pequeños tramos de esos 26 kilómetros. El tendido saldrá soterrado desde Puente San Miguel hasta atravesar Torrelavega y, a partir de ahí, en los municipios de Polanco, Piélagos y Santa Cruz de Bezana, donde casi todo el recorrido es de monte, se convertirá en una línea aérea. En los seis kilómetros más próximos a Cacicedo volverá a sumergirse bajo calles y aceras.
Este proyecto sí exige tramitación ambiental, pero exclusivamente en la comunidad autónoma. Saldrá en septiembre a información pública y, si todo sale como REE espera, en un año debería obtener la declaración de impacto.
Dentro de este proyecto se incluye la construcción de una nueva subestación en Barreda (Torrelavega), en unos terrenos de Solvay colindantes con los que en su día ocupó su filial de plásticos Hispavic. En este caso, la central será compartida por REE y E.On, ya que la compañía alemana que adquirió Viesgo se hará cargo de la transformación a 55.000 voltios para su posterior distribución en la zona.
En conjunto, el tendido y la subestación requerirán una inversión de 30 millones de euros.

Un rodeo para acabar la Penagos-Güeñes

El tercer proyecto que maneja REE en Cantabria es ya veterano, dado que se refiere al corredor de 400 kV que se aprobó en los años 80 para conectar los grandes centros de generación asturianos de Soto de Ribera con Penagos y, sobre todo, con Vizcaya, donde están los mayores consumidores de kilovatios. Después de un larguísimo conflicto legal con varios ayuntamientos, en 2011 por fin se pudo inaugurar el tendido entre Soto de Ribera y Penagos, pero no ha sido posible llegar hasta la localidad vizcaína de Güeñes, el punto final previsto, al chocar con un biotopo de esta localidad, con bosques autóctonos protegidos y nidificaciones de alimoches, lo que ha dejado el tendido a ocho kilómetros de su destino.
No obstante, REE está a punto de conseguir lo que pretendía a través de un rodeo. Aprovechando la conexión de varios ciclos combinados de gas que se han instalado en la zona, ha desviado la línea desde Ziérbana hacia la central de Abanto, que a su vez ha enlazado con la de Santurce y, finalmente, con Güeñes, lo que también le permitirá evacuar la energía de esos nuevos generadores.
En abril, REE ha obtenido otra baza que llevaba tiempo esperando, la autorización ambiental para la subestación de 400 kV de Solórzano, que transformará a 220kV, y para el tendido desde ese punto hacia otra subestación que ha construido en Cicero, desde la que podrá asegurar el abastecimiento de Laredo y Santoña por muchos años.
Se trata de una línea de 220 kV y diez kilómetros de longitud que atraviesa los municipios de Hazas de Cesto, Bárcena de Cicero y Solórzano, para la que va a realizar una inversión de 20 millones de euros.
REE ha utilizado un procedimiento extraordinario para obtener esta autorización directamente del consejo de ministros, acogiendose a una excepcionalidad admitida para aquellos proyectos que resulten imprescindibles para no poner en riesgo la garantía de suministro, algo que se ha admitido en este caso.

Suscríbete a Cantabria Económica
Ver más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Botón volver arriba
Escucha ahora