El resurgir del Centro de Tenis Feygon

Hay actividades donde la oferta crea su propia demanda, pero en muy pocos ocurre lo que se está produciendo en el ocio. Cuantos más cines se instalan aparecen más espectadores y la apertura de grandes centros deportivos en Santander ha aflorado una clientela que parecía no existir. Quizá por eso el Centro de Tenis Feygon no sólo no se ha resentido de la apertura en las inmediaciones del complejo Marisma o de las piscinas Orlando en la Calle Castilla, sino que se ha lanzado a un ambicioso plan de renovación de la mano de unos nuevos accionistas.
El club deportivo de El Sardinero ha pasado a manos de dos figuras del paddle, el argentino Guillermo Lahoz, uno de los más destacados competidores internacionales, y Carlos Huergo, que se proclamó campeón de España de profesores. Junto a ellos participa el economista cántabro Carlos Díaz que apostó por el proyecto después de que ambos deportistas acudieran a su despacho profesional en busca de asesoramiento y apoyo financiero para hacerse cargo del complejo que hasta ese momento estaba en manos de Jesús Gutiérrez.
Los nuevos titulares han firmado un contrato de arrendamiento por 36 años con la comunidad de propietarios de la urbanización Feygon, titular de la parcela de 9.000 metros cuadrados, y han mantenido el acuerdo de usufructo de la piscina del Colegio Escolapios. Ambas instalaciones se ofrecen con una cuota conjunta (6.000 pesetas mensuales para una familia media) y reúnen ocho pistas de paddle, tres de tenis, dos salas de musculación, dos gimnasios, sauna, solarium y algunos servicios complementarios de hostelería, parque infantil, etc. El principal activo, sin embargo, es la ubicación, tanto de las piscinas, que se encuentran en la zona de Puertochico, como el del complejo Feygon, al borde de la Segunda Playa de El Sardinero.
Desde que los nuevos empresarios se hicieron cargo de ambas instalaciones deportivas, el 23 de marzo, han apurado el tiempo para mejorar los servicios. Después de realizar una encuesta de calidad entre los socios para conocer mejor sus demandas, han procedido a introducir nuevas pautas de atención, han llegado a un acuerdo con la firma de equipamiento deportivo Reebok para renovar todos los aparatos de las salas de musculación, han contratado a nuevos monitores, han cambiado los sistemas de calefacción de agua de las piscinas y ya tienen decidida la sustitución de las actuales superficies de las pistas de paddle.
A un año vista, la nueva empresa maneja un plan de inversiones de cien millones de pesetas, con los que se habilitará una piscina de verano y otra de relajación dentro de los 2.500 metros cuadrados que nunca han tenido uso en la finca de Feygon; se ampliarán los servicios hosteleros con un restaurante y se pondrá en funcionamiento una zona de juegos para niños de 7 a 14 años, además de una guardería. La intención es crear un auténtico club social, con una oferta familiar más completa, y ampliar la capacidad de las instalaciones. El Club tiene ahora 2.100 socios pero los nuevos empresarios se muestran convencidos de que puede acoger sin problemas de masificación hasta 4.000. En la actualidad, sólo en momentos de máxima demanda alcanza las 500 personas de forma simultánea en Feygon y 700 en los Escolapios.
El paddle se ha convertido en el producto estrella de Feygon, como ha ocurrido en otros centros deportivos, debido al rapidísimo incremento de la demanda que ha producido su popularización. El hecho de que se trate de un deporte accesible a cualquier edad y condición física, de normas sencillas y mínimo riesgo de lesiones atrae a crecientes grupos de población deseosos de aprender. Por este motivo, Feygon ha cuidado la selección de monitores, uno de los aspectos más valorados por los asociados.

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