Alquiler con garantías

Alquilar una vivienda suscita muchas dudas, tantas que el propietario suele preferir mantenerla vacía. ¿Pagará el inquilino? ¿La deteriorará? Estas incertidumbres dejan sin uso ni rendimiento unos activos muy valiosos e impiden resolver el problema social que plantea en España el fortísimo encarecimiento de la vivienda.
Estas reflexiones u otras parecidas ha debido hacer el Gobierno de Rodríguez Zapatero antes de crear la Sociedad Pública de Alquiler, destinada a dar garantías a los propietarios para conseguir que pongan en alquiler las viviendas que no ocupan.
José María Cárdenas, director general de Vivienda y Urbanismo en Cantabria está convencido de que esta solución puede empezar a cambiar un estado de cosas que ninguna otra decisión política ha conseguido modificar.
El justificado temor del propietario a alquilar queda disipado por el hecho de que su cliente será una sociedad pública que le garantiza el cobro desde el primer contrato, pague o no pague el inquilino, y que se compromete a la devolución de la vivienda en buen estado. Además, le gestiona las subvenciones públicas existentes, entre ellas la que concede el Gobierno de Cantabria a la rehabilitación de viviendas que se pongan en alquiler y que puede alcanzar los seis mil euros.
En muchas ocasiones, la propia SPA se encargará de realizar estas rehabilitaciones en los pisos que se le entreguen para alquilar. El objeto es que, sea cual sea el tipo de casa, rural o urbana, de lujo o modesta, esté en unas condiciones de habitabilidad adecuadas. Ese gasto puede ser subvencionable hasta en un 50% con las ayudas citadas. El resto va por cuenta del propietario y se le detrae en el pago mensual que percibe por el alquiler. Las mejoras se mantendrán cuando el inquilino abandone la casa, puesto que, en caso de que se produzcan deterioros durante el arrendamiento, la SPA se obliga a repararlos.
La Sociedad ha contratado estos riesgos con grandes aseguradoras internacionales, a un precio que, obviamente, no podría conseguir un propietario particular. De esta forma, puede estimar con exactitud todos sus costes y resarcirse de sus gastos con un margen muy moderado.
Esta fracción sobre el importe del alquiler es la que no llega al dueño del piso. A cambio, rentabiliza una propiedad de la que no obtenía nada y tiene garantías absolutas de cobrar con normalidad. “Para el propietario, es como poner el dinero a plazo fijo y de evitarse todo tipo de problemas”, sostiene Cárdenas.

“Sacar un 10% de las viviendas que están vacías sería un éxito”

No hay cálculos exactos sobre el número de viviendas cántabras vacías pero, desde luego, la cifra supera las diez mil, sin considerar las que son ocupadas unas pocas semanas al año. “Con que pusiéramos en el mercado de alquiler entre el 5 y el 10% de esas viviendas, sería todo un éxito”, dice Cárdenas.
El problema no es de demanda, sino de oferta y los organismos públicos van a ayudar a engordarla. El Gobierno de Cantabria ha ofrecido a la SPA para alquilar las viviendas vacías que posee, entre ellas aquellas de promoción pública que les han sido retiradas a los adjudicatarios por disciplina. Los organismos estatales han llegado a acuerdos semejantes y, por ejemplo, el INSS usará esta vía para sacar rendimiento a 226 que tiene repartidas por el país.
La SPA también ha pedido la colaboración de las APIs con las que no quiere competir, sino compartir negocio. Ya hay varias agencias cántabras dispuestas a proporcionar viviendas en alquiler a la sociedad estatal. No obstante, todo indica que gran parte de las operaciones de la SPA se van a realizar por Internet, al menos los arrendatarios. Y es que la clientela está muy acostumbrada a estas tecnologías dado que se trata, sobre todo, de jóvenes y de inmigrantes.

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