Quality Climb: Escalada indoor para todos los públicos

El negocio impulsado por Raúl Martín tiene entre sus clientes a los niños de varios colegios

La escasez de rocódromos en Cantabria, y especialmente en la cuenca del Besaya, llevó al madrileño Raúl Martín a crear su propio centro de escalada en Viérnoles, una iniciativa que ha materializado con el apoyo de varios socios. Su empresa Quality Climb ofrece una amplia gama de actividades para todos los públicos, independientemente de su condición física, edad o nivel de escalada.


Los emprendedores de éxito destacan por su creatividad o por su valentía a la hora de apostar por una idea. El madrileño Raúl Martín dejó atrás su trabajo como guía de montaña para fundar Quality Climb en el polígono de Viérnoles, un centro de unos 1.000 metros cuadrados que ofrece escalada indoor para todas las edades y niveles, por lo que es apto tanto para principiantes como para deportistas experimentados.

Aunque la compañía echó a andar hace justo un año, la idea de montar el negocio rondaba por su cabeza desde hace cinco. Martín comprobó de primera mano que los rocódromos empezaban a reproducirse como esporas en las grandes ciudades del país, principalmente Madrid y Barcelona, y tomando aquel fenómeno como referencia, se propuso replicar el modelo en la región, concretamente en la zona del Besaya, donde no había ninguno. Su intención era lanzar el proyecto en solitario, pero un estudio de mercado echó por tierra sus expectativas y abandonó la idea.

Parte de la zona de cafetería de Quality Climb. A la derecha, varios niños aprenden a escalar.

La retomó tiempo después, al conseguir el apoyo de varios socios que conoció a través de su entorno cercano. Se trataba de los cántabros Raúl Marcote y Javier Meng y el catalán Víctor Esteller, seleccionador nacional del equipo paraolímpico de escalada. “Nos complementamos muy bien a la hora de aportar ideas”, dice el emprendedor.

Esteller y Martín son quienes viven de cerca el día a día de la empresa. Además de socios, trabajan con el resto de la plantilla, que ya es de una docena de empleados.

Para Martín, uno de los aspectos más importantes de una empresa es disponer de una ubicación estratégica. Por ese motivo decidió instalar su centro de escalada en el polígono de Viérnoles, muy próximo a Torrelavega y a poca distancia de varios colegios de la ciudad, de donde proceden buena parte de sus usuarios. De hecho, muchos de ellos son estudiantes de Primaria de la zona, gracias a los convenios que ha establecido con centros escolares. De esta forma, los alumnos practican deporte en el rocódromo en las horas curriculares de Educación Física.

Eso ha supuesto un cambio de perfil. Los primeros clientes eran fundamentalmente aficionados a la escalada, que ahora ya solo suponen el 20% de los usuarios. “La mayoría de nuestros clientes no hace escalada. De hecho, vienen muchas familias, porque el rocódromo permite que todos puedan dar el 100% dentro de su nivel”, explica Martín, quien asegura rotundo que “esta actividad encaja muy bien con el formato familiar”.

Mucho más que un rocódromo

El centro de escalada cuenta con cinco áreas distintas. La zona boulder es un espacio de 450 metros cuadrados de bloques, repartidos en dos alturas. Además, hay un muro de resistencia de 100 metros cuadrados cuajado de agarres con varias inclinaciones. Eso le aporta variedad, aunque “cada cierto tiempo renovamos los trazados para que los usuarios puedan enfrentarse a nuevos desafíos”, precisa Raúl Martín.

El rocódromo cuenta también con una zona de vías con 30 itinerarios en placa y un desplome de 10 metros de altura, tanto para los que se inician en este deporte como para quienes tienen un alto nivel. Otra zona está habilitada para los más pequeños, de entre tres y doce años´, y hay un gimnasio.

Un empleado supervisa a varios escaladores.

Martín considera que dirigirse a niños y jóvenes es la mejor manera de crear el hábito del deporte, y por eso decidieron crear una escuela de escalada para que los más pequeños empiecen a desarrollar sus habilidades psicomotrices. “Ahora mismo tenemos 130 niños de entre 4 y 16 años”.

Los promotores de Quality Climb tenían claro que su instalación no sería solo deportiva y la concibieron con una cafetería y una zona social donde confluyan deporte y ocio: “Al lado de la cafetería hay un espacio donde los viernes hacemos ciclos de proyecciones y traemos conciertos”, resalta Martín.

Entre sus proyectos más inmediatos destaca la celebración en su centro del Campeonato de Escalada de Cantabria que ellos mismos están organizando para el 22 de abril y en la que tienen depositadas muchas esperanzas.

David Pérez

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