La red escolar, motor de la obra pública

Apostar por una infraestructura educativa potente es uno de los factores básicos para reforzar la calidad de la enseñanza pública. Pero, en los tiempos que vive el sector de la construcción, los 230 millones de euros que lleva invertidos la Consejería de Educación desde el curso 2003-2004 en nuevos centros escolares o en ampliar los ya existentes para dar respuesta al aumento y al desplazamiento de la población, cobran una especial importancia para el mantenimiento de la obra pública.
La Consejería se ha convertido en uno de los motores de las constructoras cántabras, ya que, tan sólo en este año ha licitado obras por valor de 23 millones de euros, de los que unos 15 proceden de la financiación estructurada. Con esta fórmula, que se ha venido aplicando para obras de una cierta cuantía –las que se sitúan por debajo de 1,5 millones de euros las suele abordar la propia Consejería con sus recursos ordinarios– se ha levantado durante este último año un colegio público en Valdenoja (Santander), que ha costado 5,5 millones de euros, y un centro singular de FP en Unquera (1,6 millones de euros). Gracias al mismo procedimiento de financiación privada se han ampliado el Instituto de Educación Secundaria Manuel Gutiérrez Aragón de Viérnoles (1,9 millones) y los colegios públicos Mata Linares, de San Vicente de la Barquera (1,2 millones); Manuel Cacicedo, de Santander (1,7 millones); Nuestra Señora de las Nieves, de Guriezo (1,5) y Pérez Galdós, de Polanco (1,5 millones de euros).
El encarecimiento durante los últimos meses de los costes de la financiación estructurada parece haber frenado el uso por parte de la Administración de esta suerte de renting por el cual el centro es sufragado por un fondo privado y alquilado por la Consejería a cambio de un canon anual hasta que pasa su propiedad, al cabo de 10 o 15 años. De los dos nuevos centros que se incorporarán a la red pública el próximo curso, sólo el colegio que se va a construir en Reocín se hará a través de la financiación privada; el instituto que se proyecta levantar en Suances, va a requerir una inversión de 5,7 millones de euros, pero será la propia Consejería la que sufrague su construcción.
El departamento de educación del Gobierno cántabro también ha hecho frente con sus recursos a la ampliación de varios centros escolares. Así, se ha duplicado la capacidad –de 25 a 50 niños por línea– de los colegios públicos Ramón y Cajal (Guarnizo), Aguanaz (Entrambasaguas) y Dobra (Viérnoles); ha levantado un pabellón en el Fernando de los Ríos (Astillero); ha construido tres aulas más en Santa María de Cayón y ha ampliado el espacio dedicado a educación infantil en el Agapito Cagigas (Revilla de Camargo).

Una demanda en alza

La creación de aulas para niños de dos años, es precisamente uno de los servicios que mayor demanda tienen por parte de la sociedad cántabra. Lo que empezó como un ofrecimiento al que la Consejería no está obligada (algo que sí ocurre con la educación a partir de los tres años), se ha llegado a percibir como un derecho por parte de los padres, y la Administración se ha visto forzada a hacer un notable esfuerzo para facilitar esta temprana escolarización.
La Unión Europea considera suficiente la creación de plazas para el 33% de la población infantil de dos años. En Cantabria, con 2.700 plazas públicas gratuitas, se ha llegado ya al 50% y la intención de la Consejería es seguir aumentando este porcentaje, aunque con un límite, el de no sobrepasar con las aulas de dos años las líneas que tenga cada centro, para garantizar que cuando el niño cumpla tres años tendrá una plaza asegurada en el mismo centro para proseguir su escolarización.
Para ampliar la prestación de este servicio –una alternativa gratuita a las guarderías, con horario escolar–, la Consejería ha creado este año en Santander –donde se concentra buena parte de la demanda– aulas de dos años en el nuevo colegio de Valdenoja, y en los también públicos Manuel Llano, Los Viveros, y Arce Bodega, que se vienen a sumar a las ya construidas el pasado año en el Marqués de Estella y Nueva Montaña. Asimismo, se ha reforzado la red regional de aulas de dos años con las construidas recientemente en Cuchía y en Terán de Cabuérniga.

Infraestructura hasta 2020

En los planes de la Consejería para el próximo año se encuentra la construcción de un colegio público en Mompía para los niños de Bezana y Piélagos, y nuevos centros en Colindres y Cartes. Más urgente es el colegio que se pretende levantar en Castro Urdiales, pero el Gobierno regional aún no ha conseguido los terrenos que debe ceder el Ayuntamiento. Con estas obras se completará una legislatura muy activa en el reforzamiento de la red escolar pública de Cantabria, hasta el punto de que la Consejería está convencida de que, con el esfuerzo realizado, se han cubierto las necesidades de infraestructuras escolares hasta, al menos, la próxima década.

Suscríbete a Cantabria Económica
Ver más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Botón volver arriba
Escucha ahora   

Bloqueador de anuncios detectado

Por favor, considere ayudarnos desactivando su bloqueador de anuncios