Irán amenaza con el cierre del Estrecho de Ormuz: un fuerte golpe para el precio del petróleo y la economía

El Parlamento de Irán ha recomendado el bloqueo del paso del 20% crudo comercializado a nivel mundial, pero la decisión final corresponde al Consejo Supremo de Seguridad Nacional

La Asamblea Consultiva Islámica, el Parlamento de Irán, ha recomendado el cierre del estrecho de Ormuz, uno de los principales pasos comerciales y económicos del mundo, en represalia al ataque de Estados Unidos contra las instalaciones nucleares del país, aunque la decisión final quedará en manos del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei.

En comentarios recogidos por la radio televisión pública iraní, el general Esmaeil Kousari, integrante de la Comisión de Seguridad Nacional del Parlamento, ha confirmado que la Cámara «ha alcanzado la conclusión de que hay que cerrar el estrecho, pero la decisión recae en el Consejo Supremo de Seguridad Nacional». Este anuncio surge como respuesta al ataque por parte de las fuerzas norteamericanas de tres instalaciones nucleares de Irán, en el marco del conflicto bélico que mantienen Israel y el régimen de los ayatolás desde el 13 de junio.

Estrecho de Ormuz.

Irán es un importante productor de petróleo, con un bombeo de 3,3 millones de barriles diarios de crudo y exportaciones cercanas a los 1,7 millones, por lo que, si hay una escalada, no es difícil prever una interrupción del suministro de petróleo iraní.

Por el Estrecho de Ormuz, un paso marítimo de apenas 30 kilómetros de ancho, transita el 20% del petróleo comercializado a nivel mundial y una parte significativa del gas licuado. Hasta hace unos años -en torno a la década de 1990-, la mayor parte de crudo producido que pasaba por esta vía tenía como destino Europa y a los Estados Unidos de América. Sin embargo, en la actualidad su reparto se ha diversificado, abasteciendo a países como  Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Irak y Kuwait, así como a China, que en algunos periodos ha llegado a consumir el 70% del crudo exportado por Irán.

El cierre de este angosto paso marítimo representaría una grave amenaza para la economía global, ya que los precios del petróleo y del gas podrían dispararse. Además, conllevaría otros problemas logísticos derivados del posible bloqueo del paso de Ormuz, un punto geoestratégico clave de entrada y salida de recursos del Golfo Pérsico.

Si bien España, no compra barriles de petróleo a Irán de forma directa, depende de proveedores que sí lo hacen como EE UU o Arabia Saudí y, en un mundo y una economía cada vez más globales e interconectados, cualquier alteración, y en especial en un punto tan estratégico, puede causar reacciones cuyo impacto y consecuencias en la economía aún son de difícil pronóstico.

«Una interrupción significativa de estos flujos sería suficiente para impulsar los precios a 120 dólares por barril», apunta el analista, anticipando que si las interrupciones persisten hacia finales de año, «podríamos ver al Brent cotizando a nuevos máximos históricos, superando el récord de cerca de 150 dólares por barril de 2008», afirman expertos del sector, como Warren Petterson, responsable de estrategia de materias primas de ING Research.

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