Dos gestoras de Irlanda reducen su posición en el capital de Viscofan tras la polémica de su planta en EEUU



Keyridge Asset Management Limited y Setanta Asset Management Limited, gestoras con sede en Dublín (Irlanda) han reducido sus participaciones en el capital social de la española Viscofan durante una semana marcada por la polémica en torno a la planta de la compañía en Danville, Illinois (Estados Unidos).

Keyridge Asset Management Limited ha absorbido Setanta Asset Management Limited a partir del 1 de octubre de 2025, en virtud del régimen de fusiones contemplado en la legislación irlandesa.

Así, Keyridge Asset Management Limited ha reducido su participación en Viscofan hasta el 2,580%, situando su paquete accionarial en 1.199.791 títulos valorados en 64,3 millones de euros. Fruto de la fusión de ambas, Setanta Asset Management Limited ha deshecho su posición en la empresa española, al pasar del 3,955% al 0%.

Las acciones del fabricante español de envolturas artificiales subían este viernes un 0,2% en el Mercado Continuo, hasta intercambiarse a 53,6 euros por título alrededor de las 10.50 horas.

Estos movimientos se producen en una semana marcada por las «acusaciones graves y sin fundamento» vertidas por Hunterbrook sobre las operaciones de Viscofan en Danville, según informó la compañía el pasado miércoles, al defender su su trayectoria ética y su reconocido cumplimiento en materia de seguridad laboral y medioambiental.

La empresa navarra aseguró que cuenta con «un gran reconocimiento en materia de seguridad laboral, cumplimiento ambiental y arraigo con la comunidad de Danville», tras la información publicada este martes por Hunterbrook, a la que califica de «ataque online con afirmaciones inexactas y engañosas».

En este contexto, las acciones de Viscofan cerraron la sesión de este martes con un desplome superior al 13% en Bolsa, después de la publicación de un reportaje en el medio de comunicación norteamericano Hunterbrook Media que denuncia la situación de su fábrica estadounidense, que pasa por la contaminación ambiental, impacto negativo en la salud, prácticas laborales peligrosas y ausencia de protección sindical.

La compañía señaló que Hunterbrook es «una firma de inversores activistas conocida por vender acciones en corto, operar un bufete de abogados afiliado y difundir información engañosa con ánimo de lucro», y rechazó «categóricamente las acusaciones graves y sin fundamento» lanzadas contra sus operaciones en Danville.

Según Viscofan, las afirmaciones difundidas por esta firma «se basan en una narrativa sesgada, interpretaciones erróneas de documentos públicos y testimonios anónimos» que contradicen la realidad de sus operaciones. La empresa insistió en que su actuación siempre ha estado alineada con los más altos estándares legales y éticos.

El grupo subrayó que estas informaciones «no reflejan la realidad del compromiso a lo largo de los años de Viscofan con el cumplimiento normativo y las prácticas empresariales éticas», reiterando su confianza en la solidez de sus operaciones y su reputación en Estados Unidos.

«No permitiremos que nuestra empresa sea objeto de falsedades y tergiversaciones flagrantes. Viscofan US mantiene su compromiso con la transparencia, el cumplimiento normativo, la responsabilidad ambiental y la salud y seguridad de nuestros empleados y la comunidad. Seguiremos avanzando y defendiendo enérgicamente nuestra reputación frente a ataques infundados», defendió la compañía.

Viscofan destacó que «respeta plenamente los derechos de los empleados conforme a la Ley Nacional de Relaciones Laborales» en Estados Unidos.

En este contexto, la compañía aseguró que sus trabajadores «tienen la libertad de organizarse, afiliarse a sindicatos o abstenerse de dichas actividades», e indicó que «siempre ha operado dentro de los límites de la legislación laboral, sin infringir los derechos de los empleados a elegir su forma preferida de representación».

«LA FÁBRICA DE TRIPAS DE SALCHICHA DE VISCOFAN»

«A medida que las enfermedades se propagan y los nombres de antiguos empleados llenan las páginas de obituarios, los residentes de Danville que rodean la fábrica de tripas de salchicha de Viscofan se preguntan: ¿Por qué sigue aquí esta planta?», recoge el reportaje de Hunterbrook Media, publicado este martes.

Según la investigación, Hunterbrook identificó a cerca de dos docenas de exempleados que han desarrollado cáncer, parkinson, enfermedades cardiovasculares y otras afecciones graves tras trabajar en la planta.

En el reportaje, que también revela que la compañía retiró la protección sindical local, un inspector de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) calificó la instalación como «un vertedero de residuos peligrosos sin permiso, sin ninguno de los requisitos de ingeniería de un vertedero real». Según el informe, «la planta de Viscofan en Danville ha violado la Ley de Aire Limpio en siete de los últimos doce trimestres, y cada uno de ellos fue marcado como prioridad alta «.

EMPLEA A 260 PERSONAS

Viscofan destacó este miércoles que «ha ampliado su presencia en Danville, en contraste con otras empresas que han abandonado su actividad», y mostró su «orgullo por emplear actualmente a 260 personas en la planta, lo que la convierte en uno de los mayores empleadores del condado de Vermillion», asegurando que su inversión continua «refleja la dedicación de la compañía a la región y a su gente».

La firma navarra comentó que «la seguridad es lo primero» y que su planta de Danville cuenta con la certificación ISO 45001, «el estándar internacional más exigente en gestión de salud y seguridad laboral».

La compañía también explicó que el centro mantiene «un sólido historial de seguridad», con solo dos accidentes leves registrados este año y «un índice de gravedad récord de 0,06, muy por debajo del promedio del sector», reafirmando su compromiso con el objetivo de «cero accidentes» mediante políticas corporativas sólidas y sistemas de seguridad implantados localmente.

Por último, la empresa puso en valor su responsabilidad ambiental y la «estrecha» colaboración que mantiene con las autoridades estatales y federales.

Viscofan resaltó la implementación de «rigurosos procedimientos para garantizar el cumplimiento total de la normativa» y la gestión responsable de emisiones y residuos, con niveles «siempre dentro de los límites permitidos».

En los últimos cinco años, ha invertido más de 65 millones de euros en la planta de Danville, destinados a mejoras ambientales y de seguridad, y ha recordado que en la última década «no ha sido sancionada ni ha tenido que pagar multas medioambientales».

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Source: Europapress

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