Dos historias que se juntan demasiado

¿Es justo conceder muy generosas ayudas para que se asiente en Cantabria una compañía que compite en la mayoría de los mercados con una empresa local? ¿Compensaría la recolocación de los excedentes de Teka si eso le obligase a Hergom hacer despidos en su plantilla?
Desde un punto de vista liberal, cualquier ayuda pública supone una distorsión del mercado, pero casi nunca es posible comprobar esas consecuencias, porque el mercado es muy grande y los efectos se diluyen cuantos más son los afectados. Pero hay ocasiones en que esos efectos pueden resultar muy evidentes, incluso decisivos para la continuidad de otra empresa. Un ejemplo es lo que puede ocurrir con Hergom tras la llegada a Santander de su competidor belga Nestor Martin gracias al puente de plata que le ha puesto el Gobierno cántabro.
La empresa belga se ha ofrecido a recolocar a 107 de los 198 trabajadores que Teka quiere despedir, lo que arregla buena parte del problema social que causaba una medida tan traumática, pero no lo hará gratis: obtendrá un préstamo público de cinco millones de euros y otros cinco en avales. Además, podrá utilizar durante cinco años las instalaciones de Teka que quedarán sin uso.
En realidad, los empresarios de Nestor Martin no habían pensado en Teka. Hace cuatro meses que manejaban el proyecto de asentarse en Cantabria, un territorio que conocen bien y tienen motivos sobrados, ya que ambos están muy vinculados a la región. Andrés de León, consejero delegado de la compañía, nació en Madrid pero ha trabajado en Hergom once años, parte de ellos como director general, tras la jubilación del histórico Ángel Gandarillas.
León dejó la dirección de Hergom al recibir una suculenta oferta de la compañía belga Nestor Martin cuando se hizo con ella el cántabro Jesús Lavín, que a comienzos de 2011 adquirió el 75% de las acciones. Nestor Martin es el principal competidor de Hergom dentro y fuera del país en el negocio de las cocinas de leña tradicionales.
Jesús Lavín, que empezó a trabajar muy joven en la empresa familiar, Suministros Lavín, asentada en Maliaño, vendió su participación a sus hermanos hace doce años y desde entonces se ha venido dedicando con gran éxito a la importación de productos metalúrgicos y maquinaria conformadora de chapa. Una actividad que le sirvió de plataforma para adentrarse, también, en el negocio de las calefacciones.
Probablemente Hergom no tomó las suficientes garantías para evitar que su primer ejecutivo acabase siendo su principal competidor pero tampoco era fácil imaginar como se iban a desarrollar los acontecimientos. Desde la compañía belga, León le arrebató a Hergom parte de los ingenieros que tiene en el extranjero y replicó algunas de sus redes comerciales internacionales. Un mal trago para la familia Gómez-Casuso. Pero lo que no podían imaginar los propietarios de Hergom es que algún día no muy lejano, su antiguo director volvería a Santander al frente de una fábrica de la competencia y, mucho menos, que estuviese emplazada en el interior de la planta de Teka, origen de su propio grupo. Por supuesto, tampoco pudo suponer que lo iba a hacer con la ayuda del Gobierno.
León es un viejo conocido de Ignacio Diego. Tanto que, mientras vivía en Cantabria fue elegido delegado para una convención del PP cántabro celebrada en febrero de 2010 y el actual presidente regional le encomendó la lectura de una ponencia.
Lo cierto es que al Gobierno y a la región le resuelve un grave problema, el despido de casi 200 trabajadores de Teka, que ha decidido trasladar la fabricación de cocinas de gas, vitrocerámica e inducción a Turquía y dejar en Santander únicamente la producción de fregaderos. En estos momentos hace unos 750.000 al año, aunque ha prometido que, tras cerrar otra planta que posee en Gran Bretaña con el mismo fin, pasará a hacer 900.000.
La plantilla de Teka en Santander pasará de 420 trabajadores a 250, algunos más de los inicialmente anunciados, y de los 170 que salgan, 107 se recolocarán en Nestor Martin, que comenzará la fabricación de estufas a partir del verano. Cambiarán de empresa pero no de emplazamiento. Tampoco perderán la antigüedad, pero sí una parte del salario, aunque sí verán mermados sus salarios en un 12,5%.
Del resto de los afectados, 36 serán prejubilados y 13 entrarán en empresas proveedoras de Teka. Sólo 15 serán despedidos, con una indemnización de 37 días por año trabajado, con un máximo de veinte mensualidades. Un acuerdo razonablemente bueno para todos… menos para Hergom y sus trabajadores.

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