Eduardo Fernández, director del HOTEL BAHÍA:

Más que cocinero antes que fraile fue botones antes que director de hotel. Eduardo Fernández, que podría ser historiador, por su facilidad para recordar fechas, es el director del Hotel Bahía desde 1988. Burgalés de nacimiento pero cántabro de sentimiento, reconoce con una cierta resignación que para captar y mantener a los clientes hay que luchar mucho cada día “y no incrementar los precios, aunque repercuta negativamente en nuestro margen de beneficio”. El director del Bahía presume de hotel: “Es una referencia y Santander lo necesitaba”. También se felicita de que, a pesar de la crisis, haya podido mantener el empleo, casi un centenar de personas.

Pregunta.- ¿Toda la vida se ha dedicado a los hoteles?
Eduardo Fernández: Sí. Comencé en junio de 1971 de botones en el hostal Vista Alegre, de Castro Urdiales, porque tenía una tía y una hermana trabajando en él. Estuve trabajando 90 días seguidos y hacía un poco de todo: de botones, de pinche y hasta recogía botellas. Volví el año siguiente, como ayudante de recepción, y cuando finalicé la carrera de Turismo y el servicio militar, me incorporé al equipo de dirección. En 1987, me presenté al puesto de director en el Hotel Bahía, que había quedado vacante, y desde febrero de 1988 fui su director. Cuando en 1991 se cerró para reformarlo, pasé a compaginar la dirección del Hotel Sardinero y del Hoyuela [del mismo propietario]. En 1999, una vez finalizados los trabajos de reconstrucción, me reincorporé al Bahía.

P.- Santander es una de las ciudades de España en la que los hoteles son más caros. No parece la mejor forma de atraer a los clientes…
R.- Hace diez años éramos más caros, pero ahora ofertamos precios rebajados durante todo el año y, en ocasiones, estas ofertas llegan a ser del 50% del precio original. El uso de Internet ha facilitado que el cliente elija el mejor precio, la hora, el día, de forma que el precio de una misma habitación pude oscilar entre los 50 euros y los 200. Pero, sinceramente, no entiendo qué baremos han utilizado para justificar que Santander sea una de las ciudades con hoteles más caros. ¿Por qué no está en la lista Madrid, donde, durante la final de la Champions, el precio de la habitación rondó los mil euros?

P.- En el Bahía han vuelto a celebrarse actos de todo tipo, a pesar de que durante años estuvo cerrado. ¿Cómo consiguió recuperar la clientela?
R.- Santander necesitaba que el Bahía reabriera sus puertas. Las obras de reforma no significaron una ruptura con el pasado sino una modernización que mantiene algo de la fisonomía anterior. Se reabrió un gran hotel, que era una referencia en la ciudad, con un gran equipo humano y con excelentes instalaciones (188 habitaciones y doce salones). El cliente ha vuelto por la campaña publicitaria que hemos realizado y por el trato recibido. Y es que si el visitante queda satisfecho, vuelve y hace que vengan otros.

P.- Tradicionalmente, en Santander eran sólo unos pocos los hoteles que abrían en invierno. Ahora lo hacen todos y eso que hay muchos más. ¿De verdad hay negocio en invierno?
R.- Cuando estamos abiertos y funcionando es porque hay negocio. Y es que, en mi opinión, construir hoteles y cerrarlos en invierno, no es rentable. Es preferible mantenerlos con el mínimo de gasto posible. También es cierto que en los últimos veinte años se ha dado un cambio de tendencia y los clientes acuden durante todo el año, no sólo durante el verano. Quizá en la época estival vengan menos, pero en invierno han aumentado. Y es que la modernización de las comunicaciones facilita los desplazamientos a Cantabria durante todo el año.

P. ¿Hay alguna manera de convencer a los pasajeros del ferry para que se queden en Santander y no salgan disparados hacia el Sur?
R.- Soy consciente de que los que se alojan se marchan al día siguiente. Pero es que los británicos vienen buscando el sol en un 98% y, por eso, su objetivo es ir al Sur de España. Además, en su corto período de estancia en Cantabria, se reparten más por los hoteles de la región.

P.- ¿Cuál es perfil del cliente que acude al Bahía?
R.- Hay varios modelos de negocio pero éste es un hotel enfocado más a las empresas que a los turistas. Antes había una amplia clientela que acudía a los congresos y a las convenciones que, debido a la crisis, se echa de menos. Además, alquilamos los salones para exposiciones, conferencias, presentaciones, bodas, comuniones y todo tipo de celebraciones familiares.

P.- El sector turístico está cambiando y cada día son más los turistas que deciden a última hora. ¿Cómo les afecta?
R.- La realidad de los últimos meses es que el cliente reserva a última hora esperando los mejores precios. Y los hoteles, cuando consideramos que tenemos una ocupación baja, pues nos plegamos a ello.

P.- El turismo busca mayoritariamente sol y playa, pero en Santander el sol no se puede garantizar todo el año. ¿Qué puede hacer un hotel en ese caso?
R.- Damos todas las facilidades para que los turistas acudan a la ciudad también en invierno y les ofrecemos toda la información posible de los lugares más significativos (museos, parques, cuevas…) que pueden visitar en Santander y en los alrededores.

P.- ¿Los vuelos baratos de las compañías de bajo coste tienen repercusión en un Hotel como el Bahía?
R.- Sí. Han beneficiado, en general, a la ciudad y no cabe duda que la mejora de las comunicaciones redunda positivamente para todos.

P.- Con la crisis económica se barrunta un cambio en todos los modelos de negocio. ¿Por dónde cree que pasa el futuro de su sector?
R.- El camino es no incrementar los precios y en ofrecer a los turistas cada vez más valor añadido, aunque repercuta negativamente en nuestro margen de beneficio. Vamos a tener que luchar mucho por ser capaces de captar a los clientes y para mantenerlos. Aún así, quiero destacar que aún en esta época hemos aguantando el empleo y damos trabajo a casi un centenar de trabajadores, la mayor parte de ellos fijos.

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