Una nueva bodega con sabor a prehistoria

El patrimonio cultural se ha convertido en el motor de iniciativas privadas de todo tipo que buscan aprovechar el flujo turístico que originan. Y si hay una seña de identidad cultural que represente universalmente a Cantabria está en sus pinturas prehistóricas.
La Cueva del Pendo, en Escobedo de Camargo, y los tesoros artísticos que alberga, es una de las que han propiciado el reconocimiento de nuestra región como la cuna de la pintura rupestre. Durante milenios, su entorno no ha conocido más actividad que la agrícola-ganadera pero, a partir de este otoño, la iniciativa de un joven empresario va a sumar al atractivo de ese paisaje rural una oferta cultural basada en una actividad casi tan antigua como las propias pinturas, la elaboración de vino.
Una bodega construida en la finca próxima a la cueva pretende ser un lugar de exposiciones, presentaciones, pequeños conciertos y eventos familiares y empresariales para quienes busquen un entorno diferente y menos convencional que el de los hoteles.

Un proyecto inspirado por El Pendo

Contar con una finca familiar y sin uso a las puertas de una de las joyas prehistóricas de Cantabria, da pie a dejar volar la imaginación. Sobre todo si, como le ocurría a Claudio Planás, llevaba tiempo acariciando la idea de cambiar su actividad como consultor por otra ligada a la tierra.
Aunque el uso de la finca ha sido ganadero, la climatología y las características del suelo lo hacen idóneo para el cultivo de la vid, una actividad que no ha sido desconocida en la zona. El valle de Camargo es uno de esos territorios en los que quedan vestigios del pasado vinícola de Cantabria. Pero una bodega por sí sola, y aunque su meta sea la elaboración de un vino con personalidad, no tiene un futuro fácil. El rasgo singular en el que basar la identidad del proyecto es, en este caso, la proximidad de la cueva y las posibilidades de interacción con sus visitantes, además de los que atraiga por sí misma la propia bodega.
Cantabria cuenta con diez cuevas declaradas Patrimonio de la Humanidad. Siete de ellas visitables y El Pendo es una de las que están abiertas al público. Para Planás, es la oportunidad de ir más allá de la simple visita a la bodega o la realización de cursos y catas y ha ideado un proyecto en el que se conjugan la viticultura con la organización de una amplia gama de actividades culturales, como presentaciones de libros o de moda, exposiciones de pintura y la celebración de cursos o pequeños congresos. Pero no todo serán eventos culturales. También se podrá degustar la gastronomía local mientras se contempla el espléndido paisaje que rodea a la Cueva de El Pendo.

Una bodega multifuncional

Planás ha transformado una antigua cabaña ganadera en un edificio que, aunque guarda similitudes con lo que fue en origen, responde por su funcionalidad y diseño a estas nuevas necesidades.
Frente a la tentación de hacer un edificio singular, como suele ocurrir con las bodegas de reciente construcción, ha optado por un diseño minimalista, una estructura sencilla con una amplia terraza orientada al sur desde donde contemplar el entorno y la entrada a la propia cueva. En el interior, una sala multiusos podrá acoger las actividades culturales previstas. Desde esa sala una escalera conduce a un cabrete en el que se ha creado un espacio más privado y desde el que se podrá contemplar, a través de una pared de cristal, el funcionamiento de la bodega, con su despalilladora, estrujadora y depósitos donde fermentará el mosto.
Planás, que cuenta con el asesoramiento del enólogo Jesús Sánchez, ha plantado tres hectáreas de vides, que aún precisan de dos años más para alcanzar el grado mínimo de madurez. Dentro de las variedades de uva blanca que permite la denominación de ‘vino de La Costa’, se ha optado por las gallegas godello y treixadura y la alemana riesling. Contar con tres tipos de uva le dará un amplio margen a la hora de elegir el vino que se va a elaborar, ya que se puede optar por monovarietales o por un coupage (mezcla) y jugar con las proporciones.
Hasta que pueda utilizar sus propios viñedos, Planás elaborará vino con uva de otras plantaciones, la manera de ir ensayando el proceso y poner a punto la maquinaria de la bodega, y su intención es que este próximo otoño ya estén abiertas las puertas de la bodega de El Pendo, con unas actividades complementarias que propicien el acercamiento a uno de los lugares en los que el espíritu del ‘homo sapiens’ empezó a manifestarse.
Jesús Polvorinos

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