Empresa Familiar

Paulatinamente el papel de la mujer en la empresa familiar ha ido adquiriendo más peso. Su implicación en la empresa, en el desarrollo de proyectos de protocolo y su capacidad mediadora en conflictos la ha situado como referente en muchas situaciones.
No obstante, los nuevos roles de la mujer aún conviven en la empresa familiar con otros tradicionales. Casi siempre, estos roles están muy bien marcados, aunque en ocasiones una misma mujer puede ocupar varios. Los más frecuentes son los siguientes.
– Como esposa del empresario y madre de las siguiente generaciones. Tradicionalmente era el rol principal que ocupaba la mujer, ya que hasta hace relativamente poco tiempo no trabajaba en la empresa ni participaba en la toma de decisiones, aunque sí que aconsejaba o guiaba al hombre en la sombra.
– Como accionista pasiva que no participa en la gestión del negocio. Es otro de los roles más comunes y se sigue dando en la actualidad. Bien como esposa o bien como descendiente o familia política, la mujer ha formado parte del accionariado, siendo en la mayoría de los casos nula su participación en la gestión.
– Como accionista que interviene y participa en los órganos de gobierno de la sociedad. La mujer, sobre todo a raíz de su mejor formación académica, está adquiriendo un papel importante en los órganos de decisión. En este caso forma parte de los consejos y participa activamente en el desarrollo y en la toma de decisiones de la empresa familiar, pero su implicación se limita a eso. Toma decisiones pero no trabaja en la empresa
– Como accionista y ejecutiva. La mujer accionista que, en un momento dado, decidió trabajar activamente en el negocio familiar suele hacer tareas ejecutivas y no es difícil su ascenso dentro del escalafón de responsabilidades. Pero si bien su presencia en estos roles no es ya inhabitual, sí que lo es que tenga puestos de máxima responsabilidad. La tradición, o quizás la cultura empresarial familiar, hace que los cargos máximos los ocupen hombres.
A favor de la mujer ejecutiva que ejerce en la empresa hay una ventaja con respecto a las que prestan sus servicios en otro tipo de compañías, unas posibilidades mayores de conciliar la vida familiar con la laboral. Al formar parte de la familia suele tener más libertad para poder adecuar sus horarios y responsabilidades.
– Como mediadora de conflictos y en el Protocolo Familiar. Desde hace generaciones la implicación de las madres y esposas en el desarrollo de determinados acontecimientos ha sido significativo; su influencia en las decisiones finales y, en especial, su mediación en temas familiares y en conflictos ha resultado de vital importancia.
Esta mediación también es decisiva cuando se trata de hacer un protocolo familiar. El tránsito generacional de una empresa es uno de los acontecimientos más relevantes en su desarrollo. Se trata de un proceso que lleva mucho tiempo y esfuerzo por parte de sus miembros y es ahí donde el papel de la mujer resulta más relevante. Se tiene que decidir quién va a llevar la empresa, en qué condiciones y cuáles van a ser las responsabilidades de cada uno, pero dentro de un marco de fuerte vinculación afectiva, ya que se abordan temas empresariales entre hermanos o cuñados. Una mezcla compleja donde, de las aptitudes mediadoras de la mujer depende en muchos casos el éxito de una sucesión.

Suscríbete a Cantabria Económica
Ver más

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Botón volver arriba
Escucha ahora